Sopela albergó ayer jueves la XIV edición de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak de Eskuinaldea, una ceremonia en la que se respiró un gran espíritu deportivo. No en vano, un nutrido grupo de exitosos deportistas de la comarca poblaron las filas del auditorio de Kurtzio, el escenario escogido para celebrar una gala que siempre pone de relieve las historias más cercanas, las de sus vecinos y vecinas.
Fue una tarde de sentimientos, de buenas vibraciones y, sobre todo, de grandes dosis de humor... ¡Cuánta falta hacía! Porque reírse es vivir con alegría, justo la que aportaron los premiados de esta edición, plenos de vitalidad, ilusión y ganas de superarse.
La ceremonia tuvo ingredientes que la convirtieron en inolvidable. Mención especial merece la afición por la sokatira, que se convirtió casi en requisito imprescindible para poder acceder, e historias de superación emocionantes, de esas que hielan el corazón, pero otorgan un rayo de esperanza. Como ese "final del túnel" que deseó alcanzar cuanto antes el alcalde de Sopela, Josu Landaluze, que como buen anfitrión subió al escenario para dar la bienvenida a los asistentes. "Estos galardones premian la excelente labor y la esencia solidaria de esta comarca", ensalzó, al tiempo que reconoció el sacrificio mostrado durante la emergencia sanitaria "en pro de un beneficio común".
Acto seguido, el director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla, destacó que a lo largo de los últimos catorce años este periódico ha dado "voz" a las personas y agrupaciones locales, y como "hombre de basket"Es envidiable su trabajo y sacrificio, al igual que el del resto de premiados".
Fue una velada amena y agradable, perfectamente dirigida por el maestro de ceremonias, Alain Salterain. El primero en recoger su galardón fue el gorliztarra Ander Irigoyen, un hombre de hierro que sueña con Hawái. "Entreno entre tres y seis horas diarias. En casa estamos apostando por este proyecto", detalló. Un trabajo que le encanta. "Me costaría más estar en una oficina", matizó.
De un deportista que está abriéndose paso a un veterano curtido en mil batallas en los frontones. El Gallo, envió a la mejor representación posible, su mujer Aitziber Alonso y sus hijos Eder y Luken. Precisamente, los txikis desvelaron que ya empiezan a meter horas en el frontón. De tal palo tal astilla. "A Esteban le gusta mucho lo que hace y lo disfruta", explicó Aitziber.
De un referente a otro. Concretamente a uno que es santo y seña del deporte inclusivo como Asier García, capitán de la selección española de baloncesto adaptado y olímpico en Tokio, campeón y MVP con su equipo, el Bidaideak Bilbao BSR. Su hija Naia, emocionada y alegre, le acompañó al escenario para recordarle lo verdaderamente importante en la vida. "El deporte de alto nivel es muy sacrificado, te obliga a quitarle mucho tiempo a la familia", expresó Asier al reconocer que vive "los últimos coletazos" de su carrera deportiva.
Pero, sin duda, el deporte más nombrado de la velada fue la sokatira. Primero estuvo representado por la familia formada por Aingeru Nogales, Iñaki Fernández y sus hijas Odei e Izar, que disfrutan juntos de este deporte. "Antes que en cualquier competición hay que ser campeón de casa", bromeó Iñaki. Y es que en la cuarentena no les quedó más remedio que competir entre ellos hasta que se pasaron "a los donuts, como todo el mundo", resumieron sus hijas. "Ahora estamos gorditos porque nos gusta mucho disfrutar de la comida cuando tenemos unos días libres, en la sokatira se pasa mucha miseria", remató Aingeru.
Del mismo modo, en Urduliz el Mundial de sokatira ha dejado un buen sabor de boca gracias a Itziar Ansoleaga, Ainhoa Ortega y Aitor Ugarte, tres apasionados de la sokatira que a punto estuvieron de ir al coche en busca de una cuerda con la que demostrar sus dotes.
Imposible no emocionarse con la labor que realiza el taller de costura solidaria de Getxo, al que se le brindó un merecido aplauso por su labor altruista. "Compramos, elaboramos y vendemos. En la última exposición recaudamos 3.000 euros", apuntaron.
De contribuir al enriquecimiento cultural de los vecinos de Barrika se encargan los integrantes de la Asociación Gertuko. Su presidente, José Manuel Cacho, junto al vicepresidente, Jon Nikolas, y la secretaria, Susana Santiago, compartieron dilema sobre el relevo generacional en la sokatira y se ofrecieron a tomar el testigo. La edad solo es un dígito.
Antes de la cena, los responsables del restaurante Arrarte de Plentzia, Eduardo Arrarte y María Asunción Ruiz, pusieron los dientes largos al respetable con su plato estrella, "la paella de bogavante" y el corazón encogido con el testimonio de María Asunción, una heroína que ha luchado a brazo partido durante ocho meses contra el covid-19.
Finalmente, el cierre fue como el inicio, con ganas de correr, nadar y pedalear, de la mano de Hirubi Triatloi Sopela. Joseba Legarra, secretario; Esti Tejeda, tesorera; y Ekain Araiz, presidente, fueron los encargados de recibir el galardón y explicar que ya trabajan en la despedida de este 2021 con su popular San Silvestre.