Mikel García Agirrezabal disfruta muchísimo con el deporte. “El deporte me ofrece seguridad”, confiesa. Desde muy pequeño, junto a su hermano Ander, ha practicado la escalada, la natación, el surf..., pero ahora está centrado en el atletismo, una modalidad que le ofrece una gran confianza y con la que ha llegado muy lejos. Solo piensa en ser el más veloz. “Cuando voy a perder el autobús también suelo correr”, bromea. A base de trabajo, de mucho trabajo, el deportista de 23 años al que han bautizado como la bala de Irala ha conseguido ser el más rápido en los mundiales de INAS de Australia en la categoría T21 síndrome de Down.

El atleta vizcaino ha ganado tres medallas de oro en 400, 800 y 1.500 metros y lo ha conseguido gracias a su afán de superación y de su constancia. “Lo que se propone lo consigue”, afirman orgullosos sus padres. Su carrera deportiva no ha hecho más que empezar. Lo que necesita es confianza y una oportunidad. El resto, lo consigue Mikel.

Hace una semana regresó de Australia y desde entonces el deportista no ha parado. Le han llamado de diferentes medios de comunicación donde le han entrevistado y el propio alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, le recibió el miércoles en el Salón Árabe para felicitarle por sus logros y obsequiarle con la txapela de campeón. “Fue emocionante ser recibido por el alcalde”, afirma.

Esta semana Mikel ha visitado junto a sus aitas, Elvira y Gotzon, la redacción de DEIA para compartir con los lectores sus sensaciones y todas las vivencias que ha experimentado en esta gran aventura en la que ha alcanzado la cima. “Me ha encantado el ambiente de Brisbane”, relata. Y prosigue: “No me importaría vivir allí”, se sincera. Este joven, que combina su pasión con el deporte con los estudios de Comercio en la universidad de Deusto, le resta importancia a lo conseguido en los mundiales de Brisbane. Para él, las tres medallas de oro que ha traído a Euskadi, no son más que la recompensa a muchas horas de duro trabajo y dedicación bajo las directrices de sus entrenadores: Javier Conde y Sergio López. Mikel García forma parte del Club de Atletismo Adaptado Saiatu - Javi Conde. Es ahí donde este campeón de oros ha crecido deportivamente y donde desde el minuto uno han confiado en sus capacidades.

En verano, en sus vacaciones en el pueblo de Ezcaray, Mikel salía todos los días a correr con su aita para prepararse físicamente. El entrenamiento fue duro. Asimismo, para adaptarse previamente al cambio horario y poder competir en Australia, Mikel salía a correr de noche por el parque del bilbaino barrio de Irala y, por las mañanas, se preparaba en Basauri. “Ha trabajado mucho. Estamos hablando de un deportista de élite y, por lo tanto, el entrenamiento debe ser así”, explica Gotzon García. De hecho, a pesar de las horas de entrenamiento, con calor o lluvia, explican sus aitas, no han oído ni una sola queja de su hijo. “¿Para qué me voy a quejar? Cuando hay que hacer algo no queda más que hacerlo” lanza, sin vacilaciones. Sin perder ni un segundo, Mikel ha superado todas las trabas posibles para lograr los objetivos fijados. Ni si quiera un desprendimiento de retina que le dejó hace año y medio sin la visión total del ojo derecho y el 10% del ojo izquierdo hizo a Mikel plantearse abandonar su sueño. Para ello fue clave el apoyo de sus entrenadores, la confianza del club y de sus padres que viajaron a Brisbane ikurriña en mano. “Javier Conde vio en Mikel unas grandes cualidades y a partir de ahí le marcó las pautas. A nosotros nos sorprendió por el nivel que se exigían, pero si Conde lo dice, vamos con él a muerte”, confiesa Elvira. Mikel ha seguido a rajatabla los consejos de sus dos tutores en esta aventura deportiva. “Mi equipo y los entrenadores son importantes. Me han dado la oportunidad”, dice el deportista.

Oportunidades Gotzon y Elvira destacan la labor que realiza el club fundado por Javi Conde hace dos décadas porque gracias a este tipo de entidades es posible que personas como Mikel desarrollen sus habilidades y se abran un hueco en esta sociedad. Es realmente este el camino que se debe seguir para conseguir dotar a la sociedad de herramientas que fomenten la inclusión de colectivos con capacidades diferentes. “La confianza y el apoyo son imprescindibles. Ellos son tan capaces como cualquiera de nosotros solo que lo que necesitan es apoyo. Este club de atletismo ofrece ese espacio para que personas como Mikel demuestren hasta dónde pueden llegar”, asegura Elvira Agirrezabal. En este sentido el deportista de Irala afirma haberse sentido muy arropado en este recorrido y anima a los chicos y chicas como él a que practiquen el deporte si les gusta. “Que no se queden en casa”, dice.

Era su primera competición a este nivel, pero Mikel lo dio todo en Australia consiguiendo tres medallas de oro para Euskadi. “Cuando estaba corriendo estaba concentrado en lo mío”. Ahora, por las mañanas estudia y por las tardes acude a entrenar a Basauri. Como hito se ha marcado competir en los juegos paralímpicos de Tokio el año que viene, pero paradojas de la vida, en esas competiciones por el momento no se incluye la categoría T21. “Para competir en Australia tuvo que llegar a unos mínimos. En Tokio no está incluida la categoría síndrome de Down. Pero no vamos a parar. Si no se puede ir a Tokio, que sea en París, dentro de dos años. Entre todos lo tenemos que conseguir”, concluyó Gotzon.