No tiene ni un plano de carreteras sobre el escritorio de su despacho. “Soy más de tablet, no me gustan los papeles”, confiesa a punto de otorgar a DEIA su primera entrevista como diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, cargo que ostenta desde el pasado 8 de marzo. Desde entonces, aunque ya conocía bien la red viaria por sus responsabilidades precedentes como director de Puertos en Bizkaia, no ha perdido oportunidad de recorrer el territorio. “Me gusta conducir”, reconoce con satisfacción y por eso se ha desplazado a las zonas con mayores proyectos y “aquellas periféricas menos conocidas pero también muy importantes”.
¿Le sorprendió la llamada de la diputada general?
—A quién no. Creí que me llamaba para hacerme alguna consulta sobre el Puerto, del que era director. Cuando de repente te ofrecen un proyecto de esta magnitud... Es una sorpresa agradable, que se fijen en ti.
¿Lo pensó mucho?
—Fue un jueves cuando me lo propuso y el sábado salíamos para hacer un tramo del Camino de Santiago entre Navarra y Logroño, fue el mejor momento para reflexionar. Tras analizar el proyecto, la gente con la que vas a trabajar en el gobierno y los objetivos... no puedes decir que no.
Y al departamento donde el lehendakari Pradales ha dejado una impronta de varios años.
—Sin duda, ha marcado un tiempo dejando grandes proyectos arrancados o por arrancar. Desde el punto de vista profesional, como ingeniero que soy, es un gran desafío profesional y a la vez, como vizcaino, un privilegio. Participar en las decisiones de las infraestructuras, por lo menos de los próximos años, es todo un reto.
¿Su perfil es técnico, va a aportar un plus a la gestión del área?
—Toda mi vida laboral la he dedicado a la gestión de infraestructuras, más portuarias, pero son grandes contratos a desarrollar, y eso exige un trabajo tremendo de mucha cocina previa. La obra es casi la guinda.
Pero también es un cargo político, eso lo va a tener en cuenta.
—Sí, pero dar un barniz técnico a este puesto es bueno, sobre todo ahora con tantos proyectos tan importantes por desarrollar.
Tiene mucho dinero para gastar este año, más de 243 millones de euros, ahí es nada.
—No gastamos, invertimos 243 millones en infraestructuras.
¿Tan importante es esa diferencia?
—Sin duda, en la inversión esperas un retorno y tiene que ser con saldo muy positivo.
¿Por ejemplo?
—Por cada euro que se mete en la construcción, solo en la ejecución de la obra, hay casi dos euros de retorno en el PIB de Bizkaia. Además del efecto positivo que tiene el arreglo en una carretera, se gana una serie de minutos en el trayecto de un conductor que durante cientos o miles de días se convierten en horas y, si se monetizan, hay un retorno a la administración. Además de la mejora social.
¿En qué se traduce esta última?
—Una infraestructura viaria es cohesión territorial. Conseguir que Ondarroa, Bermeo, Markina, Karrantza estén un poquito más cerca, que la circulación alrededor de Bilbao sea más fluida, que se ahorren minutos de viaje y tiempo y ante todo seguridad. Una carretera más segura significa siempre menos accidentes.
Vamos, que también transforma Bizkaia con la red viaria.
—Se transforma constantemente. Seguimos una vieja tradición, centenaria, por la que las carreteras siempre han aprovechado nuestra foralidad para ser históricamente las mejores del Estado y ahora son las mejores de Europa, que es casi decir las mejores del mundo.
Suena a muy bilbaino, aunque sea usted nacido en Amorebieta.
—Suena a eso, pero a poco que hayas viajado y conducido por Europa, o por América, coincidirás con lo que digo. Y no hablo de la red principal sino de la secundaria.
Es donde más riesgos existen.
—Donde la mayor parte de los accidentes se producen. Este pasado fin de semana he estado viendo las etapas del Tour en Pirineos. Te vas fijando en las carreteras y no hay color. Lo digo con todo el orgullo, que no es hijo mío este escenario.
