El centro de menores del Vivero cerrará este sábado sus puertas debido al descenso en el número de menores extranjeros que llegan actualmente a Bizkaia. Sus usuarios actuales serán atendidos, ha explicado la diputada de Acción Social, Amaia Antxustegi, en otros recursos de la red foral.

En el pleno de las Juntas Generales que se ha celebrado este miércoles en Gernika, y en el que se han concentrado varios de los trabajadores del Vivero para pedir que se mantenga abierto, la responsable foral ha especificado que este centro ha funcionado como un dispositivo "de emergencia puntual", por ejemplo con la llegada de un mayor número de menores extranjeros no acompañados. "Momentos imprevisibles en los que nuestra red foral asistencial propia y concertada se ha visto sobrepasada por la llegada masiva de menores extranjeros sin referentes familiares", pero también, por ejemplo, durante la pandemia del covid, "cuando se acogieron menores en desprotección y que estaban contagiados". También se ha utilizado mientras se realizaron obras de mejora en el centro de primera acogida de Amorebieta.

El pasado mes de diciembre, ha relatado Antxustegi, la empresa que prestaba servicio en el Vivero (Landalan) comunicó al departamento de Acción Social su decisión de "rescindir el convenio para reorientar su acción en otras actividades en el ámbito social". En ese momento, el equipo comenzó a buscar un nuevo gestor para hacerse cargo del centro, "cuando en circunstancias siempre excepcionales nos veamos abocados a recurrir a este dispositivo".

Pero además, en los últimos meses, se ha venido reduciendo la llegada de menores extranjeros no acompañados; los que lo han hecho, ha señalado la diputada, están pudiendo ser atendidos en la red foral asistencial, ya ser propia o concertada, "sin necesidad de otro recurso o dispositivos extraordinarios que como el centro del Vivero ha podido atender circunstancialmente esa demanda sobrevenida". De hecho, los menores que estaban siendo atendidos aquí han sido trasladados a otros centros "con menores dotaciones y plazas disponibles" en los que "de manera estable y continuada pueden ser acompañados en sus procesos de incorporación social y protección".

Por todo ello, "y con la debida prudencia", el departamento acordó con la empresa un plazo para poder realizar esos traslados "de manera que interfiriera el mínimo posible en sus procesos socioeducativos y vitales". "Como responsables de la gestión de recursos públicos es nuestra responsabilidad hacer un uso eficiente de los mismos y adaptarlos a las necesidades de cada momento, siendo esta en este caso el interés superior del menor", ha destacado Antxustegi. La red para atender a los menores desprotegidos, ha dicho, se dimensiona "en cantidad y especialización en función de las necesidades de cada momento. La atención a los menores está garantizada en todo momento".

En relación a los trabajadores, la diputada ha advertido de que "han sido numerosas las ocasiones en las que mi equipo se ha reunido con el comité de empresas y los sindicatos, para poder buscar alternativas". Así, se contactó con todas las entidades que prestan servicios de preparación a la emancipación para que alguno de ellos pudiera continuar gestionando el centro, "pero no se consiguió el compromiso, principalmente por la subrogación de los trabajadoras", e incluso se planteó la creación de una cooperativa, propuesta surgida por parte de los trabajadores que se analizó por parte del IFAS, "pero finalmente no se vio viable".

"Quiero que quede claro que la situación en la que ahora se encuentran los trabajadores -a los que se aplicará un ERE- "no es por el cierre del Vivero como un centro ordinario sino porque no se ha dado la subrogación de estos trabajadores", ha matizado la diputada, que ha afirmado que se reunirá "personalmente con los sindicatos en breve. Queremos que esta situación termine de la mejor manera posible".