UNO de los lugares más peculiares de Basauri se encuentra a orillas del río Nervión, a escasos 500 metros de que su cauce se une al del Ibaizabal, y su denominación popular esconde una curiosa historia. Oficialmente se llama plaza Ibarrola, aunque muchos basauritarras lo conocen como Kantalazarra por el parque en el que se ubica y, sobre todo entre los jóvenes, se le denomina el Embarcadero. Este último nombre se lo pusieron hace más de dos décadas los skaters del municipio por su similitud con una plaza californiana muy popular en el mundillo. Además de ser una atractiva zona de paseo, hoy es conocida en medio mundo por ser una referencia en el ámbito del skate.

Los principales responsables del éxito de este lugar son los basauritarras que hace más de dos décadas lo descubrieron como un espacio para la práctica deportiva. Uno de ellos es Patxi Pardiñas, director de Dogway, la revista más importante de skate en el Estado, y promotor de la galería de arte Apetit Gallery y de El Moana Surf Hotel de Urduliz.

“Lo descubrimos hace muchísimos años, yo diría que más de 25, que deben ser los que tiene la plaza en sí. Lo llamamos así porque tiene semejanzas con una plaza situada en la ciudad de San Francisco, que durante muchos años fue la meca del skate mundial. La gente de fuera lo conoce como el Embarcadero de Basauri”, explica.

El Ayuntamiento de Basauri también puede considerarse corresponsable del éxito de este espacio. Consciente de la popularidad del lugar entre los jóvenes, y sobre todo entre quienes practican este deporte, siempre ha tolerado su uso mientras se respete la convivencia con el resto de vecinos. “Basauri siempre ha convivido de una forma muy natural con el skate. Nuestro pueblo ha visto nacer y creer a muchos skaters, por lo que el Ayuntamiento apoya y fomenta activamente su práctica en el municipio, que es positiva como alternativa de ocio y deporte para las personas jóvenes”, indican desde el Consistorio. Como ejemplo de esta buena convivencia, desde el Ayuntamiento mencionan la rehabilitación de las veteranas pistas de Basozelai, de las más antiguas de Euskadi, a lo largo del pasado año a través de un proyecto en el que tanto los usuarios como los técnicos municipales trabajaron en común.

Un lugar tranquilo Patxi Pardiñas coincide en que la convivencia con los basauritarras de a pie es ejemplar. “Es un sitio tranquilo donde los viandantes y los skater conviven sin problema, la convivencia es muy buena. Este no es un espacio al que suela venir mucha gente que no patine o tenga algún tipo de relación con quienes practica este deporte en esta plaza, pero sí que es verdad que cada día pasan personas que vienen a pasear a sus perros o simplemente a dar una vuelta, y a veces se quedan mirando como patina la gente”, indica.

Ubicada junto al puente de Ariz, la plaza Ibarrola no es, en efecto, una de las zonas más transitadas de la localidad, ya que el río Nervión separa el parque de Kantalazarra del centro urbano. El lugar, no obstante, cuenta con uno de los reclamos artísticos más importantes de Basauri. El conjunto escultórico que adorna la plaza lleva por nombre Homenaje al pueblo de Basauri y está compuesto por media docena de esculturas en acero corten que el artista Agustín Ibarrola regaló al Ayuntamiento en 1990 como agradecimiento al municipio en el que pasó su niñez y juventud. En este peculiar entorno confluyen, por tanto, deporte, arte y una zona de esparcimiento urbana alrededor del río.

El director de la revista Dogway reivindica “el uso que se le ha encontrado a este lugar”, una zona en la que a sus numerosos escalones y gaps (caídas desde alturas más elevadas) se le han añadido algunas barandillas y algunas pequeñas rampas.

El espacio incluso se ha convertido en un pequeño reclamo turístico del municipio de cara a atraer a personas de todo el mundo, según indica Pardiñas. “Es conocido a nivel internacional, gente de todo el mundo ha pasado por esta plaza para patinar. Muchos de los mejores patinadores del mundo han practicado en este espacio y es muy normal que aparezca en grabaciones de vídeos promocionales de las mejores marcas americanas”, indica.

Este basauritarra de El Kalero, que está muy acostumbrado a hacer las maletas y coger aviones, pone un ejemplo ilustrativo del éxito de este lugar, desconocido, sin embargo, para muchos basauritarras. “Recuerdo que hace unos meses estaba viendo la presentación de un vídeo de skate en Barcelona y un patinador, al ver imágenes del Embarcadero, le pregunta a otro dónde era ese sitio; la otra persona se sorprendió muchísimo de que no conociese esta plaza. La verdad es que si estas metido en el mundo de skate conoces sí o sí el Embarcadero de Basauri”, concluye.