“El arte es la inteligencia que se divierte”. Alumnado de Gorabide ha preparado un mural con esta frase “de Albert Einstein” que resume la filosofía de los talleres de pintura impartidos por Edurne Ortiz de Zárate en Sopuerta. Celebran el fin de curso con una exposición de más de 100 cuadros creados por 34 personas que se podrá contemplar el jueves entre las 18.00 y las 20.00 horas en dependencias parroquiales de La Baluga. Por tercer año consecutivo, esta vecina que estudió Bellas Artes y terapia artística impulsa la creatividad de los vecinos, además de la unión intergeneracional. Este año, además, se han incorporado once usuarios y usuarias de la residencia de Gorabide.

Mediante esta experiencia “se naturaliza pasar tiempo con personas diferentes en todos los sentidos”. En el caso de Gorabide, “salir de su espacio y disfrutar de su propio ocio es fabuloso, poder reunir artistas que llevan pintando toda la vida con personas que acaban de empezar y además tienen una discapacidad y otorgarles el mismo valor resultaba realmente especial”, explica Edurne Ortiz de Zárate. Nacida en Barakaldo, sus vínculos con Sopuerta se deben “a mi tía, Salomé Pereda”. Terminaba la carrera universitaria vivió durante once años en Argentina, país de su pareja. A su regreso, “la casa de mi tía, que había heredado mi padre, estaba vacía, así que nos instalamos aquí”. “Ha sido como pasar de la noche al día, de una ciudad que nunca duerme como Buenos Aires a la tranquilidad”, compara.

En Enkarterri comenzó dando cursos municipales en municipios de los alrededores, como Artzentales. Después, alquiló un local parroquial en la plaza Quintana de Sopuerta. Allí ofrece clases para adultos y niños de entre 6 y 12 años. Cada uno “acude con sus propios proyectos e iniciativas y yo les acompaño en ese proceso respetando siempre” en un proceso “casi terapéutico” en el que crean “un poco de todo, desde acuarelas a óleo o arte reciclado”.

Pero por encima de todo forjan amistades y aprenden unos de otros. “La mayor tiene 75 años y la más joven entre los adultos dice que ella viene al taller precisamente para encontrarse las dos. Han construido una relación entrañable, de juntarse y poder compartir” con objetivos que “al principio de este camino a veces ignoran cuáles son”.

Sembrar comunidad

“Solo se puede vivir a base de experimentarlo”, asegura, poniendo como ejemplo otra emotiva historia vital, la de “una señora que se está quedando ciega; estamos transitando con ella ese proceso a través del arte, ha firmado con escritura braille para dar testimonio” de que, pese a las dificultades, “se puede”. “Aquí sucede algo muy bonito y me gustaría que se sepa que en los pueblos pequeños existen este tipo de acciones, que van más allá” y siembran comunidad.

Al detalle

Diversidad funcional. Los talleres proporcionan un espacio para “naturalizar” la diversidad funcional, animando a personas usuarias de la residencia de Gorabide en Sopuerta a compartir espacio con los demás artistas. “Compartir ocio y visibilizar su presencia es importante”, asegura la profesora.

Participantes

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La muestra reúne más de 100 obras de 34 personas, creadas en los talleres que imparte Edurne Ortiz de Zárate en un local parroquial de la plaza Quintana en el núcleo de La Baluga, Sopuerta.