El cambio se ha notado no solo en el bienestar de los residentes, sino también, y sobre todo, en el de las propias auxiliares gerocultoras de la residencias. “Ellas mismas están más satisfechas; el cambio ha sido tremendo. No solo vienen, hacen su trabajo de forma casi mecánica y se va; sienten que forman parte de un equipo. El trabajo del personal gerocultor es primordial, porque son los que más cerca están de los residentes”, explica Marisol Couceiro, la directora de la residencia Loiu Gurena.

No oculta que, cuando se decidieron a realizar los cambios, temieron por la reacción de las trabajadoras. “Ser por ejemplo profesional de referencia era algo que nunca habíamos hecho, al final era más trabajo. Hubo quien preguntó quién iba a limpiar la cocina después de hacer café. Son recelos normales ante cualquier cambio”, rememora. Todos los temores iniciales se disiparon en pocos días. “El ambiente laboral ha mejorado muchísimo y ahora ellas mismas toman la iniciativa. Hubo una trabajadora que, sin saber todavía si funcionaba el horno y sin decirle nadie nada, trajo todos los ingredientes para hacer un bizcocho. Salió de ella. Era Semana Santa; me mandó un vídeo por wasap y aquello me emocionó”.

Esa trabajadora era Almudena Pedrosa. Acumula quince años en la residencia y, reconoce, “el cambio ha sido bestial. Como de blanco al negro; es otro mundo, no tiene nada que ver la forma de trabajar de antes a la de ahora mismo”.

Afirma estar “encantada” con la nueva forma de organización que traen consigo las unidades convivenciales. “Hay más gente trabajando y tenemos más tiempo para dedicárselo a ellos. Antes, ponerte a hacer magdalenas con los residentes era impensable y ahora puedes hacer un bizcocho, preparas un café... Da tiempo. Es una maravilla”, asegura. Un ambiente del que se han empapado también los residentes. “Se les nota muchísimo; al final, lo que quiere es atención y teniéndola, están más a gusto y tranquilos”, señala. Ella ha sido la que ha traído desde casa masa preparada para que cuando llegaran las primeras visitas las magdalenas estuvieran listas, pero lo mismo les pone a preparar bizcochos o a formar rosquillas.