Más de una veintena de personas, en su mayoría veteranos intrigados por la historia del lugar y algunos médicos jubilados, tomaron parte este miércoles, en una visita guiada por las instalaciones de Hospital de Basurto. Se trató de una que se enmarca dentro de Open House Bilbao que este sábado abrirá a la ciudadanía las puertas de un centenar de edificios y espacios de la villa. El recorrido, desde sus pabellones históricos hasta los espacios más modernos, estuvo conducida por el doctor Juan Gondra, antiguo facultativo del centro, acompañado por otros doctores del hospital.
Los guías explicaron la singularidad arquitectónica del recinto, que cuenta con 20 pabellones de cinco tipologías diferentes, todos ellos con elementos comunes que responden al sistema pabellonal, un modelo muy poco frecuente hoy en día en Europa. Este diseño, que combina funcionalidad y estética, ha marcado la identidad de Basurto desde su inauguración en 1908.
Durante el recorrido, el gerente del hospital, el doctor Larrañaga, destacó que “Basurto es una combinación de lo histórico y lo moderno”, recordando que en la actualidad trabajan en él más de 4.000 profesionales. También señaló que la estructura centenaria del complejo supone retos para su adaptación en materia de seguridad y conservación, aunque ha subrayado que el esfuerzo de los equipos humanos permite superar esas limitaciones.
Mirada al futuro
La visita sirvió también para presentar el proyecto de futuro más ambicioso: la nueva facultad de Medicina y Enfermería, actualmente en construcción junto al hospital. El edificio, con 38.000 metros cuadrados y ocho plantas (cuatro subterráneas y cuatro en altura), reforzará el vínculo entre la docencia universitaria y la práctica hospitalaria. “Estamos encantados con la facultad, es una maravilla tener a futuros médicos aquí. Ellos son la parte teórica y nosotros la práctica”, dijo Larrañaga.
El recorrido incluyó además curiosidades históricas, como el grave impacto que sufrió el hospital durante la Guerra Civil, cuando quedó bajo control militar hasta 1941, o la estricta labor de las monjas que, pese a sus rígidas normas, evitaron que el hospital se viniera abajo en los peores años. Entre las anécdotas actuales, se ha mencionado la tradición de plantar un árbol cada año y el funcionamiento de la central de esterilización del hospital, que cuenta con características casi únicas en Europa.
Los asistentes pudieron así realizar un viaje en el tiempo, desde los orígenes del Hospital de Basurto hasta sus proyectos de futuro, con la sensación de haber descubierto un lugar que es, a la vez, patrimonio histórico y motor sanitario de Bilbao.