Susana y Eduardo, el matrimonio cántabro que viajó a Vietnam junto a su hija Elba la primera semana de marzo para adoptar a la pequeña My y que quedaron atrapados en el país a causa del coronavirus, mostraron ayer su gratitud hacia la embajada española en el país asiático por la cobertura y apoyo que les ofrecen tras conocer su caso. “Después de la difusión del vídeo en el que pedíamos ayuda y con la publicación de nuestra historia en el periódico nos sentimos mucho más arropados, que es lo que clamábamos”. Aunque les han ofrecido algunas alternativas para salir del país asiático, dado que viajan con dos niñas muy pequeñas, en principio han decidido quedarse en Vietnam por su propia seguridad.

Durante el fin de semana, según resalta Susana, la embajada de España en Hanoiha estado muy pendiente de nosotros facilitándonos información de posibles vuelos hacia cualquier país europeo. Lo que ocurre, como ya comentamos al exponer nuestro caso, es que no nos pueden asegurar el retorno a casa y tenemos mucho miedo de quedarnos tirados en un aeropuerto”. Según teme la pareja, ya no sería problema de la embajada, sino que “sería responsabilidad nuestra la vuelta a casa y eso nos produce mucha incertidumbre en nuestra situación”.

Sin embargo, reconocen que “desde la embajada, en estos momentos, están haciendo lo humanamente posible para resolver nuestra situación. Madrid debería ser nuestro destino pero tal y como están aconteciendo las cosas no es nada seguro tampoco llegar hasta allí”.

Ante estas circunstancias la pareja se ha planteado como alternativa, que aún barajan, quedarse en Vietnam. Si finalmente optan por esta decisión, desde la embajada les han asegurado que renovarán sus visados y además intentarán negociar pasarles el contacto de directores de hoteles para que les hagan un precio más económico, dada la situación que atraviesan y así llevar el coste de la mejor manera posible. Susana señala que, de momento, “seguimos en Vietnam por una decisión personal, porque lo que se nos pone sobre la mesa, aún siendo conscientes de que es un esfuerzo brutal, consideramos que serían opciones buenas si fuéramos un matrimonio sin hijos, pero con las niñas nos parece un riesgo muy alto”. El matrimonio agradece todo lo que “ahora sí nos están ayudando”.

Reconoce que el pasado fin de semana el ofrecimiento y la ayuda fueron mayúsculos. ”No sabemos si ha sido todo a raíz de la difusión de nuestra historia, pero también desde la delegación de Cantabria se han puesto en contacto con nosotros y nos están ayudando”. A día de hoy “nos sentimos muy respaldados, que era lo que solicitábamos. Que si nos teníamos que quedar en Vietnam, sentir que no estábamos abandonados. Por eso ya nos sentimos aliviados”.

Mientras tanto tratan de hacer una vida normal en un país con diez millones de habitantes pero con solo setenta casos de coronavirus y ningún fallecimiento. Pese a ello, Díaz-Agero señala que “las medidas de control que se aplican son férreas para evitar que se produzcan contagios”.

El hotel en el que se encuentran lo desinfectan dos veces por semana y cada vez que entran en él o en cualquier centro comercial, les toman la temperatura y les obligan a lavarse las manos. Toda la gente va con mascarillas por las calles y el líquido desinfectante es gratuito en todos los sitios.

“Durante el fin de semana la embajada se ha puesto en contacto con nosotros para brindarnos soluciones”

“Aunque seguimos en Vietnam ahora sí nos sentimos apoyados, no estamos abandonados”

Madre adoptante en Vietnam