Una decena de familias de Sopela acusa a la Sociedad Deportiva Ugeraga de dejar a “once jugadores de entre 13 y 14 años sin poder jugar a fútbol” en la localidad. Los padres y madres de estos jugadores han mostrado su malestar por la “expulsión del club de 11 niños sin previo aviso” al finalizar la temporada. Según explican, la razón esgrimida por el club para efectuar los descartes se debe al “criterio de buscar mayor rendimiento, negándose tajantemente a hacer equipos con más niños o un tercer equipo”. Del mismo modo, aseguran que en todo momento no ha habido “ningún interés por parte de la directiva de buscar las posibles soluciones”.

Sobre esta línea, aseguran que su denuncia pública busca cambiar esa filosofía no escrita de que “el fútbol es así”. “Los padres y madres somos parte del club y está financiado con recursos municipales que pagamos entre todos. La única alternativa que ellos han barajado ha sido la expulsión de 11 niños de 13 y 14 años. Los socios deben cumplir los acuerdos, según los estatutos. Así ha sido, los niños ya no están en Ugeraga; otra cuestión es que pretendamos la posible readmisión de algunos niños y sobre todo, fomentar un debate necesario en la sociedad prolongando de hecho la filosofía del deporte escolar hasta los 16 años”, esgrimen.

Por su parte, la Sociedad Deportiva Ugeraga salió ayer jueves al paso de estas acusaciones y, a través de su presidenta, Vanesa Llorente, manifestó a DEIA el malestar existente en el club al considerar que “no se ha llevado el tema con el respeto que nos merecemos” y se han vertido “calumnias por WhatsApp y redes sociales” e incluso señaló que “se ha llegado a increpar a gente del club por la calle”. Ante esta situación, la entidad sopeloztarra emitió un comunicado en el que aclara que es una “entidad privada” que trabaja “de forma altruista por y para el pueblo de Sopela”. Sin embargo, desde el club sostienen que el problema radica en que estos jugadores, tras finalizar su etapa escolar acceden al deporte federado, que se rige por otras normas. En este ámbito, el club cuenta con dos equipos cadetes y sostienen que “se ha realizado un esfuerzo inmenso para captar jugadores en aras a poder sacar un tercer cadete, lo que ha sido inviable debido a que de los 10 jugadores –el club habla de 10– que han sido descartados cuatro son porteros”. A este respecto, las familias afirman que “más que porteros son chavales que juegan a fútbol, no profesionales, y no se les preguntó si jugarían en otra posición”.

Mientras tanto, desde el club indican que barajaron la posibilidad de crear otro club deportivo para albergar a dicho equipo “dado que la Federación Vizcaína impide tener dos equipos del mismo club en la misma categoría”. “Hubiera sido necesario disponer de un mínimo de entre 18 y 22 jugadores por lo que ha sido inviable”, apunta Llorente.

Sobre esta línea, desde el Ugeraga aclaran que “han facilitado a los jugadores descartados la alternativa de acudir a otro club”. En concreto, en equipos de Berango y Urduliz. Sin embargo, tras admitir a varios, dos de ellos se han quedado sin equipo.

Por otro lado, desde el club afirman que se sienten “presionados, coaccionados y atacados por padres y madres con llamadas y envíos de mensajes a horas intempestivas cuando el acuerdo adoptado es firme”. Una decisión que se dio a conocer a las familias “el 8 de junio”, indican.

Por parte del Ayuntamiento de Sopela, que ha mediado en el conflicto, el regidor sopeloztarra, Josu Landaluze, indica que el Consistorio no puede “involucrarse en la gestión de un club que es privado”, pero que abogan porque “en edad escolar tengan cabida todos los niños y niñas de Sopela”. El Consistorio reclamó al Ugeraga que “readmitiesen a los dos niños que no encontraron sitio en clubes del entorno, pero no fue posible”, concluye Landaluze.

El campo de hierba natural de Urko pasará a ser de césped sintético una vez finalicen las obras que arrancan el martes. C.Zárate

Remodelación de Urko

Nuevo césped. El césped de hierba natural de Urko pasará a ser sintético. El próximo martes arrancan las obras, para las que el Ayuntamiento destinará 870.000 euros. Está previsto que finalicen en dos meses y medio.

Equipos. El nuevo campo de hierba artificial dará oxígeno al Ugeraga. “Con 19 equipos y solo poder usar un campo para no estropear el otro, que requiere muchos cuidados, tenemos muchos problemas de horarios de entrenamientos y partidos”, explican desde el club.

Parking de las playas. La tierra vegetal del campo de Urko se trasladará al área de esparcimiento creada el año pasado tras el cierre al paso de vehículos del parking superior de las playas de Barinatxe y Arriatera.