El descubrimiento de un cadáver en la resaca del aniversario de la villa el 24 de enero sacude Balmaseda. El fallecido no es otro que el párroco, hallado en una capilla de la iglesia de San Severino. Una criminóloga y su amigo periodista repararán en que los eventos locales alimentan los bajos instintos del asesino, pero para resolver el crimen deberán retrotraerse al pasado... Carnavales, la Pasión Viviente, el mercado medieval, la subida al Kolitza y el concurso de putxeras de las fiestas se entremezclan con el Puente Viejo, el casco histórico o el Cerro del Castillo en la trama que ha plasmado el balmasedano Sergio Pérez para su primer libro. El Ritual de los Caminos “está logrando una respuesta muy buena aquí” y su lanzamiento ha coincidido con la vuelta de estas celebraciones tras lo peor de la pandemia, así que los vecinos los disfrutarán con otros ojos después de leerlo.

Al menos, algo bueno ha dejado el coronavirus, un boom literario del municipio, aunque más enfocado a publicaciones sobre su historia. “Ha surgido una buena hornada de escritores últimamente en el pueblo y la pandemia nos ha cundido en ese aspecto”, afirma Sergio, quien ha aportado en su debut un sello a lo Dan Brown. Cuando leía alguno de sus best sellers “pensaba que con todo lo que atesoramos aquí en lo que respecta a tradiciones y edificios con significado podía intentar un estilo parecido”.

Dicho y hecho. Aprovechando los momentos en los que su hija recién nacida “dormía plácidamente” se enfrentó al papel en blanco. Nunca había escrito “ni siquiera un relato”, pero se lo debía a un primo de su madre, a quien prometió que novelaría anécdotas de su infancia. “Llevaba la espinita clavada y por fin lo he cumplido”, se felicita.

¿Continuación para una saga?

El proceso de dar forma al argumento le ha resultado “muy divertido”. Había preparado “una pequeña estructura” que fue alterando a medida que se le presentaban nuevas ideas. Por ejemplo, “el final fue totalmente improvisado” porque toda la parte anterior le conducía hasta ese punto. Sin desvelar spoilers, optó por un desenlace “cerrado” y al mismo tiempo punto y seguido para una segunda parte. Quizás, no en Balmaseda, pero posiblemente “con los mismos protagonistas en otros lugares de Enkarterri: Karrantza, Gordexola...” No le faltan historias “para dos o tres libros”.

Porque en Balmaseda poco le queda por explorar. No se ha olvidado “de casi nada” en un recorrido trepidante por desenmascarar al villano en el que la finca de Zoko Maitea juega un papel crucial. Además, “me han venido genial las excavaciones en el Cerro del Castillo y la noticia de que su origen se remonta al menos al siglo X” para incorporarlo. En cuanto al título, no eligió El Ritual de los Caminos por casualidad: “El Cuarto Camino da nombre a una secta existente en algunos países” ligada de una forma que deberán desentrañar los lectores a los sucesos que desencadena la aparición del cadáver del cura.

El peso de cerrar el caso recae en una criminóloga balmasedana y su amigo periodista, que se ha mudado a la villa enamorado de su gente. Ambos gozan de un “prestigio” que les involucra en la investigación como “peritos judiciales”. Aquí entran en juego “nuestro sentimiento de pertenencia tan acusado” a través de personajes como el tío de la protagonista o su madre, cuyos problemas de salud no han borrado el recuerdo de otros tiempos con las celebraciones locales como telón de fondo. Asoman también debates como las fake news, la imposición de la inmediatez de la información en detrimento de su calidad y la viralización de las noticias por medio de las redes sociales.

Sergio envió el libro a tres editoriales, recibió interés por parte de todas ellas y se decantó por Círculo Rojo. Durante el mercado medieval, cuando se alcanza el clímax de los acontecimientos, El Ritual de los Caminos se había agotado en las librerías de Balmaseda. Las piezas terminan de encajar en el día de putxeras, el 23 de octubre.