Lejos de la actividad que bullía entre finales del siglo XIX y principios del XX, los vestigios del pasado minero de Sopuerta se funden con la naturaleza. El vecino de la localidad Juan Manuel Román Campos se ha propuesto poner en valor parte del antiguo coto minero de Alen, donde se ubican las minas Sorpresa, María, Amalia Juliana y Cecilia en colaboración con el Ayuntamiento, el Servicio de Montes de la Diputación y el Museo de las Encartaciones. Dentro de este proyecto se engloban las visitas que se llevarán a cabo los días 11 y 14 de junio, miércoles y sábado respectivamente. Con inscripción previa, las plazas para la primera ya se han agotado.
“Un espacio natural, paisajístico, histórico y patrimonial de primer orden que tuvo una dilatada trayectoria y cuya huella todavía se aprecia”, explican desde el Museo propiedad de las Juntas Generales.
En una primera fase se recuperará la mina Sorpresa, descubriendo el barrio de El Sel, “conjunto de minero habitado y conservado por descendientes de mineros, y hacer de este entorno, un lugar más accesible y visitable, creando una ruta temática señalizada”.
Tranvía aéreo
Además, se trabaja en una publicación divulgativa que “muestre el impacto que tuvo esta mina (registrada en 1871, y explotada desde 1909 por el empresario de Zalla Manuel Taramona) y la comunidad obrera que habitó en el barrio”. Disponía de “un impresionante tranvía aéreo de 9,8 kilómetros, el más largo de la cuenca minera vizcaina o red de instalaciones y organización obrera, que lo convierten en un ejemplo sobresaliente del pasado industrial vasco”, subrayan.
Así, Juan Manuel Román Campos ha diseñado una ruta circular que discurre por los principales restos del poblado: fábrica de gaseosas, lavadero, cantina, escuela, tolvas de carga, polvorín, comedor y ermita de Santa Lucía. A través de este recorrido “se reconstruye el modo de vida de los mineros y sus familias, así como el funcionamiento técnico de la mina”.
Cada mina “contaba con infraestructuras de transporte específicas, algunas de ellas pioneras”. La mina Amalia Juliana transportaba el mineral por el ferrocarril Castro-Alén; la mina Sorpresa lo hacía a través del mencionado tranvía aéreo, desde donde el ferrocarril de la Compañía Setares lo llevaba hasta el cargadero de Saltacaballos. Por su parte, María y Cecilia “empleaban planos inclinados y el ferrocarril Traslaviña-Castro hasta el cargadero de Ostende”. La mina Federico “combinaba tranvía aéreo y la misma línea ferroviaria que Amalia Juliana”, enumeran desde el museo.
El apunte
Libro. Actualmente se encuentra en proceso de edición un libro que reunirá “narrativa histórica, fotografías, planos y documentos originales para preservar la memoria obrera y fomentar un turismo cultural en torno al glorioso coto de Alen”.
Ruta de las ferrerías. El Museo de las Encartaciones adaptará el recorrido de la Ruta de las ferrerías el 5 de octubre para incorporar este circuito a su paseo y prevé organizar dos itinerarios dentro de las Jornadas Europeas del Patrimonio.