Todo un año esperando a que llegase este momento, el Antzar Eguna. En el ecuador de las fiestas de los San Antolines, en Lekeitio, miles de personas se dieron cita en la localidad con el objetivo de disfrutar del día de ayer en torno a la tradicional Fiesta del Ganso. La jornada comenzó con la mirada puesta en el cielo ante la amenaza de lluvia. Unas precipitaciones que no se hicieron de rogar y convirtieron la fiesta por excelencia de Lekeitio es un chapuzón con unos gansos muy resbaladizos.
Pedro Etxebarria, acompañado de su cuadrilla, se acercaron al municipio lekeitarra con el objetivo de “disfrutar antes de que empiece la lluvia”. Habituales de esta celebración que se lleva a cabo en mitad de las fiestas, ya que la mitad del grupo son vecinos de Lekeitio, confesaron que han pasado de “tirarnos nosotros” a que “ahora lo hacen ellos -haciendo referencia a sus hijos-”.
Primera vez
En el día de ayer se juntaron aquellas personas que conocen al detalle cada dato de las fiestas y, por el contrario, otras para las que la fiesta de ayer fue su primera vez. Este es el caso de June Herreras o Irati Bizkarguenaga. Ambas, que pertenecen al mismo grupo de amigas, señalaron que el Antzar Eguna de 2024 fue su “primera vez”. En este sentido, añadieron que el motivo por el que se desplazaron al puerto de la localidad lekeitarra era “porque nos habían hablado muy bien”. Entre risas matizaron que su travesía iba a ser corta ya que se tenían “que ir pronto” porque están “despidiendo las vacaciones”.
Las primeras horas de la mañana fueron bastante tranquilas hasta que comenzó el desembarco en coches y autobuses de miles de personas que llegaron desde diferentes puntos. Eihar Igartua, Markel Etxenagusia, Oier Ruiz, Uxue Cabana, Unax Osuna y Libe Arkarazo recorrieron más de treinta kilómetros, desde Iurreta, para vivir en primera persona la celebración. En su “segundo año” acudiendo al Antzar Eguna, ya conocen “lo que es la fiesta”.
Reponer fuerzas
El grupo al completo anunció que su presencia en el puerto de Lekeitio se alargaría “hasta la noche”. En caso de que la lluvia respetase, que por momentos no lo hizo, esperaban aguantar “hasta el DJ y si se puede, más también”. Para ello, era necesario reponer fuerzas al mediodía.
A una hora de diese comienzo la Fiesta de los Gansos, el puerto de Lekeitio vivió una auténtica fiesta mientras esperaba. “Hay que beber y comer antes de que esto empiece”, apuntó Joseba Martínez mientras empezó, junto con sus amigos, a sacar los bocadillos que se llevaron para disfrutar del día. No fueron los únicos, la txosna y los bares próximos al puerto fueron los establecimientos más buscados para reponer fuerzas.
El ganso por el cuello
La teoría de cómo se completa la prueba es sencilla. En cambio, la práctica no lo fue tanto. Solventado un percance inicial con la carpa del jurado, que el viento se llevó media hora antes de que comenzase la prueba, estaba todo listo para que las embarcaciones comenzasen a pasar, una a una, por el ganso que estaba colgado boca abajo en el centro del puerto. Minutos antes de que iniciase, los tiradores recibieron las últimas órdenes a cumplir para que la prueba saliese adelante sin ningún percance.
Según informó el Consistorio de Lekeitio, fueron un total de 104 embarcaciones las que intervinieron en la Fiesta del Ganso. 84 de estas fueron ocupadas por cuadrillas de Lekeitio o de Lea Artibai mientras que las veinte restantes llegaron desde otros lugares. La competición comenzó muy puntual, a las 16.00 horas, tal y como estaba previsto según la organización.
Chaparrón vespertino
Después de una mañana en la que el tiempo respetó la celebración del Antzar Eguna, comenzó a chispear. Un factor que le dio mayor épica al certamen. No obstante, no fueron muchas las gotas que cayeron y las personas que se acercaron al puerto lekeitarra -en el que no cabía ningún alfiler- pudieron disfrutar del inicio de la prueba sin mirar al cielo, algo que pasadas las 17.00 horas dejaron de hacer. Paraguas, ponchos, o el mismo pañuelo de las fiestas sirvieron para taparse del chaparrón que cayó en apenas unos minutos.
Tras unos primeros intentos en los que se cayeron a las primeras de cambio, llegó Olatz Martiartu en la cuarta embarcación para arrancarle la cabeza al ganso. Una celebración que Peio Arana, Haizea Olabarria, Hannah Tellería, Iñaki Blanco, Julen Otero, Aratz Domenech y Mikel Unamuno pudieron ver desde primera línea después de colocarse a escasos metros del lugar en el que el jurado evaluó la participación de las 104 embarcaciones. Un grupo para el que la fiesta de ayer fue su “debut”. Su idea, según apostillaron, era la de “quedarnos hasta las cinco de la mañana”. Un plan que se desconoce si lo cumplieron o no. Como ellos, los allí presentes, a pesar de la lluvia vespertina, disfrutaron de una jornada festiva en la que lo único importante era pasarlo bien y hacerlo en buena compañía.