Lo ha heredado.
—Mi compromiso es darle continuidad a ese nivel de calidad en el diseño, la seguridad, señalización... y mejorar en todo lo que se pueda.
¿Cuál es su podium de tres proyectos más importantes a ejecutar en la presente legislatura?
—No lo voy a poner fácil. Desde un punto de vista cualitativo es más importante para alguien de Markina la variante de su localidad o para un residente en Busturia las rotondas, que el subfluvial por debajo de la ría. No hay que quitar ningún mérito a esas obras.
¿Y con enfoque cuantitativo?
—La más importante que tenemos por delante es el subfluvial. Sin duda. Son más de 500 millones de euros que suponen un gran compromiso ya no técnico, sino sobre todo de inversión de Diputación los próximos años. En una obra muy importante desde el punto de vista de seguridad y sirve para cerrar el anillo alrededor de Bilbao. Disponer de un mallado de la red que suponga que el puente de Rontegi no sea un único cordón umbilical. Si Rontegi tiene una tos, el catarro llega hasta Amorebieta.
Aunque sea a varios años vista son muchos millones.
—Se ha tomado una decisión ahora de un reflejo económico futuro de compromiso de inversión de la Hacienda foral. Hay dinero para asumir esta obra y no vamos a dejar de hacer otras en el resto de Bizkaia para hacer el subfluvial.
Y que no venga otra crisis económica u otra pandemia.
—Prepárate para lo peor y hazlo lo mejor posible, es mi lema. La situación mundial, como estamos comprobando los últimos años, es súper cambiante y ya no depende de factores internos. En este momento las perspectivas no son halagüeñas pero tampoco son nefastas. Las obras previstas encajan a nivel financiero.
¿Cuándo licitarán el subfluvial? Hay retraso.
—En otoño aprobaremos en consejo de gobierno el proyecto constructivo y casi inmediatamente pondremos fecha para licitar las obras.
Otro proyecto top, la pasarela All Iron entre Barakaldo y Erandio ¿Cuando se verán los primeros pilares en la ría?
—Estamos trabajando en la cimentación de la pila de la margen derecha en Erandio. Son trabajos submarinos, invisibles, la parte fea digamos. Como la mayoría de obras marítimas, se trabaja mucho tiempo en los fondos y luego es al final cuando aflora sobre la superficie.
¿Causó esta obra las inundaciones en Erandio como dicen los vecinos?
—El día 11 de marzo hubo unas condiciones excepcionales, con mucha lluvia y marea alta, que fueron las que las provocaron. Lo hemos refrendado por todas las esquinas.
¿A qué nivel?
—Este proyecto tiene un anejo de cálculo específico para el tema de inundabilidad que dice que no afecta. También URA, la Agencia Vasca del Agua, que son muy estrictos, han visado el proyecto y autorizaron la obra porque entendieron que no afecta la inundabilidad.
Aún así hubo inundaciones
—Pero no por las obras. Para comprobarlo hablamos con el Ayuntamiento y además encargamos un estudio técnico externo a la ingeniería Saitec, porque igual había habido un error, y concluyeron que la obra no afectó.
Sin embargo el informe de la arquitecta municipal de Erandio decía lo contrario.
—Invito a que se lea entero. En una parte sí dice que la causa de las inundaciones es la pasarela, pero unos párrafos más abajo dice que habrá que analizar en profundidad las causas. Y entiendo que entre la población haya dudas, que conste.
¿El Consorcio de Seguros se ha dirigido a la Diputación para pediros compensaciones?
—No. Es otra prueba más de que las obras no son responsables de las inundaciones. Si hubiera alguna responsabilidad, los técnicos del Consorcio de Seguros que vinieron de Madrid a analizar las causas las hubieran encontrado. No fue así el Consorcio ya está pagando los seguros íntegramente.