Con los nervios lógicos del estreno, el vecino de Durango y director Markel Ganboa adelanta los detalles de La Casa tragicomedia actual de los realities en España.
¿Cómo nace este proyecto?
Nace un poco de la necesidad de ahondar en textos lorquianos adaptándolos a la actualidad. Surge desde esa pregunta de qué sería, cómo escribiría o qué haría Lorca hoy en día. Viendo cómo podíamos adaptar La Casa de Bernarda Alba, nos dimos cuenta de que los realities podían ser un punto de partida bastante interesante. Fue entonces cuando creamos dos líneas de escritura, la de Loca y la de los realities. También vimos la necesidad de hablar del colectivo LGTBI en el entorno rural. Lorca hablaba de las mujeres en el entorno rural y nosotros hablamos un poco de las realidades LGTBI.
¿Qué destacaría de su puesta en escena?
El uso de los textos y el verso lorquiano en un código y en una forma teatral fresca. Pensamos que está creada para un público juvenil donde usamos el recurso del reality lo que nos está dando mucho juego para acercarnos a este público. Yo diría que es una puesta en escena fresca, dinámica y arriesgada también.
¿Cuánto de ficción y cuánto de realidad hay en este espectáculo?
Hay un poco de las dos, pero mucha realidad más que ficción. Y es que como en todas las historias de ficción, siempre hay algo profundamente verdadero. Al final para los realities partimos un poco del teatro documento. Es decir, documentarnos para crear escenas y para crear cosas. Y sí que hay mucha realidad en este texto. Yo me atrevería a decir que Lorca era un visionario y que al final todo lo que escribía no era ficción, sino que estaba describiendo la realidad. Entonces me gusta pensar que en este texto hay mucha realidad y mucha verdad.
"Queremos poner en el centro la atención al colectivo LGTBI y no pensar que todo está conseguido porque tengamos leyes"
¿Qué persigue este espectáculo?
Queremos poner en el centro la atención al colectivo LGTBI y no pensar que todo está conseguido porque tengamos leyes. La homofobia sigue latente y últimamente están creciendo muchísimo los mensajes de odio. Quiero pensar que somos más los que estamos en contra de ese odio que los que lo fabrican. Hay que plantarles cara; si no luchamos y no alzamos la voz, ellos van a ser más fuertes. España es uno de los países mundiales con más derechos LGTBI, pero no podemos retroceder.
¿Qué ha aprendido a la hora de dirigir este espectáculo?
A recibir de los actores y ha sido un proceso maravilloso. Ha sido una creación que hemos ido construyéndola entre todos y yo simplemente dirigía con la mirada. Los actores han dado mucho de ellos porque han creído fielmente en el proyecto; cosa que agradezco. El público encontrará una historia común, pero desde diferentes puntos de vista.
¿Por qué la ciudadanía no debe de perderse este estreno?
Porque es teatro 'made in Durango'. El apoyo de la gente en la cultura es fundamental. Sin cultura no hay vida. Me gustaría ver San Agustín lleno con una obra que tiene tintes de Lorca y que el público no piense que pereza. Que tengan ganas de venir y quieran ver una historia de amor pura.
¿Qué le diría a todas esas personas que piensan que Lorca es un auténtico tostón?
Que vengan que van a ver una espectáculo muy 'millennial'; muy generación Z. Somos intensos y vamos a contar una historia donde habrá crudeza, intensidad y tragedia. Si queremos ser libres tenemos que ver esta historia porque habla en todo momento de libertad, amor y de querer.
"Ni soy intérprete ni soy director. Trabajo en la producción audiovisual y escénica. Esto es mi trabajo de fin de grado; un trabajo pandémico que quedó en el cajón y ahora vuelve a ver la luz. Todo lo hago desde un punto de pista amateur"
¿Qué tal lleva el salto de la interpretación a la dirección?
Ni soy intérprete ni soy director. Trabajo en la producción audiovisual y escénica. Esto es mi trabajo de fin de grado; un trabajo pandémico que quedó en el cajón y ahora vuelve a ver la luz. Todo lo hago desde un punto de pista amateur. Dicho esto, el salto a la dirección me ha gustado, pero no veo mucho más haciendo esto.
¿Qué sensaciones tiene a pocos días del estreno?
Tenemos muchas ganas de que la gente lo vea. En este sentido, nos gustaría animar también a los escolares que están leyendo Lorca en clase a que vengan a verlo porque se puede reinterpretar la literatura y el teatro. Cuando una historia es universal la puedes adaptar y llevar por donde quieras que vas a seguir contando lo mismo.
¿Qué tal lleva los nervios previos al gran día?
No te voy a mentir; hay nervios, cosquilleo, ganas de subirse al escenario y cierta presión también. Creo que es algo normal y si no estaríamos nerviosos, es que algo estamos haciendo mal. Hay ganas de presentar y ver cómo la gente recibe esto. Hoy por hoy no estoy al 100% nervioso, pero a medida que se acerque la fecha estaré hecho un flan.
¿Impone presentar en casa?
Todo lo contrario; te da un subidón terrible. Que te acoja el teatro, el Ayuntamiento de Durango y Andragunea para entre todos sacar esta iniciativa central del programa del Orgullo, me parece un orgullo, nunca mejor dicho.
El 27 de junio se conmemora el Día internacional del Orgullo LGTBIQ+. ¿Qué mensaje mandaría?
Hay que movilizarse; en la lucha LGTBIQ+ somos más y somos muchos más fuertes.