EL Santuario de Nuestra Señora de Udiarraga, presidido por talla de la patrona de la villa de Ugao-Miraballes, será escenario el jueves de la gala de entrega de los Laboral Kutxa Hemendik Sariak de la comarca de Nerbioi-Ibaizabal. En esta decimosegunda edición del evento, se conceden un total de 13 galardones, todos ellos a entidades, asociaciones o personas a título individual que contribuyen al desarrollo y bienestar de las localidades de la comarca.

Por su labor incansable en favor del deporte femenino y su buen hacer dentro y fuera de las canchas, el Club de Balonmano Femenino Kukullaga recibirá el Bizkaia Saria. El club de Etxebarri lleva ya 36 años dando un espacio muy importante al deporte femenino. Resultado de todo ese trabajo es por ejemplo que, el club, cuente con unas 250 deportistas en sus filas, siendo prácticamente el 95% etxebarritarras. Un club que tiene 19 equipos desde categoría prebenjamín hasta la más alta, el equipo que milita en la División de Honor Plata del balonmano estatal. El club de Balonmano Femenino Kukallaga se funda en 1983, con las jugadoras procedentes del Colegio Público San Antonio de Etxebarri. Tal y como explican, “su actividad, desde el momento de su fundación, se ha dirigido al fomento del Balonmano Femenino en Etxebarri”. Además también “se creó en 2001 la Escuela de Balonmano Kukullaga, con el doble objetivo de ofrecer una opción de deporte educativo a las niñas de Etxebarri y posibilitar la aparición de futuros talentos deportivos en el ámbito del balonmano”.

Llevan siendo una de las referencias del atletismo desde 1996. Hoy en día, después de muchas carreras y muchas pistas recorridas, el A.D. Atletismo Artunduaga de Basauri suma un total de 120 fichas de deportistas que van desde la categorías sub-16 hasta los más veteranos, que algunos pasan de los 70 años. El club se nutre sobre todo de atletas locales y de la comarca, pero “contamos con gente de Basauri, Zaratamos, Arrigorriaga, Etxebarri, Arratia, Ugao o Bilbao”, detallan. En cuanto a la evolución de la entidad, en este momento “contamos en el club con varios atletas que compiten en atletismo adaptado con ficha de adaptado con el Club Saiatu Javi Conde” y por otra parte existe “una estrecha colaboración con Artunduagako Atletismo Eskola, con la que compartimos algunos de los entrenadores y es de donde nos abastecemos de nuevos atletas”. Durante el año, además de colaborar con actos que organiza el Ayuntamiento, “organizamos tres pruebas atléticas”.

Es mucho más que el cura de Arratia. Jose Mari Kortazar ha sido capaz de mostrar durante muchos años la labor de la iglesia y muchas otras personas en este precioso valle vizcaino. Junto con Cáritas Arratia colabora en diversas actividades solidarias y participa en todas y cada una de las tradiciones mejor guardadas en los pueblos, muchas de ellas ligadas a la labor cristiana. En este sentido, podría decirse que Kortazar siempre está dispuesto a poner en valor la cultural local no solo en relación a la iglesia, si no que ha sabido unir fe, tradición y celebración en muchos de los actos en los que participa como cura. Entre otros, da la misa anual que se celebra en Igiriñao el día de San Ignacio, participa en la procesión y la fiesta de San Valentín en la barriada de Eleizondo en Zeanuri o acude anualmente a la rogativa a Urkiola que parte desde los pueblos de Arratia.

Pero para él esa labor es “lo que me toca como párroco” y no le da mayor importancia, por lo que en relación al Hemendik Saria que se le entregará asegura que “lo merecen muchas personas”. Sin embargo, Kortazar es una de esas personas que ha sabido dar a conocer muchos de esos actos que se celebran en Arratia y les ha otorgado una visibilidad junto con otros vecinos que era necesaria. Prueba de ello es la página web http://arratiaeliza.blogspot.com/, en la que Kortazar vuelca todo tipo de noticias relacionadas con la iglesia en Arratia y la cultura local. Sin duda es un escaparate inmejorable para conocer muchas de las tradiciones que el valle ha sabido guardar y cuidar con mucho mimo y que son, además, una muestra de toda esa cultura de los pueblos de Euskal Herria.

