Arropados entre gritos de Abajo lo muros de los cuarteles y Ez, ez, ez ejerzitorik ez Gorka Iturrino Gorostiaga (45 años) y Eneko Elorriaga Astigarraga (46 años) han accedido a los juzgados de la capital vizcaina. Lo han hecho en calidad de acusados por los desperfectos que ocasionaron en un muro del cuartel militar de Bilbao durante una protesta simbólica desplegada a mediados del mes de diciembre de 2021.

Exterior de los juzgados de Bilbao donde ha comenzado el juicio a dos antimilitaristas por daños en el cuartel Oskar M. Bernal

No es habitual que los integrantes del KEM-MOC, el histórico movimiento antibelicista y antimilitarista de Bilbao, tengan que afrontar una petición de cárcel. La última vez fue en diciembre de 2012, cuando robaron un casco del Regimiento Garellano exhibido en una exposición organizada en el Centro Municipal de Distrito de Basurto para transformarlo en un kaskulore [plantar una flor dentro] y entregarlo el Museo de la Paz de Gernika-Lumo.

Casi dos años después de aquello, Ignacio Sanz fue absuelto de los cargos que se le imputaban. Esta mañana ha sido él precisamente quien ha atendido a DEIA para explicar que en este tipo de episodios nunca se descarta la absolución -in dubio pro reo-, pero que habrá que esperar. De momento, la vista se ha celebrado como estaba previsto: los acusados han reconocido los hechos y hasta cuatro testigos han prestado declaración acerca de lo ocurrido aquel día.

Lo previsible es que finalmente se rebaje tanto la petición de cárcel como la sanción económica. “Habrá que esperar”, ha telegrafiado Sanz al tiempo que no escondía su temor a que la petición de la Fiscalía se pueda mantener. La carga de trabajo en el Juzgado número 5 de lo Penal marcará el tiempo que transcurra hasta hacerse público el contenido de la sentencia. La defensa del KEM-MOC no se atreve a ponerle fecha: dos semanas, un mes, medio año… “Toca esperar”, ha insistido Sanz.

La acusación contra sus compañeros Iturrino Gorostiaga y Elorriaga Astigarraga es por haber ocasionado daños en un edificio público. Ese es el motivo, precisamente, por el que la denuncia de los mandos del acuartelamiento ha sido cursada por lo penal a través del ministerio fiscal. En un principio tramitaron la acusación para seis personas, luego se redujo a cuatro y al final han encausado por lo penal a las dos que estuvieron picando y no a quienes escalaron la valla y pusieron la pancarta ni a quienes pintaron el lema de la campaña -#botakuartela- en las puertas.

El resultado es una petición de 18 meses de prisión y una multa de 4.500 euros para cada uno, aunque el peritaje valoró en 700 euros las obras de reparación (material, mano de obra e IVA incluidos). Ambos habían participado en otras acciones directas no violentas para mostrar su rechazo a los ejércitos “y son personas con recorrido en el antimilitarismo”, describían desde el KEM-MOC. Uno de ellos, Gorka Iturrino Gorostiaga, ha lamentado que “le dan más importancia a unos desperfectos en un muro que a los daños que provocan las guerras”. A su lado, Eneko Elorriaga Astigarraga ha expresado que la campaña #botakuartela no se detendrá por este motivo. 

6.500 metros cuadrados. Desde la histórica plataforma promotora del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) proponen la demolición del cuartel, recuperar esa superficie de 6.500 metros cuadrados y destinar ese espacio a equipamientos sociales para el barrio y la ciudad. En abril de 2022, en otra protesta, denunciaron el gasto militar y defender otros usos para ese dinero. Compararon el coste de un tanque ‘Leopard’ con media docena de colegios.

Aquella de diciembre de 2021 por la que ahora son juzgados “es la primera de muchas para exigir la desaparición de esta y otras infraestructuras militares”, ha apostillado. De hecho, es de esperar que a lo largo de los próximos meses sean tramitados otro par de expedientes más correspondientes a las acciones directas no violentas realizadas en abril y en noviembre del pasado año frente al cuartel. La última de estas además, similar a la de diciembre de 2021 que ahora ha sentado en el banquillo de los acusados a Gorka Iturrino Gorostiaga y a Eneko Elorriaga Astigarraga.