La historia de 125 años de la Casa de la Palmera de Zorrotzaurre concluirá finalmente en las próximas semanas con el derribo del edificio. La vieja construcción conocida desde hace décadas en el barrio por la gran palmera que se enseñorea en su fachada principal será demolida después de que la familia propietaria del inmueble haya llegado a un preacuerdo con Biurban, la gestora de cooperativas que tiene previsto construir en el solar colindante 33 viviendas de precio libre con el nombre de Zorrotzaurre Atea.

Vista del lateral del edificio donde se ven grietas y desperfectos.

Por una parte, Biurban que está en fase de licitación de los dos bloques residenciales, no quería problemas con la cimentación que pudieran afectar a la Casa de la Palmera en forma de mayor deterioro o que incluso generara su caída involuntaria.

Por otra parte, la familia propietaria, que tenía puesto a la venta el inmueble y el terreno, no ha recibido ofertas viables y la única solución que quedaba era su derribo ya que tampoco había podido pasar la Inspección Técnica de Edificios a la que le obliga la legislación actual.

A grandes rasgos el preacuerdo implica que Biurban llevará a cabo la demolición del histórico edificio asumiendo el coste que en un futuro le será abonado por la familia una vez que consiga vender el solar 8 de la desaparecida Travesía de los Espinos.

Mientras tanto, la cooperativa podrá utilizar el solar ya vacío como zona de acopios de los materiales para la obra. El terreno dejaría de tener esa función solo en caso de que la familia Etxebarria logrará llegar a un acuerdo con un comprador para adquirir la parcela o cualquier otra circunstancia similar.

Koldo Etxebarria, portavoz de la familia propietaria, recuerda cómo el incendio ocurrido hace más de tres años en el edificio cuando estaba okupado por diferentes personas afectó seriamente a la estructura de madera “aunque no a la mampostería”, apostilla. A esta situación en el edificio según indica “se ha añadido en los últimos meses los desperfectos causados por las obras que se han llevado a cabo a su alrededor”.

Vista del lateral del edificio donde se ven grietas y desperfectos. Pablo Viñas

Ello ha supuesto, según Etxebarria, que “la rehabilitación ya no sea económicamente viable”. La esperanza de los propietarios era que un inversor se encaprichara del bello edificio, decidiera asumir su resurgimiento y dejarlo como nuevo. Algo que finalmente no ha ocurrido.

Sí es cierto que durante estos últimos dos años “se han interesado varias promotoras pero siempre era para derribar el edificio, quedarse con el solar y hacer nuevo”, indicó el portavoz familiar.

La desaparición del conocido inmueble en el tradicional barrio de Ribera de Deusto será triste para todos pero sobre todo para la familia propietaria. “Es una pena porque el edificio no es feo pero no interesa a ningún promotor”. Considera así mismo que “nos hemos olvidado de la nostalgia y de los lazos sentimentales con el edificio porque siempre ha sido de la familia Etxebarria y si el mercado es lo que pide no podemos ir contra el mercado”.

Sobre la superviviencia del gran vegetal expresó a DEIA su deseo de que “si lo permite el proceso de derribo, me gustaría preservar la palmera porque es un símbolo para el barrio”.

Edificabilidad

Eso sí, los propietarios quieren sacar el mayor rendimiento posible al solar que quede tras la demolición. Por ello han presentado alegaciones a la modificación del Plan Parcial de Zorrotzaurre que está activo en el Ayuntamiento solicitando que se permita una edificabilidad mayor y que se recuperen los metros cuadrados de solar que según la familia se le “han cercenado”, en concreto 171 m2 de un total que de 376 m2 que tienen reconocidos en el Registro de la Propiedad.

En opinión de Koldo Etxeberria la conservación del edificio condicionó en su día la altura de los bloques colindantes. “Una nueva construcción, permitiría mejorar la simetría del conjunto urbanístico, en tejados y distancias a viales y paseos de los nuevos edificios, que son la entrada a la isla que los bilbainos verán durante décadas”, reflexiona.

Según la calificación actual del edificio, que fue sacado de ordenación por el Ayuntamiento a primeros de año, el nuevo bloque que se construya no puede superar las cuatro alturas del actual. La familia considera según la alegación presentada que “habría que realizar una modificación que permita la construcción de un nuevo edificio del tipo B+6 (Neinor) o B+7 (Biurban)” refiriéndose a los bloques que flanquearan el solar de la Casa de la Palmera.

Concluye diciendo que “sería injusto y discriminatorio no reconocernos a los antiguos propietarios, que llevamos más de un siglo en la isla, los mismos derechos que se han otorgado a los nuevos promotores”.