NKARTERRI es una comarca de contrastes, con paisajes naturales y medievales y riquezas primitivas como las cuevas de Pozalagua, únicas en el mundo. Conocerla supone adentrarse en el pasado de Bizkaia, un viaje que nos llevará a disfrutar no sólo de su patrimonio verde sino también del potente pasado industrial que acogió durante décadas.

Balmaseda es el epicentro de la comarca, una villa monumental reconocida por su importante patrimonio histórico, por su rica gastronomía tradicional y por los bosques y ríos que la abrazan. Su Puente medieval, conocido también como Puente Viejo, es uno de los testigos más antiguos de la historia de la localidad y por tanto, visita obligada para quien recala por primera vez en Balmaseda. Pero no es el único vestigio del pasado, ya que hay otros más a lo largo y ancho del municipio.

La llegada del ferrocarril y de importantes industrias como la fábrica de boinas La Encartada, hoy en día reconvertida en un museo que recorre los comienzos de la industrialización en Euskadi, así como la historia de una de las prendas vascas más reconocidas como es la txapela, han condicionado también la imagen del municipio.

No hay que olvidarse de la Casa de Juntas de Abellaneda, centro del gobierno de la zona durante siglos y símbolo de las libertades del territorio, hoy Museo de las Encartaciones y un icono histórico de la comarca que ha influido con el paso del tiempo en la identidad de sus vecinos.

Otros lugares interesantes de conocer en esta comarca son la Ferrería de El Pobal y el Museo de la Minería, lugar este último que brinda la oportunidad de conocer el patrimonio industrial de la minería en Bizkaia. A través del mismo, el visitante se sumerge en el universo de los recuerdos y vivencias que han marcado la vida de muchas de las personas que directa o indirectamente vivieron de la actividad minera.

CUEVAS POZALAGUA

Es, sin duda, el gran prodigio de la naturaleza que alberga Bizkaia. Las Cuevas de Pozalagua destacan por poseer la mayor concentración de estalactitas excéntricas del mundo, unas formaciones que crecen desafiando la gravedad y que conforman un mosaico deslumbrante, motivo que le llevó en 2013 a ser elegido Mejor Rincón de la Guía Repsol. El conjunto subterráneo que ofrece es espectacular, por lo que es totalmente recomendable una visita a su interior, la cual transcurre entre columnas y un lago desecado sobre los que brotan decenas de miles de estalactitas excéntricas que parecen formar un interminable arrecife de coral. El recorrido culmina en un mirador desde el que se puede contemplar la grandiosidad y belleza del subsuelo vizcaino.

Pero continuando en clave arqueológica, en Galdames encontramos otro de los elementos más significativos de la zona, la cueva de Arenaza, y las pinturas plasmadas en ella, que constituye la cuarta caverna de Bizkaia en la que se encuentran muestras de arte rupestre.

En este recorrido por la comarca, los amantes del arte encontrarán en Arenatzarte, Güeñes, su espacio natural, un parque de esculturas entre una treintena de árboles centenarios y singulares.

Pero aún hay más. A quienes les gusten los coches antiguos, la Torre Loizaga es la propuesta más atractiva de la zona, fruto de la pasión de un hombre, Miguel de la Vía, por los coches. La majestuosa fortaleza acoge una excepcional colección de automóviles clásicos y antiguos, considerada única en el mundo por tener todos los modelos de la marca Rolls-Royce.

Por último, y para conocer bien Enkarterri no se puede pasar por alto el peso de su gastronomía. Desde sus viñedos de txakoli hasta la famosa cebolla morada de Zalla, pasando por el chocolate de Balmaseda son un pequeño ejemplo de la larga muestra de productos que crecen o se producen en la comarca, ejemplos todos ellos del buen hacer de los pueblos que la conforman.