Para lograr una producción de alimentos más saludable y respetuosa con el medioambiente de cara a futuro, en 2030 el 25% de los cultivos deberán ser ecológicos en Europa. En el caso de Euskadi, gracias a la demanda creciente de los consumidores y al esfuerzo de productores y de las instituciones, la producción ecológica va sumando hectáreas de tierra año tras año. Así lo confirman los últimos datos del Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi (Ekolurra) que demuestran que en 2021 la superficie dedicada al cultivo ecológico aumentó un 16% con respecto al año anterior, pasando de 6.789 hectáreas a 7.905.

Pero para que el cultivo ecológico continúe ganando terreno en el territorio, la investigación en nuevas variedades es de suma importancia. En este contexto, las parcelas que el centro tecnológico NEIKER, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), dispone en Arkaute (Álava) permiten observar el presente y futuro de la agricultura ecológica. En la última visita a las instalaciones, los principales actores del sector agrícola tuvieron la oportunidad de conocer alguno de los últimos ensayos experimentales de cultivos ecológicos en los que se está trabajando, así como las propuestas para futuros ensayos.

Respecto a las novedades, NEIKER ha presentado nuevas variedades de remolacha, calabaza, maíz, soja edamame -de gran aporte nutritivo-, así como nuevas variedades comerciales de trigo para la producción de harina ecológica. 

Concretamente, durante la última visita, el investigador del Departamento de Producción y Protección Vegetal de NEIKER, Roberto Ruiz de Arcaute, explicó que “algunas variedades de trigo han demostrado un gran rendimiento en grano y calidad, y podrían servir para la elaboración de pan con harina ecológica producida en Euskadi”. 

La visita también permitió conocer otros campos experimentales ecológicos que el centro dispone en Arkaute: un total de ocho hectáreas en donde se realizan desde ensayos de variedades de cultivo ecológico como soja para consumo humano o trigo sarraceno, hasta la investigación de nuevos productos de fertilización, entre otros.

Tal y como subrayó Ruiz de Arcaute, “este tipo de ensayos son esenciales para cumplir con los principales retos de FOPE: ayudar al sector agrícola a incrementar la producción ecológica, desarrollar la cadena de transformación y comercialización, y reforzar al mismo tiempo la demanda de producto ecológico local”.

Al alza Según datos del Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi (Ekolurra), en 2021 el número de operadores en producción ecológica ha subido un 8% respecto a 2020, pasando de 658 a 710. Por cultivos, los incrementos más notables se han registrado en frutales (de 375 a 404 hectáreas, 8% más), vid (de 984 a 1.150 hectáreas, 16% más), frutos secos (de 26 a 39, un 50% más) y en pastos, pradera, forrajes y oleaginosas (de 4.502 a 5.684 hectáreas, 26% más). Respecto a los territorios, en 2021 Álava concentraba el 59% de las hectáreas de cultivo ecológico, mientras que Bizkaia y Gipuzkoa se repartían a partes iguales el resto.

Sin duda, una de las palancas del crecimiento de la producción ecológica en Euskadi es el Plan para el Fomento de la Producción Ecológica (FOPE), creado para la producción ecológica en el País Vasco y atender a la creciente demanda de la sociedad por productos ecológicos. Fruto del esfuerzo de productores y de las instituciones, los cultivos ecológicos están sumando paulatinamente más hectáreas de tierra en Euskadi.

El objetivo general de este plan, que se puso en marcha en 2014, es el aumento de la producción ecológica y el desarrollo de la cadena de transformación y comercialización asociada. Asimismo, el incremento de número de operadores, transformadores y el consumo local, junto con el aumento de la superficie y de la rentabilidad de la producción ecológica son algunas de las metas a conseguir a medio y largo plazo.