EN una maratoniana sesión que duró la friolera de nueve horas –por parón intermedio para comer–, una brevísima sinopsis del día de ayer miércoles en la Casa de Juntas de Gernika podría resumir los acontecimientos de esta manera: Elixabete Etxanobe recibe la makila de manos de Unai Rementería, quien ha ejercido como diputado general de Bizkaia durante los dos últimos mandatos. Como manda la tradición, la otxandiotarra –primera mujer que ostenta el cargo de más alta responsabilidad en el territorio– recibió la makila por parte de su antecesor en el interior del histórico edificio para posteriormente, y tras recibir un prolongado aplauso y las felicitaciones de los suyos, jurar solemnemente su cargo bajo el Árbol de Gernika. Es el titular de una jornada, pero la convocatoria estuvo rodeada de pequeños detalles que hicieron del acto una celebración especial. Un pleno que invistió a la primera diputada general de la historia de Bizkaia.
Era algo más que previsible que Etxanobe se hiciera con el cargo, ya que el PNV y el PSE dieron a conocer horas antes de la cita que reeditaban su pacto –lo que les asegura la mayoría absoluta con 31 sillones de los 51 del hemiciclo vizcaino–, una entente que desactivó la opción de que Iker Casanova, propuesto por EH Bildu, se hiciera con el puesto de diputado general. Pero acercando algo más el foco a lo que aconteció, el pleno estuvo plagado de momentos, detalles y alguna que otra anécdota. Desde los instantes en el que los junteros tuvieron que ordenarse –al inicio reinó la confusión– para arrancar con el pleno de investidura hasta que se levantaron de sus asientos sobre las 18.30 horas, hubo tiempo para todo tipo de anécdotas, ya fuera para la batalla dialéctica –intensa en ocasiones, pero respetuosa en todo momento– como para observar como Rementeria guardaba a buen recaudo la makila de diputado general –mantuvo bien cerca este símbolo vasco de autoridad y respeto–.
Abrió el fuego Etxanobe, que resaltó tres episodios cercanos en el tiempo para apostar por la pujanza de Bizkaia: el reciente Tour de Francia cuya salida se ha efectuado en Bilbao, las elecciones forales del pasado 28-M, “que han apostado por la continuidad del pacto PNV-PSE”, y el 1 de julio de 2015. Esta última fecha resultó todo un homenaje a Rementeria. No en vano, fue ese el día en el que el mundakarra juró su cargo. “Muchas gracias Unai por todo lo que has hecho”, le agradeció una Etxanobe a la que se le quebró la voz. “Tomo tu testigo para seguir haciendo una mejor Bizkaia”, aseveró.
La sesión, en la que también tomaron parte los restantes portavoces de los partidos en oposición –Eneritz Madriaga, de Elkarrekin Podemos, o Raquel González, del PP–, tuvo momentos para el detalle. Por ejemplo, de cómo Casanova (EH Bildu) mostró sus tablas –adquiridas en el Parlamento Vasco– y subió al estrado en Gernika sin papeles. El que será portavoz de la coalición sobernista también dejó alguna que otra perla, como la referencia que hizo a la película El Señor de los Anillos para afirmar que “el mundo está cambiando” o su referencia al año 1526, que fue cuando se estableció el Fuero Nuevo de Bizkaia.
Como suele ser habitual en este tipo de plenos, la lista de invitados del ámbito político fue amplia: así, y por parte del PNV, estuvieron presentes el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, o las parlamentarias Leixuri Arrizabalaga y Maitane Ipiñazar. La representación jeltzale estuvo encabezada por la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa. No fueron los únicos representantes del hemiciclo de Gasteiz, ya que por parte de EH Bildu estuvo Unai Urruzuno y de Elkarrekin Podemos acudió Miren Gorrotxategi.
