Hay un color que impregna las fiestas de Algorta. Bueno, más bien, dos, porque al rojo del pañuelo hay que añadir el negro de los chipirones en su tinta, el concurso por excelencia en los Saninazios. La plaza Biotz Alai se convirtió ayer, por vigésimo segunda vez, en una enorme cocina con grandes ingredientes que, como no podía ser de otra manera, sazonaron un evento festivo para chuparse los dedos. Esta receta al completo se cocinó en la plaza getxotarra: amistad, familia, diversión, lecciones a los fogones, risas, brindis, música... Pero todo en una atmósfera relajada, sin bullicios.

Uno de los participantes, en plena acción a los fogones.

Toda celebración que se precie requiere de su certamen gastronómico y en Algorta, la cosa va de chipis. El sabor se puntuaba de 1 a 20, al igual que la textura, mientras que la presentación podía llevarse un máximo de 10 puntos. Una treintena de cuadrillas participaron ayer en esta cita que requiere de poner el despertador, porque a las 8.30 horas, hay que formalizar la inscripción. También los chipis necesitan su mimo y, sobre todo, su limpieza concienzuda. “Buen género y luego ir reanimando la salsa”, comentaba Txarli. Desde luego, a él se le veía con buena mano. Y así, entre algo de picoteo, entre un vinito, una sangría o una cerveza, entre un saludo y una foto para el recuerdo... fue pasando la mañana, siempre pendientes de que el plato no defraudara, siempre con un ojo al fuego.

A las 13.30 horas debían estar todas las cazuelas listas para ser testadas por el jurado. “Hay que tenerlo todo organizado para que al final no te pille el toro”, afirmaban en la cuadrilla bautizada para la ocasión como Txipis ganorabako, o sea, Chipis sin fundamento, porque no querían ir de sobraos... Este grupo, integrado por vecinos de Algorta, Ondiz y Berango, fue uno de los que disfrutó “del ambiente tranquilo” que sirve este concurso. “Es muy familiar”, destacaron. Es, en efecto, un evento reposado y con buena digestión.

Mientras tanto, en otros rincones de Algorta se vivían las fiestas con otros argumentos. A escasos metros de los chipis, los peques se picaban en las pruebas infantiles, recibiendo todos los ánimos y los aplausos de sus familias en la plaza San Nikolas, el centro neurálgico de San Ignacio. Y un poquito más allá, en la entrada a Muxikebarri, estaban aparcadas algunas de las furgonetas de Algortagraff. Los artistas, ante los ojos de los curiosos, decoraban los vehículos en lo que es una de las actividades más curiosas del programa. Una agenda que la comisión de fiestas ha querido elaborar “para todos los gustos y edades”, y para “dibujar una sonrisa en sus caras”.

La jornada de hoy será muy deportiva, con el Circuito de Getxo, la competición ciclista de altura que organiza Punta Galea Txirrindulari Elkartea, pero además serán las finales del XXV Campeonato de Futbito Zutik Eneko Caballero, otra de las citas infalibles en los Saninazios, y el tradición cross de Kantxa Kirol Moda. Los principales conciertos de la noche, mientras tanto, serán los de Xumel, Merina gris y Víctimas club, en San Nikolas.