En esta web, Kortazar ensalza la labor de otras personas del valle como la de las voluntarias de Cáritas, de las que dice que “podrían ser ellas las que recibieran el premio”. También ha dado a conocer la labor de monjas misioneras que partieron hace muchos años, dejando sus pueblos y sus vidas en Arratia para ayudar a los más necesitados. Además, pone en valor, a través de sus textos e imágenes muchas de las romerías o tradiciones y costumbres del valle, no siempre relacionados con la iglesia. Asimismo, con un aire reivindicativo, siempre apuesta por esa labor de la iglesia cercana a quienes más lo necesitan, a acordarse del pobre y a acercarse a todo problema que necesite de apoyo.

La educación y la formación son dos ejes fundamentales para el desarrollo de una sociedad y el Colegio Público Lamuza, de Laudio, lleva ya medio siglo ejerciendo la enseñanza en la localidad, una efeméride que celebró, por todo lo alto, durante el pasado curso escolar con numerosas actividades como conferencias, talleres, proyecciones, exposiciones y una gran fiesta final que tuvo lugar el 15 de junio. La necesidad de construir esta escuela surgió en los años 60 ante el gran crecimiento demográfico que estaba experimentando el municipio. El Ayuntamiento comenzó entonces los trámites para poder edificar en los terrenos denominados La Granja un Grupo Escolar de 8 Secciones y una Casa de Maestros con 9 viviendas por un presupuesto de 4.406.631 pesetas..

Sin embargo, poco después de comenzar los trabajos, el Ayuntamiento se da cuenta de que lo planeado iba a ser insuficiente para cubrir las demandas de matriculación y en enero de 1966 encomienda la ampliación del proyecto añadiendo otras 8 secciones y la creación de dos locales más amplios que sirvieran de salón, comedor, gimnasio.... De manera paralela, la capacidad de la casa de maestros se aumentó también hasta las 17 viviendas y, dos años después, se incorporaron otras labores no previstas como calefacción por agua caliente e instalación de fuel-oil. Todo ello hizo que el presupuesto alcanzara los 13,3 millones de pesetas. Y fue en septiembre de 1968 cuando el centro comienza a funcionar con José Zatarain como primer director y en el curso 71-72 se creó la Asociación de Padres con Félix Hernáez como primer presidente.

De aniversario también ha estado este 2019 Aiara Dantza Taldea. La agrupación de Amurrio lleva ya 35 años de incansable trabajo en la preservación y transmisión de un aspecto vital de la cultura y la tradición de Euskal Herria y de la propia villa como son las danzas. Esa labor ha sido reconocida por el Ayuntamiento con la entrega a Aiara Dantza Taldea de la insignia Guk de Oro y con su elección como pregoneros de las fiestas patronales. Y el jueves recibirán uno de los premios de esta edición. “Fue en las fiestas de 1983 cuando se vio la necesidad de crear una formación de danzas en Amurrio ante la desaparición de las dos que habían existido antes. Y para arrancar la andadura, vinieron dos profesoras de la Federación de Danzas de Bizkaia, que una vez afianzado el proyecto obtuvieron el relevo por parte de jóvenes integrantes de Aiara Dantza Taldea”, recuerda Iraia Aspuru, portavoz de la actual Junta Directiva. La agrupación de danzas cuenta en esta etapa con una decena de monitores que enseñan bailes tradicionales de toda Euskal Herria a más de 200 personas, la mayoría menores a partir de los 5 años “pero también queremos destacar que para este año contamos con tres grupos de adultos”, muchos de ellos “que habían bailado ya de pequeños y se han reenganchado ahora”.

