Pedro Castro, el padre de Aimar, declaró ayer que en el hospital de Basurto, donde acudieron el martes para dar a luz a su hijo Aimar, no les dieron entrega de la documentación ni les informaron del procotolo de seguridad para recién nacidos que se reforzó en 2014 precisamente para evitar raptos como el de este pequeño, estableciendo que todas las pruebas médicas se realicen a pie de cama, sin separar al niño de su madre. “A mí no me explicaron el protocolo, ni nos han hecho firmar nada”, afirmó, rotundo. Y, para él lo que es peor, lo que se ha conseguido es que “mi mujer se sienta peor por ello”.

Poco antes de abandonar el hospital de Basurto, Pedro aseguraba que nadie les informó en ningún momento del protocolo de seguridad, y que afirmar lo contrario lo único que ha conseguido es hacerle sentirse culpable a la madre, por haber dejado a la secuestradora, vestida de enfermera, llevarse a su hijo para supuestamente hacerle pruebas. “Eso nos ha dolido mucho”, reconoció.

Sobre la existencia de protocolos de seguridad y las declaraciones de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que dijo que “no hay que culpabilizar en ningún momento” a los padres por el secuestro del niño, sobre todo teniendo en cuenta el estado “emocional y físico” en el que se encuentran cuando llegan a un centro hospitalario para dar a luz, el padre del bebé explicó que no se les entregó ningún protocolo. “A nosotros nadie nos lo ha dado para firmar, ni nos lo han dicho personalmente, ni nos han leído nada”, insistió. Ni ahora, ni hace tres años, cuando nació su hija mayor, en el mismo hospital de Basurto. “Hace tres años y medio tuvimos a Alaia en el mismo hospital y tampoco nos explicaron el protocolo. Y estos días, tampoco”.

En la misma situación, señalaba, se encontraban el resto de familias que habían tenido a sus hijos estos días. “He hablado con los padres que hemos estado en el pasillo, a ver si a ellos les habían explicado el protocolo, y a ninguna le habían avisado”, afirmó.

Según narró, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, acudió el jueves a estar con ellos. “Me dio un abrazo, las condolencias, nos deseó ánimos y nos dijo que estaban con nosotros. Luego me he enterado que dijo que nosotros debíamos conocer el protocolo; te duele que te digan eso y lo que ha hecho es que ella –la madre– se sienta peor por ello”, al dejar a la secuestradora, que se hizo pasar por enfermera, llevarse a su hijo para supuestamente hacerle pruebas.

Al no encontrarse en ese momento en el hospital, Pedro reconocía no haber visto por el pasillo a la raptora, que trató de llevarse a otros niños en el resto de habitaciones de la planta de maternidad. “Según lo que me han comentado dos chicos de las habitaciones de al lado, abrió la puerta y, con la manilla entreabierta, al verles a ellos también dentro de la habitación, pidió perdón y volvió a cerrar la puerta”, explicaba. Por eso creen que aprovechó que Laura, su mujer, se había quedado un momento sola, para llevar a cabo su plan. “La madre de Laura, que se había quedado con ella mientras yo pasaba la tarde con nuestra hija mayor, se fue para coger el autobús de las 20.40 horas y yo iba a llegar sobre las 21.30. No se quedó completamente sola en la habitación, porque había también otra pareja que había dado a luz, pero yo creo que se aprovechó de que se había quedado sin compañía para llevarse al niño”, sospecha.