El comienzo del verano en Bizkaia trae consigo las esperadas fiestas de municipios como Sestao, Santurtzi, Mundaka y Portugalete y Aste Nagusia. Sin embargo, también marca el inicio de una temporada en la que las agresiones sexuales aumentan, generando preocupación especialmente entre las mujeres jóvenes. Por esta razón, este pasado jueves Emakunde citó a Eudel y a varios alcaldes del territorio con el objetivo de compartir experiencias en materia preventiva. En dicha reunión se presentaron tres buenas prácticas de prevención que se han llevado a cabo estos años en varios municipios. Emakunde ha enviado, como todos los ejercicios, diverso material gráfico e informativo a los ayuntamientos para ofrecer una imagen conjunta contra las agresiones y facilitar acciones de sensibilización. Miren Elgarresta, directora de Emakunde, quiso felicitar a los ayuntamientos por “la implicación en la prevención de agresiones en fiestas”. Por su parte, la presidenta de Eudel aprovechó la oportunidad para señalar que “la labor es estar alerta, prevenir y actuar ante las agresiones”. “Los ayuntamientos vascos tenemos un compromiso firme por hacer de las fiestas unos espacios igualitarios y libres de violencia”, explicó Nati López.
A lo largo de las últimas semanas han sucedido varias agresiones sexuales en municipios de Bizkaia. En Orduña, en las fiestas de Otxomaio, dos hombres fueron detenidos por la Ertzaintza por realizar tocamientos a una mujer. Además, una joven denunció haber sufrido una agresión sexual en un baño portátil en las fiestas del barrio de San Antonio en Etxebarri. En Sestao, en su primer fin de semana de fiestas, otros dos hombres fueron arrestados. Uno de ellos por realizar tocamientos a una mujer y el otro, por golpear a otra chica.
El pasado verano se alcanzó el récord en el País Vasco, con 176 denuncias entre los meses de junio y agosto, casi dos al día, un 5,7% más que en los mismos meses de 2022. Teniendo en cuenta los datos de todo 2023, las víctimas registradas policialmente eran mujeres muy jóvenes y cerca de la mitad –un 47,2% en 2022– no superaba los 20 años; entre ellas, hubo 93 menores de edad. O lo que es lo mismo: tres de cada diez víctimas de agresiones sexuales tenían menos de 18 años. Con el objetivo de que las mujeres estén seguras y evitar que ocurran agresiones sexuales los ayuntamientos de muchos municipios vizcainos han optado por implantar medidas. En las fiestas de Etxebarri se habilitó por primera vez un punto morado de atención los dos sábados para poder asistir a las mujeres en caso de que se sintieran amenazadas. Además, también se puso en marcha un servicio de autobús durante la madrugada para evitar en lo máximo posible el tránsito de personas en zonas apartadas del municipio y prevenir así agresiones sexistas. En las fiestas de San Juan en Leioa también se habilitaron otros puntos seguros y el Ayuntamiento dio formación a hosteleros y dueños de comercios en materia de prevención de violencia de género. Otra de las medidas que se están llevando a cabo es el acompañamiento de las mujeres a sus casas. El Ayuntamiento de Sopela, a través de su Área de Sociedad, ha implementado un servicio de acompañamiento. Dicho servicio estará compuesto por una furgoneta, un conductor y dos personas de seguridad tituladas que garantizarán el acompañamiento tanto en el vehículo como a pie, si es necesario, hasta el domicilio de las personas usuarias en Sopela y localidades cercanas.
El objetivo principal de los puntos morados es atender a mujeres que sufran acoso o agresiones sexistas, y a personas que hayan sufrido algún tipo de ataque por su orientación sexual. Janire Gil es integradora social y durante las fiestas de Sestao ha trabajado y ayudado en este servicio. Explica que su labor consiste en “dotar de herramientas a los jóvenes e informar con el objetivo de que sepan actuar ante una agresión, tanto si la sufren como si la ven”. Para actuar y tener la oportunidad de evitar una agresión, los gune moreak cuentan con un teléfono móvil al que llamar en caso de que alguien perciba que una mujer se esté sintiendo agredida. La mayoría de estos puntos se encuentran en zonas de paso, cerca de donde está la gente concentrada. Cuando ocurre algún caso de acoso, los primeros pasos de actuación consisten en tranquilizar a la víctima, escuchar su testimonio y dejarle claro que no dudas de ella. “El trabajo varía en función de cómo llegue la víctima. Hay veces que acude en estado de shock y no puedo contar mucho. Después viene el acompañamiento, ponerla ya en vías de una atención hospitalaria o de acudir al centro de crisis”, explicó Gil. Tras la gestión, siguen manteniendo el contacto con la víctima hasta que ella decida finalizarlo. Para erradicar las agresiones en el entorno de las fiestas la responsabilidad también recae sobre el ciudadano, que a través de pequeñas acciones puede lograr grandes resultados. “Hay veces que con solo acompañar a la víctima del txosnagune al punto de atención es suficiente. Parece que es una chorrada, pero es la mejor intervención que puede hacer un ciudadano”, remarca la integradora social.
Uno de los eventos más esperados por todo Bizkaia es el Bilbao BBK Live, donde se esperan más de 100.000 asistentes. La responsable de que el recinto de Kobetamendi sea un espacio seguro es Paloma Orte, directora de Sostenibilidad de The Last Tour, organizador del festival. “Cuando alguien sufre una agresión se llama a seguridad y se podría activar también la parte policial o sanitaria. Luego llegaría la parte de denuncia”, explica Orte. El equipo de atención está integrado por mujeres con formación en medicina o psicología. “Lo más importante es que sean personas que quieran y que sepan escuchar y que puedan detectar cuando una persona necesita ese acompañamiento y ese seguimiento”. El festival también ha optado por formar a los trabajadores que estén en las barras o en limpieza para saber cómo tienen que actuar ante estas situaciones. La directora de Sostenibilidad remarca que se trata de un punto que ayuda a “disuadir las actuaciones machistas y sexistas”.