Alfredo y Estrella se han comprometido para toda la vida en el Centro de mayores Fundación Miranda. La labor del cuidado cruzó sus caminos y años después, han celebrado sus nupcias en esa misma residencia. Sin embargo, no ha sido un evento normal, porque además de organizarse en una residencia para mayores, la identidad de los novios permaneció como un misterio hasta el día de la boda.

Todo comenzó hace un mes, cuando cada uno de los residentes recibió una invitación de parte de 'Marypaz y Vicente'. Nombres falsos para mantener la intriga, tanto los novios como los responsables de la entidad deseaban que esto permaneciera oculto. El ambiente cambió desde ese día. Los residentes estaban ilusionados y prepararon sus mejores atuendos para la tan esperada celebración. No importaba que desconociera la identidad de la pareja, ellos estaban dispuestos a celebrar su amor. Llega el día de la boda y ha pasado de todo. Parecía una trama de película. Pero, como todo buen filme de romance, hubo un final feliz.

La ceremonia estaba planificada para comenzar a las 17.30 horas en el jardín de la residencia. Todo se encontraba en su sitio. El altar, las sillas, las mesas, la decoración. Los invitados aún se estaban acomodando en las afueras de la residencia cuando sintieron las gotas de lluvia. Se pasó de un cielo con pocas nubes a una lluvia que no tenía intenciones de parar. Y como si fuera un protocolo de emergencia, los trabajadores comenzaron a meter a los residentes para resguardarlos. Se respiraba una tónica expectante, con un ápice de tristeza pues llevaban un mes esperando el día. Tras casi 40 minutos de espera y mucha organización del equipo, se dio a conocer el desenlace. Habría boda, claro que sí. Solo que se celebraría bajo techo.

Se vistieron de gala para recibir a la despampanante pareja. Los recibieron con muchos aplausos y pétalos de rosa tras sus pasos. Ha habido sorpresas como bailes, dedicaciones, poemas y más. Las caras de sorpresa cuando los vieron salir fue incomparable y fue seguida por una gran sonrisa. Las identidades habían sido reveladas y los residentes no podían estar más felices. Uno que otro obstáculo no ha impedido que este tierno enlace se realizara. Sin duda, este momento especial en la residencia Fundación Miranda quedará en la historia.