Bilbao - Bizkaibus amplió ayer las paradas antiacoso a todo el servicio. La posibilidad de solicitar bajar del autobús entre las paradas establecidas se extiende a una veintena de líneas, que tienen algunas de sus expediciones entre las 22.30 y las 6.30 horas, además de a los servicios especiales que los autobuses prestan por la noche con motivo, por ejemplo, de fiestas como Aste Nagusia.

El Departamento de Transportes, Movilidad y Cohesión del Territorio de la Diputación puso en marcha el pasado mes de octubre una prueba piloto para comprobar cómo funcionaban las paradas a demanda para evitar agresiones sexuales a mujeres que viajan solas en tres líneas: la A3136 Bilbao-Santurtzi, A3519 Bilbao-Mungia y la A3932, la lanzadera entre Etxebarri y Galdakao. Son tres líneas de las denominadas ruteras, que discurren por terrenos tanto urbano como interurbanos.

En seis meses, un centenar de mujeres utilizaron este servicio sin que se produjeran incidentes debido al hecho de que los autobuses se detuvieran fuera de sus paradas habituales. Y es que, al ser un servicio interurbano, la puesta en marcha de la medida conllevaba una serie de dificultades relacionadas, sobre todo, con la seguridad vial: no es lo mismo detener un autobús en una calle urbana, por lo general bien iluminada, que hacerlo en mitad de una carretera que puede estar a oscuras o presentar curvas en su trazado que reduzcan su visibilidad. El departamento también se puso en contacto con los ayuntamientos por los que pasan los autobuses de estas líneas para evitar multas cuando se realizan estas paradas.

Por ello, la Diputación decidió extender la medida, que no supone un coste añadido, a todas las líneas de autobuses interurbanos, en las expediciones que realicen entre las 22.30 y las 6.30 horas. Y es que, tal y como señaló el responsable del departamento el pasado mes de enero, “nunca hemos supeditado esta experiencia piloto a que lo utilicen un mínimo de personas. Había un problema de seguridad y con que se evite una sola agresión nos damos por satisfechos”.

Se incluyen así una veintena de líneas que tienen horario nocturno y que circulan por municipios con una gran población como Galdakao, Portugalete, Sestao, Barakaldo, Getxo o Amorebieta. Además, también se podrán utilizar en los servicios especiales nocturnos que establece Bizkaibus con motivo de fiestas o eventos multitudinarios, como Aste Nagusia. Todos los autobuses que ofrezcan este servicio estarán identificados con un punto lila que se colocará en el parabrisas delantero del vehículo.

sentarse en primera línea El funcionamiento de esta medida, que pretende evitar las agresiones sexuales a mujeres por las noches cuando viajan solas, es sencillo: en lugar de tener que bajarse obligatoriamente donde hay una marquesina y tener que caminar solas hasta casa, pueden solicitar bajarse en cualquier punto del trayecto entre dos paradas. Para ello, deben sentarse en los primeros asientos del vehículo, para notificar al conductor dónde quieren apearse.

Una vez llegados a ese punto, descienden siempre por la puerta delantera del autobús, y no por la trasera, de forma que el conductor también puede controlar que nadie más se baja en ese lugar, lo que redunda en la seguridad de las usuarias.

Según un estudio encargado por el propio departamento, cuatro de cada diez mujeres, sobre todo las más jóvenes, admite modificar sus recorridos, evitando calles y ciertos espacios por una cuestión de seguridad. Lo hacen, sobre todo, las más jóvenes: el 65% de las que tienen entre 18 y 25 años, frente al 26% de las mayores de 55.

Por otro lado, las paradas a demanda o antiacoso no son la única medida que se ha puesto en marcha en Bizkaibus para evitar agresiones y esa sensación de inseguridad entre las mujeres. Las nuevas marquesinas que se están implantando, por ejemplo, son completamente transparentes y están iluminadas con leds durante el mismo tiempo que está encendido el alumbrado municipal.

Además, la instalación de cámaras de seguridad en el interior de los vehículos supera ya la mitad de la flota. Las cámaras cubren todo el espacio del vehículo, de forma que se vigila cualquier agresión que pueda sufrir una mujer.