El imponente roble pendunculado (quercus robur) que desde hace más de 500 años crece junto a la emblemática ermita de San Pedro de Abrisketa, en Arrigorriaga, tiene el honor de haber sido distinguido en 2022 como el primer Árbol del Año de la localidad. El ejemplar, de 40 metros de altura, se impuso a otros cuatro candidatos en una votación popular en la que participaron más de 250 vecinos y dado el éxito obtenido en esa primera edición, el Consistorio vuelve a apostar por una iniciativa que tiene como objetivo dar a conocer y sensibilizar a la ciudadanía sobre el importante entorno natural que compone el pueblo. En esta ocasión son cuatro las opciones propuestas y dos de ellas se pueden ver en el parque Baruatorre. Allí se alza, por un lado, un cedro del Himalaya, originario de Afganistán y noroeste del Himalaya, que pudo ser plantado alrededor del año 1800 y, por otro, una secuoya, una conífera originaria de la Costa Pacífica de Norteamérica que también resalta por su altitud ya que pueden llegar a alcanzar los 115 metros. Otro de los candidatos está al lado del histórico edificio que alberga la haurreskola y se trata de una palma canaria de tronco grueso que tiene ya unos 170 años. Y el listado se completa con el ciprés que encabeza una de las dos hileras del viejo cementerio y que fue plantado en torno a 1920. La población puede elegir su ejemplar preferido a través de la web municipal hasta el 16 de este mes. – S. Martín