Bilbao - Un total de siete grupos de empresas, algunas en solitario y otras en conjunto, se han propuesto para construir la ampliación del aeropuerto de Bilbao. Un edificio exento a la actual estructura blanca diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava y cuyo objetivo es albergar a todos los empleados del aeropuerto que ahora ejercen su labor en la terminal. Las oficinas y espacios que dejen vacíos serán utilizados para ampliar la operativa y el servicio a los pasajeros. Aena ha denominado a esta construcción bloque técnico, ya que su función será albergar a todos los profesionales cuyo trabajo supone que el aeropuerto más importante de la cornisa cantábrica preste servicio adecuadamente. A este nuevo inmueble también está previsto que se trasladen los distintos operadores aéreos ubicados ahora en La Paloma.

Un edificio que se va a ubicar a la derecha de la actual terminal según se mira hacia las pistas y la torre de control y que tendrá la cualidad de integrarse en el terreno que lo circunda con un acceso directo tanto para peatones como para vehículos desde los accesos viarios al aeropuerto. El diseño de los arquitectos de Aena se adaptará a la peculiar orografía de la parcela donde se va a levantar el edificio. En total sumará una superficie construida de 7.700 m2 distribuida en cinco plantas, que se escalonan por la pendiente de la parcela para dar acceso directo al lado que mira a las pistas y a la zona contraria de tierra, según las necesidades que el equipo de la actual directora de Bilbao, Cristina Echeverría, ha concretado para los próximos diez años.

En realidad el nuevo espacio se conforma en dos bloques uno encima del otro que se extienden por la pequeña ladera para minimizar el movimiento de tierras que las obras pudieran requerir. El edificio se organiza mediante un gran vestíbulo central que recoge el núcleo principal de comunicación y articula los dos bloques para dar facilidades a los empleados en función de si su labor se centra en las pistas o en la zona denominada de tierra. Por otra parte, en las zonas enterradas se ubicarán las estancias con menor requerimiento de ventilación e iluminación, tales como almacenes o vestuarios o aquellas con mayores exigencias de seguridad que requerirá el edificio técnico.

La zona con más caché del edificio será la exterior donde se ubicarán los usos comunes de la construcción como la cantina o salas de reuniones, vinculadas a la proximidad a los accesos. En la planta superior totalmente acristalada se ubicarán el conjunto de las oficinas que los responsables de Aena en Bilbao requieren para su actividad diaria.

El proyecto también incluye un espacio exterior donde se adecentará un estacionamiento en superficie en el lado tierra con una extensión aproximada de 5.800 metros cuadrados y capacidad para 200 plazas, con acceso directo a la zona administrativa. También se ha diseñado otro aparcamiento en lado aire, el que mira a las pistas, donde podrán estacionar hasta 38 vehículos en una superficie aproximada de 900 m2. De esta manera se dará servicio a las necesidades de los agentes de handling, las empresas que se dedican a atender las necesidades en tierra de los aviones como los traslados de las maletas o la provisión del catering en los aviones.

31 meses de obras Aena ha sacado a concurso la construcción por un montante que no llega a los 13,30 millones de euros. Los técnicos del ente dependiente del ministerio de Fomento ya han empezado a analizar las propuestas de las constructoras, varias de ellas locales unidas con otras empresas que trabajan a nivel estatal.

Según indicaron fuentes de Aena a DEIA, los trabajos tendrán una duración estimada de 31 meses. Unos tiempos y costes que se pueden reducir, al igual que el costo total del proyecto, en caso de que las propuestas económicas y de tiempo de construcción sean más bajas de las propuestas por el ente gestor, como viene ocurriendo en las grandes obras en los últimos años. En todo caso, el inicio de los trabajos se prevé para enero de 2020.

De esta forma se podrá lograr ampliar las salas de embarque, tanto de los servicios que se tengan que realizar en remoto, es decir, tomando un autobús y acercando a los pasajeros hasta el avión, como las de contacto a través de las actuales pasarelas o fingers.

El edificio técnico es la solución que han previsto los técnicos de Aena antes de llevar a cabo el ensanchamiento del actual edificio de diseño y cuyo autor, Santiago Calatrava, ya previó en sus planos iniciales cuando diseño La Paloma en la década de los 90. La actual terminal se pensó para que de sus dos extremos surgieran sendas galerías en dirección a las pistas de forma que cada una de estas extensiones albergarían al menos cinco fingers más, es decir, las pasarelas por las que los viajeros accedan directamente a los aviones. De esta forma, casi se duplicarían los actuales seis accesos. En teoría, esta es la siguiente fórmula que utilizará Aena cuando se sature las dependencias que va a liberar el edificio técnico.

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