lA orografía ha sido caprichosa con Ezkerraldea y Meatzaldea y, en este aspecto, Barakaldo no es, ni mucho menos, una excepción. Las cuestas pronunciadas son un protagonista habitual del paisaje fabril y eso, en una sociedad cada vez más envejecida y más concienciada en romper barreras, es un aspecto cuyo impacto en el día a día de la ciudadanía busca difuminarse. Así las cosas, el Ayuntamiento de Barakaldo, comandado por su alcaldesa, Amaia del Campo, ha buscado a lo largo de los últimos cuatro años hacer de los barrios y rincones de la ciudad espacios accesibles y, para ello, ha invertido más de 7,5 millones de euros en diversos proyectos como, por ejemplo, el de las rampas mecánicas de Andikollano, estrenadas la pasada semana. “Mejorar la accesibilidad en la ciudad ha sido uno de los pilares de nuestra legislatura. Hacer la ciudad más cómoda y amable fue uno de mis compromisos con la ciudadanía y para ello hemos trabajado en dotar a Barakaldo de nuevos accesos mecánicos en barrios donde históricamente los han demandado”, señala la primera edil fabril y candidata del PNV a la alcaldía barakaldarra.

Las seis rampas mecánicas que ya facilitan el tránsito en la empinadísima calle Andikollano, vial que une la parte baja de Gurutzeta y Lutxana es el ejemplo más reciente de la mejora en materia de accesibilidad experimentada por Barakaldo. “Las de Andikollano eran unas rampas muy esperadas en el barrio. Se trata de una cuesta muy larga, con mucha pendiente, donde vive mucha gente mayor que pedía ayuda para que subir esta cuesta le fuera más sencillo”, desgrana Del Campo. Además, esta calle es un punto estratégico en la ciudad, ya que en la misma se encuentra el centro de salud de Lutxana, uno de los espacios con mayor afluencia de personas en el día a día del municipio.

Antes que en Andikollano, las mejoras en materia de accesibilidad llegaron a otro barrio barakaldarra, Arrontegi. Esta zona, que cuenta con cerca de 10.000 habitantes, se encuentra relativamente cerca del corazón de Barakaldo, pero esa distancia la dibujan unas abruptas cuestas que, sin duda, suponen una dificultad añadida, sobre todo para personas mayores, con movilidad reducida o para padres y madres que lleven a sus hijos en cochecito. La calle Arrontegi es la vía más directa para llegar al barrio del mismo nombre y como arteria principal de esta zona que es, da acceso a equipamientos tan importantes y utilizados como, por ejemplo, el ambulatorio y el colegio público. “Muchas vecinas de Arrontegi, sobre todo personas mayores y embarazadas, me transmiten lo cómodo que es ahora subir hasta el ambulatorio. Ese es el objetivo que nos marcamos desde nuestra llegada a la Alcaldía, mejorar la calidad de vida de nuestras vecinas y vecinos convirtiendo a Barakaldo en una ciudad del siglo XXI, con equipamientos e infraestructuras modernas”, indica la primera edil fabril y candidata del PNV a la alcaldía de Barakaldo.

A lo largo de estos últimos cuatro años, la labor interinstitucional también ha sido fundamental a la hora de que Barakaldo dé un paso adelante y de calidad en materia de accesibilidad. Así se refleja en proyectos que se han hecho realidad en esta legislatura como la ansiada pasarela Murrieta que une Urban y Desertu desde octubre de 2017 gracias al trabajo conjunto de la institución local y el Gobierno vasco. Además, este proyecto no solo incluye una mejora acusada de las comunicaciones entre un barrio y otro, sino que cuenta con el plus de servir para mejorar la seguridad, en especial, de las mujeres. Y es que, merced a la materialización de estos trabajos, se cerraron los túneles de la estación de Desertu-Barakaldo que habían sido declarados como un punto negro. “Esta estructura marcó un antes y un después en la vida del barrio de Desertu Berria, que debía comunicarse con el centro de la ciudad a través de un túnel subterráneo. Con esta actuación no solo mejoramos la accesibilidad de nuestras y nuestros vecinos sino que mejoramos la seguridad de las mujeres”, indica Del Campo.

Si la estrecha colaboración entre el Ayuntamiento de Barakaldo y el Gobierno vasco tuvieron como fruto la materialización de la deseada Pasarela Murrieta, el trabajo conjunto de la institución local y la Diputación se ha traducido en hasta tres proyectos que han mejorado los accesos y el día a día de otras tantas zonas de Barakaldo. En esta última legislatura Burtzeña, Kareaga y Retuerto han dicho adiós a los pasos subterráneos que florecieron en su día para permitir el paso de los peatones de un lado a otro de la N-634. Los túneles que ofrecían tanta sensación de inseguridad han dado paso a una nueva forma de hacer urbanismo y de convivir con las carreteras. De este modo, se ha pasado de estos pasos subterráneos a la instalación de varios pasos de peatones regulados por semáforos entre los proyectos de Kareaga, Retuerto y Burtzeña el ente foral ha invertido 380.000 euros. A cambio, en virtud de los dos convenios suscritos por la Diputación el mantenimiento de estos dos tramos de la N-634 correrá a cargo del Ayuntamiento de Barakaldo, puesto que ya son de titularidad municipal.

eguzkiagirre El presente de Barakaldo está dibujado con notables trazos de mejora de accesos y esas líneas de actuación ya se extienden al porvenir del municipio. Así lo demuestra el hecho de que hayan adjudicado los trabajos de la primera fase de la creación de accesos mecánicos en la calle Eguzkiagirre. Este proyecto, al igual que el de Andikollano y Arrontegi busca aminorar el impacto que tiene en el día a día la prolongada cuesta de esta calle que une San Vicente y Zuazo. En total, la inversión ascenderá a cerca de tres millones de euros entre las dos fases de las que se compone este proyecto. La primera parte cuyos trabajos se adjudicaron la pasada semana, constará de dos rampas que facilitarán el tránsito por un tramo de 53 metros comprendido entre la intersección de Eguzkiagirre con la calle Economía y los accesos al txakurgune de Clara Campoamor. El coste de esta primera fase de los trabajos rondará el millón de euros. Por su parte, la segunda fase de estos trabajos ya está en fase de estudio y se prevé que tenga un coste de dos millones de euros, todo ello con el firme propósito de mejorar la accesibilidad del entorno y, con ello, la calidad de vida de los barakaldarras. “Nuestra ciudad ha salido del parón en el que la habían introducido gobiernos anteriores y ha comenzado a coger buen ritmo hacia una ciudad más amable con la ciudadanía; accesible, moderna, con más servicios. Ese es el Barakaldo que nos mueve, el Barakaldo que queremos seguir impulsando”, concluye Amaia del Campo, la candidata jeltzale a la alcaldía fabril.