“Si implantas una medida y no es polémica, malo”. Juan Mari Aburto recordó ayer esta frase que le dijo un día su antecesor, Ibon Areso. El alcalde, consciente de que esta medida es controvertida, pidió paciencia a la ciudadanía porque cree que será necesario un tiempo para poder analizar sus beneficios. En todo caso, confió en que las multas “no sean necesarias” para cumplir el límite de 30 kilómetros por hora y, en ese sentido, apeló al “respeto a la norma”, a la vez que aseguró que se establecerá un “periodo pedagógico” para que esta medida arraigue en los conductores, porque “nuestro objetivo no es recaudatorio”. Aunque se viene anunciando desde el verano y ya funciona en el 87% de las calles de la ciudad, ayer fue el estreno de una decisión que, cuando menos, ha generado mucha expectación y más de una queja. Juan Mari Aburto, acompañado del concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, presentaron oficialmente la extensión a toda la ciudad del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora.

Una ciudad más humana

El alcalde afirmó que “hoy es un día especial para nuestra ciudad, es un día especial en la evolución de Bilbao”, porque “hoy Bilbao se convierte en una ciudad más sostenible, más tranquila y más humana”. “Hoy Bilbao se convierte en la primera ciudad del mundo de más de 300.000 habitantes donde en toda la trama urbana circularemos a 30 kilómetros por hora”, destacó, para asegurar que se trata de una medida que han “madurado y analizado con diversos expertos técnicos” y que se ha implementado “tras estudiar diversas experiencias de otras ciudades”.

El alcalde dijo que estamos “en una nueva realidad marcada por el covid-19, que afecta a las ciudades en todos los sentidos, también en la movilidad” y señaló que el objetivo es tener una ciudad “más segura y más sostenible, cumpliendo también con las recomendaciones de las autoridades sanitarias”. En estos meses, recordó que el Ayuntamiento ha desarrollado rutas verdes y zonas peatonales, y se ha establecido la reducción del tiempo en 50 pasos semaforizados “como una medida pensada en mejorar la calidad de vida de los peatones”.

Por su parte, el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, afirmó que Bilbao es una ciudad “en la que sus ciudadanos vivirán mejor y más”. Tras señalar que el tráfico “contamina y genera ruido y víctimas”, dijo que el objetivo es “ayudar a mitigar o hacer desaparecer” todos esos efectos.

En la Semana Europea de la Movilidad, Bilbao “traslada el mensaje de que no podemos vivir como hemos vivido hasta ahora, todos pendientes del reloj y con diferentes cuestiones que nos apremian y nos llevan a perder no solo calidad de vida, sino vida” y, en ese sentido, advirtió, “tenemos que tomar decisiones”. “Queremos una ciudad sin humos, sin ruido, no queremos una ciudad sin vehículos, esto no es la guerra contra el vehículo sino que lo que queremos es que el patrón del comportamiento de los ciudadanos y de quienes viven a visitarnos sea distinto”, explicó.