BILBAO. Según ha explicado este lunes la ONG en un comunicado, el impacto ambiental en la vega del Bolintxu, junto al coste económico de la obra de casi 200 millones de euros, resultan "inaceptables" para una autopista que incentivará aún más el uso del automóvil en Bizkaia.

Desde Greenpeace se ha argumentado que el tramo de la Supersur actualmente en servicio, entre Santurtzi y Larraskitu, no está cumpliendo su función de descongestionar la A-8 pese a los 900 millones de euros que costó su ejecución.

Además, la organización, que el pasado mes de mayo situó a la villa en cabeza de su ránking de la movilidad urbana de 2019 por su promoción de la movilidad peatonal y el uso contenido del coche, ha dicho que esta variante "contradice" los objetivos del Plan de Movilidad de la ciudad, así como la reciente declaración de Emergencia Climática del Gobierno vasco.

Así, el coordinador de movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández, ha explicado que resulta "incomprensible" que, mientras las administraciones piden un uso más racional del vehículo privado, promuevan su uso construyendo grandes autopistas.

Por eso, Fernández ha exigido a la Diputación Foral de Bizkaia que "priorice el transporte sostenible en sus presupuestos en lugar de dedicarlo a autopistas para ahorrar dos minutos al coche".

Ante esta situación, ha suscrito el manifiesto de la Plataforma "Supersur Ez!" (Supersur no) y ha invitado a participar en las actividades de protesta convocadas durante Aste Nagusia, como la cadena humana que tendrá lugar mañana 20 de agosto por la tarde frente al edificio de la Diputación.