En pleno valle de Arratia, rodeada de naturaleza y en un paraje único se encuentra Arratiako Egoitza, la residencia para mayores de Arratia. Desde 1994 presta sus servicios en Dima, ofreciendo a las personas mayores una estancia agradable y siempre introduciendo medidas y proyectos que hacen su día a día mejor. La residencia, organismo autónomo de Arratiako Udalen Mankomunitatea tiene carácter público-privado en convenio con la Diputación Foral de Bizkaia y en estos momentos dispone de 60 plazas en la propia residencia y 20 en el centro de día. Entre otros reconocimientos, ha sido premiada por Osakidetza por sus actividades intergeneracionales. Por otra parte, cabe destacar que en 2019, y por tercer año consecutivo, Arratiako Egoitza ha renovado la Certificación en la Norma Libera-Care, que la acredita como un centro libre de sujeciones, “ofreciendo tanto a las y los residentes como a sus familiares, alternativas asistenciales que mejoran la calidad de vida de las personas mayores”. Arratiako Egoitza continúa logrando que personas usuarias y sus familiares estén satisfechos gracias a la prestación de un servicio de geriatría integral que “garantiza una atención sociosanitaria de primera calidad y personalizada, en un entorno natural único, acogedor, con las mejores condiciones de bienestar”.

El colectivo de jubilados y pensionistas de Ugao-Miraballes tienen como referencia en la villa a la asociación Gure Etxea constituida en 1987 junto a la inauguración de su club social en la calle Udiarraga 25. “En la actualidad somos 630 socios. Siempre hemos rondado, más o menos, esa cifra”, apunta Iñaki Landajo, de la Junta Directiva. El objetivo de la asociación es “que los jubilados y pensionistas tengan un lugar donde reunirse, pasar su tiempo de ocio y realizar actividades”. Para ello, la sede cuenta con una cafetería “donde disponen todos los días de cinco periódicos”, una sala “para proyecciones, conferencias o cursillos del programa Zainduz” y un salón “para los cursos de gimnasia y de pilates”. A lo largo del año, “también organizamos tres salidas de un día, dos quincenas de vacaciones que realizamos en mayo y en septiembre y otras actividades como chocolatada, homenajes a los mayores de la villa o la comida en fiestas”.

Personas que ofrecen su tiempo libre para ayudar, en la medida de sus posibilidades, a quienes están padeciendo algún tipo de penuria. Es la desinteresada labor que realizan los voluntarios del Banco de Alimentos de Ugao-Miraballes, que también atiende a las localidades cercanas de Arrankudiaga-Zollo y Zeberio. Al frente están Puri Bravo y Mikel Oyarzabal “pero contamos con la ayuda de otras cuatro personas”, precisa Bravo. Desde un local ubicado en la ermita de Udiarraga, reparten productos de primera necesidad “a medio centenar de personas o familias”, una cifra que, por desgracia, “ha ido en aumento en los últimos años”.

Los alimentos no perecederos proceden del Banco de Alimentos de Bizkaia y se entregan los jueves, cada quince días, mientras que “gracias al Gobierno vasco recibimos, cada dos semanas, frutas y verduras frescas”. Además, el Banco de Alimentos de Ugao-Miraballes se nutre, puntualmente, de eventos solidarios como “la Herri Krosa que se celebra en la villa en mayo y en la que se pide a los participantes que aporten leche a cambio del dorsal”, las campaña que se lanzan de cara a Navidad de recogida de alimentos en dos supermercados o la que impulsa el propio Ayuntamiento de donación de juguetes en buen estado.

Medio siglo afinando sus voces para ofrecer, dentro y fuera de la ciudad, música de calidad, conciertos y actuaciones que deleitan los oídos y son merecedoras de cálidos aplausos. La Sociedad Coral Orduña ha cumplido este año sus bodas de oro con un intenso programa de actividades al que se ha sumado, además, la lectura del pregón de los Otxomaios. Todo comenzó en 1969. En aquella época, había un coro de chicas y otro de chicos hasta que “llegó José María Iturrate, un cura joven y con inquietudes musicales que decidió unir las dos formaciones y crear una mixta que se denominó Coral Orduña aunque con el tiempo pasó a ser la Sociedad Coral Orduña”, recuerda Mª Eugenia de Miguel Arana, secretaria y una de las más veteranas.

