La factura de los vehículos que se retiran de la vía pública para trasladarlos al Depósito Municipal de Vehículos se va incrementando en función de los días que permanecen en el almacén de Zorrotza. La gran mayoría de conductores acuden con diligencia a recoger sus turismos en las primeras doce horas posteriores. A partir de ahí se va sumando un recargo en la cuenta en concepto de estancia. “La factura más alta que recordamos ha sido de 4.083 euros que se pagaron por un vehículo que se retiró por no tener seguro”, revela Josu Grisaleña, agente del depósito, sobre este coche que estuvo en el depósito prolongadamente.

Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revelaba en 2022 que podía haber una diferencia de un 300% entre las tasas que aplican 54 ciudades estatales. Bilbao se encontraba ligeramente por encima de la media, pero muy por debajo de los precios que se aplican en Donostia o Gasteiz. Desde el 1 de enero de 2024, el servicio de retirada para turismos (tara hasta 1.500 kilos) ha percibido un ligero incremento para situarse en 130 euros. Tras las doce primeras horas se cobran 11,3 euros al días hasta el tercer día y, a partir de ahí, son 20,5 euros al día los que se han de pagar por tener el vehículo en el depósito.

“Alguna vez ha ocurrido que vienen a buscarlo cuando ya ha pasado un mes. Te pones en 750 euros. Hay vehículos que no lo valen”, confirma Grisaleña, quien indica que ellos no intervienen en la multa que, paralelamente, le llega al propietario a su domicilio. Si el titular decide no recoger el vehículo, pasado un tiempo, el depósito opta por desguazarlo. “De momento no se está cobrando eso, en cualquier momento podría empezar a cobrarse”, advierte el agente, quien indica que la factura más cuantiosa que recuerda fue de 4.083 euros. “No sabemos por qué no vinieron antes. Es posible que el propietario no tuviera dinero para retirarlo y que lo recogiera después de encontrar a alguien dispuesto a comprar el vehículo. Alguna vez que ha habido una suma importante es lo que ha ocurrido”, sugiere.

Josu Grisaleña afirma que no se realizan subastas en el depósito. En su lugar, se firman contratos bianuales con desguaces autorizados. “Durante esos dos años todos los vehículos que tenemos para desguazar son de ellos. Se los van llevando: los descontaminan, los desmontan y los dan de baja en Tráfico”, indica el agente, quien revela que algunos no valen nada, mientras que otros pueden tener cierto valor. “Se los tienen que llevar todos, y todos por el mismo precio”, expone Grisaleña, quien agrega que, en lugar de vender los turismos al completo, los despachan por piezas o en chatarrerías.

Además, el depósito da cobijo a vehículos que están a la espera de sentencias judiciales. Actualmente hay 147 en esta situación. “Tenemos de todo, hasta vehículos que llevan 20 años. Están muy deteriorados”, indica sobre estos turismos que duermen a la intemperie. No pueden hacer nada con ellos hasta que un juez dicta una orden. “Alguna vez ha ocurrido que nos vengan con un oficio de entrega del vehículo. Si el propietario quiere llevárselo, se lo lleva y, si determina que no lo quiere, lo enviamos al desguace”, concluye.