El Palacio Euskalduna cumple 25 años navegando sobre el nuevo Bilbao

El primer paso para su creación se dio en 1992, cuando se convocó un concurso europeo de ideas para el diseño de un Palacio de Congresos y de la Música, al que se presentaron 94 candidaturas. Los ganadores fueron los arquitectos Federico Soriano y Dolores Palacios, con un proyecto que se llamaba, en su origen El buque fantasma... de Wagner, naturalmente. Un año después, en febrero del 93 se produjo la voladura del astillero. En junio de 1994 se colocó la primera piedra, y un año más tarde, comenzaron las obras que duraron tres años y ocho meses. El 19 de febrero de 1999 se inauguró Euskalduna Bilbao, cuya titularidad corresponde a la Diputación Foral de Bizkaia. Tras su apertura, se procedió en 2011 a una ampliación y en 2019 se mejoró su accesibilidad.

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Palacio Euskalduna de Bilbao: 25 años en 10 fotos José Mari Martínez /Deia

Una vez inaugurado, no tardó en llegar el primer reconocimiento. En 2001 obtuvo el Premio Enric Miralles en la VI Bienal de la Arquitectura y tras este le siguieron otros galardones como el Mejor Palacio de Congresos del Mundo en 2003.

Durante estos 25 años, no han parado de sucederse dentro de sus más de 58.000 metros cuadrados numerosas actividades de naturaleza empresarial, académica, política, institucional, social y cultural. Un total de 25 salas de diferentes tamaños y características han acogido los más de 17.000 eventos y representaciones de cultura que se han desarrollado en Euskalduna, siendo el auditorio la joya de la corona. Con una superficie técnica de un total de 1.800 metros cuadrados, es el auditorio más grande del Estado y el segundo más grande de Europa, tras el Teatro de La Bastilla de París, convirtiéndose así en uno de las más grandes del mundo. La altura de la caja escénica es de 52,15 metros, lo que supone que podría albergar en su interior una torre del Puente Colgante o un edificio de 17 plantas. Dentro del escenario, tanto por superficie como por altura, cabe incluso una pista de tenis homologada para competición oficial.

El telón cortafuegos del escenario es otro de los aspectos que impresiona de esta sala. Pesa 21 toneladas, lo equivalente a tres elefantes, y desciende automáticamente en 12 segundos, aislando el patio de butacas de la caja escénica si esta llegase a alcanzar una temperatura de 65 grados.

El auditorio es capaz de albergar en su interior 2.164 espectadores y en estos 25 años ha albergado en varias ocasiones dos eventos diferentes en un mismo día. Uno de los episodios más complejos que ha vivido Euskalduna en este sentido fue en 2009 y 2014, cuando por la mañana se celebró en el Auditorium una junta de accionistas y por la tarde, un concierto sinfónico. Aquellas modificaciones escénicas supusieron un reto para el personal técnico que requirió temple y nervios de acero al requerir un trabajo de altísima precisión y control en la ejecución de tarea de tiempos. Tanto es así que una vez finalizó el evento congresual, se tuvo que duplicar el personal técnico para cambiar y retirar de escenografía todo lo que no era necesario para poder montar la concha acústica óptima que requería el concierto.

Otro de los grandes desafíos que ha vivido la sala magna en este tiempo ha sido el montaje escénico para la ópera Rusalka de ABAO Bilbao Ópera en 2005. En aquella ocasión se requirió una piscina de unos 114 metros cuadrados y 15 centímetros de profundidad dentro del escenario. Y es que la escenografía simulaba un embarcadero, y en el fondo, un cielo revuelto cambiante de tonalidad. Para vaciar la piscina se utilizaron varias motobombas que impulsaban el agua al desagüe de las alcantarillas de la calle.

En estos 25 años, se han acogido 17.632 eventos y representaciones de cultura dentro de Euskalduna y se han llegado a servir 16 millones de pintxos en sus eventos sociales. En 2014, durante un congreso médico de cuatro días, se dio de comer a 1.500 personas por día, para lo que se utilizaron 1.000 kilos de pan, 2.350 kilos de carne, 1.400 de pescado y 717 kilos de postres. Este último año, en 2023, en la IEEE International Conference, se llegaron a servir 56.800 pintxos. Según apuntan desde Euskalduna, muchos eventos optan por esta fórmula frente al almuerzo tradicional que antes era más habitual en formato de mesa redonda con comensales sentados. Como muestran las tendencias, la sociedad cambia constantemente, no solo en cuestiones gastronómicas, también económicas, culturales, sociales y empresariales. Y tal y como lo plantearon hace ya 25 años Soriano y Palacios, Euskalduna también lo ha hecho siendo fiel a esa primera idea de ser un buque en constante construcción, albergando eventos estrechamente relacionados con la actualidad y el futuro. Acogió en el año 2000 el primer congreso mundial de la Sociedad de Teoría de Juegos, que reunió a más de 600 profesionales de la investigación de todo el mundo, entre ellos, tres premios Nobel de Economía; en 2005 se celebró el Congreso Internacional para el Diálogo Intercultural e Interreligioso; en 2011 se desarrolló la Bilbao Web Submit, la cumbre más importante de toda Europa sobre internet y nuevas tecnologías; en 2018 acogió el Congreso Internacional de Patología al que asistieron 16.500 personas de 85 países, y este último año se celebraron las reuniones ministeriales de Consumo e Industria y Mercado Interior de la UE en la Presidencia Española, para lo que se tuvo que desplegar un fuerte dispositivo de seguridad y coordinación con diferentes cuerpos policiales y de protocolo por la presencia de máximos responsables políticos a nivel europeo.

Por todo ello, no hay duda de que Euskalduna es el buque insignia de Bilbao en cuanto a eventos se refiere. No se queda atrás en cuanto a impacto económico, ya que en estos 25 años ha generado un PIB de más de mil ochocientos millones de euros y ha aportado a las arcas de Bizkaia otros 159 millones. Además, afronta la celebración de estos 25 años con cifras de récord histórico. Cerró el ejercicio 2023 con un impacto económico de más de 100 millones de euros en Bilbao y Bizkaia, y casi 365.000 visitantes. Además, ingresó más de 8 millones de euros, con un incremento del 20% respecto al año anterior, y aportó a la Hacienda foral más de 10,5 millones de euros.