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Calasanz apuesta por una tecnología humanista para mejorar la sociedad

Desde hace varios años el centro de Formación Profesional trabaja en proyectos de base tecnológica y con un enfoque humano

Calasanz apuesta por una tecnología humanista para mejorar la sociedadCalasanz

En Calasanz Lanbide Ikastegia, han apostado firmemente por la tecnología humanista. Llevan varios años trabajando en ella y con la que sin duda están transformando el nuevo modelo educativo apostando por un servicio para el bienestar humano y de igualdad. “Nos esforzamos por promover el desarrollo y la dignidad de las personas a través de proyectos innovadores que combinan la tecnología con un enfoque profundamente humano”, comenta Maribel Sánchez, directora del centro de Formación Profesional Calasanz.

Uno de los proyectos más destacables de Calasanz Lanbide Ikastegia es CuidaLab. Este proyecto busca desarrollar un ecosistema tecnológico que mejore la calidad de vida de las personas mayores mediante el uso de realidad virtual y aumentada, dispositivos de salud portátiles, robots sociales, telemedicina, sistemas de navegación y aplicaciones móviles. "CuidaLab ofrece una solución integral que va desde la estimulación cognitiva hasta la monitorización de la salud", explica Sánchez. "Nuestro objetivo es proporcionar un cuidado personalizado y proactivo, fomentando la independencia y el bienestar emocional, físico y social de las personas mayores".

La visión de Calasanz Lanbide Ikastegia no se detiene en la tecnología para el cuidado de los mayores. La directora del centro destaca la importancia de una formación integral para los estudiantes del centro. "Miramos al futuro con un enfoque que sitúa la tecnología en su justo lugar, sin olvidar que nuestro principal objetivo es que nuestros estudiantes aporten valor en áreas donde los robots no pueden hacerlo", afirma.

La realidad virtual forma parte del proyecto educativo de Calasanz.

Formación para el futuro

El centro genera contextos de aprendizaje donde los alumnos desarrollan habilidades esenciales como la capacidad de adaptación, pensamiento crítico, resiliencia, creatividad, inteligencia emocional, habilidades conversacionales y gestión de la incertidumbre. "Incorporamos herramientas tecnológicas avanzadas como la realidad virtual, gafas holográficas, simuladores, impresoras 3D y pantallas interactivas", señala Sánchez. "Queremos preparar a nuestros alumnos para trabajar en la era del conocimiento, donde la tecnología está aquí para quedarse, pero lo humano será lo que marque la diferencia", remarca.

Con esta filosofía, Calasanz Lanbide Ikastegia se posiciona a la vanguardia de la educación, ofreciendo una formación que no solo prepara a los estudiantes para los retos tecnológicos del futuro, sino que también les inculca valores humanitarios esenciales para su crecimiento profesional y personal preparándoles así para las profesiones del futuro más cercano. "Creemos firmemente que la formación de calidad y la tecnología al servicio del bienestar humano son la clave para un futuro mejor", concluye Maribel Sánchez, directora del centro.