En este medio siglo de trayectoria la coral ha estado dirigida por Esteban Martínez, José Iturrate, José María Martínez Agirre, Miren Zubizarreta, Josu Soldevilla Lamikiz, Juan Luis Peña Zurimendi y desde 1995 por Felipe Ainz Gómez. Han sido muchas las actividades conmemorativas, entre ellas la Concentración de Corales de Bizkaia que acogió la ciudad el pasado 9 de junio, y aún queda alguna cita más.

Por su incansable trabajo en favor “de mantener el euskera y la cultura de Zeberio”. Es la razón por la que Juan Manuel Etxebarria recogerá uno de los galardones. Y es que su tesis doctoral fue, precisamente, una investigación etnolingüística del valle de Zeberio titulada Zaberio Haraneko euskararen azterketa etno-linguistikoa (1988). “En esa época, me di cuenta de que en Zeberio teníamos un euskera muy rico y muy puro, sobre todo en el barrio de Uriondo de donde es mi ama. Es una isla de 25 casas donde la lengua vasca se ha conservado muy arcaica”, explica. Como vecino del valle y como estudioso de la materia, “tenía el deber de demostrar esa riqueza al resto de Euskal Herria” y lo hizo con una tesis realizada bajo la dirección de Koldo Mitxelena.

25 años han pasado ya desde que un grupo de personas decidiera que algunas de las tradiciones rurales ligas al municipio de Basauri no debían quedar en el olvido. Durante este cuarto de siglo, la Cofradía San Martín de Finaga ha sabido guardar algunas de estas tradiciones y cada año celebran festividades en torno a estas. Así, tal y como explican sus cofrades -en estos momentos son unos 180- una de esas costumbres es la de celebrar la bendición de los campos que se hacía antaño. Ahora, “se hace una misa, se bendice el campo y celebramos con una comida y fiesta”. Además, y quizás su acto más popular, por San Martín se celebra la procesión con el santo en el entorno de la ermita de Finaga. Luego hacen una alubiada y se reparten castañas asadas en una jornada muy festiva.

Y hace tres décadas, un grupo de jóvenes con inquietudes hacia el movimiento scout decidieron poner en marcha en Arrigorriaga un proyecto educativo dirigido a niños y jóvenes con el objetivo de promover su educación integral y su implicación social. Así surgió Kilimusi Eskaut Taldea, una iniciativa que desde sus orígenes contó con el apoyo y la implicación de la parroquia de la localidad -perteneciente a la unidad pastoral San Miguel-Orozko-. El pasado 15 de junio, celebraron una intensa jornada festiva para menores, sus familias y voluntarios “tanto los de ahora como los que han formado parte del proyecto”, explica el monitor Rubén Ibarrondo porque “cuando uno pasa por Kilimusi, Kilimusi pasa también por ti y ese sentimiento perdura mucho tiempo”, asegura. También han sido los pregoneros de las populares Madalenak y ahora reciben otro reconocimiento a su labor.

Son pequeñas cosas que sin embargo se van haciendo grandes. El belén de Txomin empezó como algo pequeño, pero ahora es una de esas tradiciones que se esperan cada año con muchas ganas, un ejemplo de esas iniciativas que se hacen mayores. Este galdakoztarra no falla a su cita con las navidades desde hace más de veinte años, cuando decidió empezar a montar un belén en su casa y enseñarlo a quien quisiera visitarlo. Allí, Bustinza, con sus manos ya expertas recrea un nacimiento nada típico, ya que aparecen escenarios conocidos, baserris de toda Bizkaia, rincones emblemáticos? Ese carácter autóctono y euskaldun que imprime a su belén es sin duda especial. Todo lo hace a mano, y como ejemplo de esa labor admirable, en su belén hay unas 15.000 tejas para los tejados de los caseríos y miles de piedras y piezas de madera, entre otros elementos. Cada año, además, introduce novedades. Además lo dota de un carácter solidario, ya que todo lo recaudado en la hucha de las visitas “lo dono a la Asociación Española contra el Cáncer”, explica.