Txurdinaga pregunta a Lakua si los problemas en las obras del metro afectarán a sus viviviendas
El hallazgo de una falla de terreno blando ha obligado a parar los trabajos
Bilbao. La Asociación de Familias de Otxarkoaga (AFO) llevará el próximo lunes al Consejo de Distrito de Otxarkoaga-Txurdinaga la paralización del avance de las obras del metro bajo el barrio. "Habrá que decirle al Ayuntamiento que exija explicaciones al Gobierno vasco sobre la parada de las obras y si hay riesgo para las viviendas cercanas", especificó ayer el secretario de la asociación mencionada, Cristóbal Rivera.
La publicación ayer en DEIA del frenazo a la excavación de la galería bajo Txurdinaga al encontrarse una zona de terreno demasiado blando como para continuar fue el comentario mayoritario en el barrio.
Desde la Asociación de Familias de Otxarkoaga han aprovechado la ocasión para denunciar "la total falta de información que está teniendo el Gobierno vasco con los vecinos con respecto a las obras del metro". Su secretario ha indicado que "desde que vino por aquí en 2005 el anterior consejero de Obras Públicas y Transportes, Álvaro Amann, al que, por cierto, pusimos a caldo, nadie más ha venido a decirnos nada". Y eso que la AFO hizo sus deberes presentando varias alegaciones al trazado de la línea 3, algunas de las cuales fueron aceptadas, "pero ni tan siquiera se dignaron a comunicárnoslo", indica Cristóbal Rivera.
Y después de más de año y medio de obras tampoco parece que hayan aprendido desde Euskal Trenbide Sarea, la sociedad dependiente del Ejecutivo vasco responsable de las obras del suburbano. "Plantan las zonas de obras sin aviso o mueven ubicaciones de paradas de autobús a zonas más abruptas, como la de Langaran, y no lo comunican, ya no digo a los vecinos o las asociaciones, ni tan siquiera al consejo de distrito municipal", asegura Rivera.
Vecinos que viven en el entorno de las tres zonas de obras que rodean la futura estación de Txurdinaga han indicado cómo se ha ralentizado en las últimas jornadas la salida de camiones cargados de material sobrante por el pozo de ataque ubicado en la avenida Jesús Galíndez.
Otros vecinos han indicado que el problema se ha tenido que detectar hace más de una semana debido a que, en los jardines cercanos al colegio Birjinetxe, justo por debajo de la traza de la línea 3, varios técnicos llevaron a cabo diferentes catas y análisis de los terrenos. Ayer era visible aún el rastro de las máquinas y la tierra removida en ese punto. Los más veteranos recuerdan que la zona a la que ha llegado la excavación subterránea es muy húmeda al confluir en este punto una torrentera que baja que del monte Avril. "Justo entre esos dos rascacielos -los dos más cercanos a la entrada del metro- cuando aquí no había más que caseríos se formaba una pequeña balsa", recuerda uno de los vecinos más mayores. De hecho, hoy en día, en la línea de esa bajada desde el monte, cuando se cruza con la avenida, se nota en verano mucho más frescor por la humedad presente en el subsuelo que emerge hacia arriba.
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