Hace casi doce años, un 12 de diciembre de 2012, Iñigo Urkullu juraba por primera vez su cargo bajo el Árbol de Gernika. "Mi objetivo es hacer realidad las aspiraciones de desarrollo, libertad, soberanía y convivencia de nuestro Pueblo, reforzando nuestra identidad y extender de Gernika al mundo el fruto de nuestra semilla", escribía entonces en el Libro de Honor de las Juntas Generales de Bizkaia. Este lunes, el lehendakari ha vuelto a la histórica sede para recibir un retoño del roble que le ha entregado la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, en un acto especialmente emotivo. "Su significado sigue siendo difundir la dimensión humana, el bien común y la internacionalización de Euskadi", ha vuelto firmar Urkullu.
En uno de sus últimos actos oficiales antes de traspasar la makila el próximo sábado en esta misma Casa de Juntas al candidato del PNV, Imanol Pradales, Urkullu ha recibido de manos de Otadui un joven ejemplar de cinco años, descendiente del simbólico roble. Primer lehendakari que recibe un retoño del Árbol de Gernika, la institución foral ha querido agradecer con este reconocimiento su labor como "embajador" de los valores que representa el icono más universal de los vascos.
La presidenta de las Juntas Generales ha agradecido el trabajo "constante" de Urkullu para dar a conocer y hacer respetar este histórico roble por el mundo. "Has sido un gran embajador de nuestro Árbol de Gernfika, llevando la semilla del roble a lugares como Auschwitz, Estrasburgo, Ribera Baja, Lekeitio o Turtzioz", ha destacado Otadui, sin olvidar la plantación del actual Roble en febrero de 2015.
Asimismo, ha reconocido que Urkullu "ha cumplido su palabra" respecto a lo asumido en el Libro de Honor en 2012, "ostentando su cargo con humildad y trato igualitario" entre todas las personas, "impulsando acuerdos entre diferentes".
Una Euskadi "de progreso, paz y libertad"
Esa dimensión humana ha sido precisamente, según ha recordado el lehendakari, uno de los objetivos que han marcado cada una de las tres legislaturas en las que ha asumido la lehendakaritza, junto al bien común y la internacionalización de Euskadi. "Creo sinceramente que con estas bases y trabajando juntos, hemos conseguido avanzar en una Euskadi de progreso, paz y libertad", ha señalado.
Asimismo, ha agradecido a los apoderados vizcainos, representados en esta ocasión por los miembros de la Mesa y los portavoces de los cinco partidos representados en las Juntas, "el trabajo realizado y el compromiso demostrado a lo largo de todos estos años".
Sin perder el protocolo, pero en un ambiente emotivo y más distendido, el lehendakari incluso ha bromeado con Ana Otadui sobre dónde colocará el retoño, que mide casi dos metros de altura. "En el balcón de casa quizá quede un poco llamativo", ha admitido entre risas, para admitir que este símbolo "siempre ha ido conmigo. Su semilla está dando frutos, aquí y también en infinidad de pueblos del mundo", ha finalizado su intervención.
El lehendakari ha vuelto a estampar su firma en el Libro de Honor de las Juntas Generales y ha recibido una copia encuadernada de las tres veces que ha dejado su recuerdo en este ejemplar, una por cada vez que ha sido investido en el cargo en 2012, 2016 y 2020.