Ayer se cumplieron, justamente, diez años, desde que Amaia del Campo tomase posesión como alcaldesa de Barakaldo. Fue la primera mujer en llegar a este cargo en la localidad fabril y puso fin a tres décadas de dominio socialista en la localidad. Una década después, Del Campo defiende que en este tiempo “hemos pasado del Barakaldo gris al Barakaldo de color”.
Ya han pasado diez años desde que tomase posesión como alcaldesa de Barakaldo. ¿Qué balance hace de esta década en el cargo?
Aquel 13 de junio de 2015 es un día que no olvidaré jamás porque fue un momento en el que se hizo realidad un sueño compartido por muchas personas. Barakaldo ha cambiado mucho en este tiempo. Queremos que Barakaldo sea una ciudad para vivir, trabajar y disfrutar, una ciudad de la que sentirnos orgullosos. En estos diez años hemos incorporado accesos mecánicos a la ciudad, espacios cubiertos, se ha extendido KBus a todos los barrios y ya tenemos Zamalanda, que nos permite tocar la ría. Estamos culminando la segunda transformación urbana con la ría y los barrios en el centro y las personas como protagonistas y vamos a iniciar la tercera gran transformación. Hemos pasado del Barakaldo gris al Barakaldo de color.
Los inicios de su mandato fueron complicados por la situación económica del Ayuntamiento derivada de tener que abonar más de 20 millones de euros en sentencias judiciales.
Fueron unos inicios complicados porque queríamos poner en marcha otra forma de trabajar, desarrollar nuestro plan para Barakaldo, pero también había que hacer frente a lo más inmediato con la situación económica que había en el Consistorio. Había que mirar a corto, pero también a medio y largo plazo. Tuvimos que afrontar en aquellos comienzos el pago de sentencias millonarias, pero se le ha dado la vuelta a la situación y a día de hoy, el Ayuntamiento tiene una economía saneada que nos ha permitido poder pedir un préstamo de más de 21 millones para culminar la segunda transformación urbana y apretar el acelerador en esta segunda parte de la legislatura.
Culmina la primera legislatura como alcaldesa en 2019, ganan los comicios con holgura, inician los planes para el periodo 2019-2023 y llega la pandemia.
Aquello fue la experiencia más dura que he vivido como alcaldesa. Fue terrible. El mundo se paró y no sabíamos bien qué hacer. Al ser la institución más cercana, pones cara a los problemas, querías ayudar y no había un manual. Fue un aprendizaje sobre la marcha y una experiencia muy dura porque estaba la salud de nuestros vecinos y vecinas en juego. Aquellos primeros días de la pandemia también supusieron mi mayor orgullo de la ciudadanía de Barakaldo. La gente se volcó de una forma increíble para ayudar. Fue solidaridad con mayúsculas. Perdimos a mucha gente y ese daño es irreparable. Pasamos una crisis sanitaria, económica y energética brutal, pero salimos adelante y eso fue un éxito de todos y todas.
Ya en esta tercera legislatura como alcaldesa se han convertido en pioneros al aprobar el primer Plan de Accesibilidad Universal. ¿Cuesta que la gente cambie el chip al hablar de accesibilidad se extienda el concepto a otras materias como realizar trámites municipales o el transporte?
Llevábamos mucho camino recorrido porque llevamos años trabajando en crear una ciudad para todos y todas y con reconocimientos, por ejemplo, en materia de accesibilidad a la hora de hacer trámites on line. Lo más complicado fue hacer ver en el propio Ayuntamiento que este era un proyecto transversal de toda la institución, no de Urbanismo. Es una forma de entender la ciudad. Fuimos pioneros en esto y ser pionero no es fácil, pero la experiencia está siendo muy positiva.
También han sido el primer gran municipio de Euskadi en ser declarado Zona Tensionada de Vivienda. ¿Les costó dar ese paso?
Queremos que Barakaldo sea un lugar para vivir, trabajar y disfrutar. Si queremos que sea una ciudad para vivir, tenemos que afrontar la cuestión del acceso a la vivienda que es un problema para las familias de Barakaldo. Con todas las herramientas jurídicas de las que dispongamos. También es un orgullo que seamos de los pocos municipios que tiene ayudas propias para facilitar el acceso a la vivienda. La Zona Tensionada de Vivienda es una de las herramientas que utilizamos y, en este punto, hay que pensar, especialmente, en la gente joven, que lo tienen muy difícil y tenemos que estar a su lado.
Por desgracia, Barakaldo ha saltado a los titulares recientemente por casos como el asesinato ocurrido en Lutxana. ¿Se va a reforzar la seguridad?
La seguridad es una prioridad y cuando hablo de seguridad hablo de la sensación cuando vamos por la calle. La delincuencia ha bajado en Barakaldo, pero no es suficiente. Tenemos que trabajar para mejorar la sensación de seguridad de la ciudadanía y para ello vamos a tomar todas las medidas a nuestro alcance. Tenemos ya completa la plantilla de la Policía Local y se les va a dotar de más y mejores medios, trabajaremos para mejorar la coordinación con la Ertzaintza y vamos a seguir instalando cámaras porque es algo eficaz y que la ciudadanía nos pide.
Apunta que van a iniciar la Tercera Transformación Urbana de Barakaldo. ¿Ese cambio empezará desde el nuevo PGOU?
En parte sí, porque ese nuevo PGOU nos va a permitir dibujar el municipio que queremos, pero también ver la vida en 3D. Queremos seguir avanzando en un Barakaldo moderno, accesible, innovador y competitivo. Una ciudad para vivir, trabajar y disfrutar en todos sus barrios. Ese PGOU será cuestión de otra legislatura porque con son cuestiones con unos plazos burocráticos enormes que no son acordes de una sociedad del siglo XXI. Habría que adaptar la legislación, el sistema legal a los tiempos actuales.
¿Se presentará a la reelección en 2027?
Estaré siempre a disposición de mis vecinos y vecinas y de mi partido. Hay proyecto, hay ilusión y tengo ganas de seguir dejándome la piel por mejorar Barakaldo.