- La Diputación Foral de Bizkaia plantea a los ayuntamientos del territorio aplazar hasta 2022 las devoluciones de una probable liquidación negativa del fondo de financiación municipal Udalkutxa. La propuesta, que debe ser ahora ratificada por Eudel y acordada en el Consejo Territorial de Finanzas, establece 2021 como año de carencia y el pago de las cantidades restantes a partes iguales entre 2023 y 2024.

El fondo Udalkutxa es una partida económica que cada año reparte la Diputación para la financiación de los 112 municipios del territorio. El montante se calcula, por una parte, en base a las características de cada localidad y, por otra, a los impuestos que se prevén recaudar por parte de la Hacienda foral. Así, todos los ayuntamientos disponen de una asignación fija, a la que se une otra variable que se determina teniendo en cuenta aspectos como el número de habitantes, el esfuerzo fiscal, las unidades escolares, el paro, la dispersión de la población o la existencia o no de una playa en la misma. Pero la cuantía se calcula en base a los impuestos que se prevé recaudar, por lo que las primeras entregas son a cuenta y hay que comprobar, según avanza el año, si esas previsiones se cumplen. Si la recaudación es mayor, también lo es el dinero de Udalkutxa, por lo que hay más dinero para repartir entre los municipios. Pero también puede ocurrir lo contrario: que se recaude menos de lo esperado y la cuantía del fondo sea también menor, por lo que los ayuntamientos se ven obligados a devolver parte de lo recibido hasta ajustarse a la recaudación real. Fue lo que ocurrió en Bizkaia durante la última crisis, entre 2008 y 2016, con la única excepción de 2011. Y lo que es previsible que suceda también este año, en el que la recaudación podría caer, a falta de las cifras definitivas que se estimen en el próximo Consejo Vasco de Finanzas que se celebrará el próximo día 15, en torno a un 18% en Bizkaia para final de año por la crisis económica derivada del coronavirus.

Cómo hacer frente a esas devoluciones representa un quebradero de cabeza para los ayuntamientos, para algunos de los cuales Udalkutxa representa casi el 50% de su presupuesto. Por ello, ya el pasado junio el Consejo Territorial de Finanzas acordó reducir en un 20% las cantidades a entregar a cuenta a los municipios durante el segundo semestre del año, de julio a diciembre. Además, se estableció que la previsible liquidación negativa de Udalkutxa se efectuara en un plazo de 18 meses, comenzado también en julio.

Sin embargo, la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico de la semana pasada introdujo un nuevo elemento: la capacidad de endeudamiento propia de las diputaciones, que puede alcanzar el 0,9% este año. En el caso de los territorios históricos el reparto se hará en función de los coeficientes horizontales, de manera que Bizkaia podrá disponer de un déficit anual de alrededor de 300 millones, con lo que la caída de la recaudación no sería tan acusada y, en consecuencia, tampoco la liquidación negativa de Udalkutxa. Ya ese mismo 30 de septiembre, el diputado general, Unai Rementeria, anunció que haría llegar al día siguiente a la comisión territorial de Bizkaia de Eudel una propuesta sobre cómo “compartir” con los ayuntamientos ese dinero adicional, que “no tapa todas las heridas, pero ayuda bastante”.

Rementeria explicó que la cantidad que se entregue a los municipios dependerá de cuánto caiga la recaudación y de los remanentes con los que cuenten los ayuntamientos ahora que pueden hacer uso de ellos.

Esa propuesta ya ha llegado a Eudel Bizkaia, en forma de carta de la diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, Ibone Bengoetxea. En ella, se plantea a la comisión territorial de la asociación de municipios vascos suspender la minoración de los ingresos a cuenta y la devolución del fondo hasta 2022, dejando el próximo año como periodo de carencia. A partir de ese año, los ayuntamientos podrían devolver el montante restante en dos plazos, el 50% ese año y el resto en 2023.

La propuesta debe ser ahora debatida en la comisión territorial de Bizkaia de Eudel, en la que participan los ayuntamientos de Bilbao, Getxo, Plentzia, Fruiz, Ermua, Etxebarri, Zamudio, Lemoa y Otxandio. Posteriormente, su postura se trasladaría al Consejo Territorial de Finanzas de Bizkaia, en el que también participa la Diputación, órgano que debe aprobar en su caso el planteamiento. De manera ordinaria, se reúne dos veces al año, en febrero y en octubre, después del Consejo Vasco de Finanzas, aunque también celebra encuentros extraordinarios, como ha hecho esta primavera como consecuencia de la pandemia del covid-19 y sus efectos sobre la economía.

Municipios

Se analizará el actual modelo de financiación municipal y los criterios de distribución de los ingresos concertados, incluidos los de imprevistos. Se adoptarán posibles medidas transitorias el próximo año, en colaboración con Eudel, para ayudar a los ayuntamientos en los gastos extraordinarios y las dificultades económicas como consecuencia de la pandemia.

Residencias

Se intensificarán las labores de inspección y control en las residencias, con especial atención a los elementos relativos a los profesionales en cantidad -ratios- y calidad, para adecuar mejor la atención al perfil de las personas residentes y su calidad de vida. También se transformarán los cuidados de larga duración, extendiendo el proyecto Etxetic esta legislatura a otra comarca con gran dispersión de población y primando las unidades convivenciales pequeñas en las residencias.

Kilómetro 0

La Diputación analizará la posibilidad de que sus servicios públicos directamente dependientes (residencias, centros de día...) prioricen el consumo de productos procedentes de Bizkaia, favoreciendo así a los productores locales, realizando una planificación comarca a comarca si fuera viable.

Industria

En colaboración con el Gobierno vasco y los ayuntamientos, se impulsará una estrategia industrial que incluya los elementos tractores de los Planes Estratégicos de Actuación Prioritaria en Ezkerraldea-Meatzaldea y Enkarterri que se están elaborando, orientados a la revitalización socioeconómica de estas comarcas.

Fórmula ya utilizada. La propuesta que ha planteado la Diputación no es nueva; de hecho, ya se llevó a cabo en la anterior crisis económica. En 2009, se acordó que los municipios devolvieran en tres años, con un ejercicio de carencia en 2010, la significativa cantidad de 219 millones de euros que arrojó la liquidación negativa de Udalkutxa.