Las callejuelas del Casco Viejo de Bilbao albergan joyas escondidas en cada una de sus esquinas. Los comercios locales se alzan entre ellas fusionando lo antiguo y lo nuevo para crear un ambiente ligero y entrañable. Algo parecido sucede en la calle Jardines, en donde la taberna Gorde deja sonar la música de múltiples discos que todos los días, desde tiempos pospandémicos, son pinchados para el disfrute de la clientela tanto usual, como ambulante. Así lo describe uno de sus dueños, Pablo Ruiz. “Están los de todos los días y los que vienen de afuera a pasar el día, y eso nos gusta bastante”. Su apertura, como muchas otras, fue truncada por el inicio de la pandemia “íbamos a abrir justo en marzo, cuando llegó el coronavirus”. Sin embargo, varios meses de cuarentena y muchas restricciones sanitarias después, lograron abrir sus puertas al público y Ruiz indica que este verano les fue bastante bien. Gorde deja a la vista un ambiente de tintas bohemias con un crudo toque rural que expone al público una colección considerable de vinilos. Pasando por el “rock, punk y ska” hasta “los clásicos, blues e incluso jazz”. Su propietario señala que “a la gente le encantan” y “no tocan nada más”. Al final del día “Spotify está guay”, pero no es lo mismo. Pareciera que a las nuevas tecnologías no las vence nadie, pero sin duda, la esencia no es la misma. En la barra se divisa a Elvis, AC DC, The Vibrators, Amy Winehouse y Lauren Aitken, pero la pila va mucho más allá. La cantidad de bares en la zona antigua puede ser considerable, pero así lo es la colección de discos en Gorde y, entre los comercios vecinos, las melodías de estos destacan para cualquiera que pone un pie dentro del bar. 

Una taberna del siglo XXI con música del siglo XX. Un bar de pueblo en la cuna de la ciudad. Un cúmulo de vinilos en la era del Spotify y dueños que les apetece honrar el pasado y de dónde vienen, incluso con el logo. “Mi madre era de Gordexola”, de ahí el nombre del bar, “y ahí había muchas ovejas”, por eso el distintivo logotipo. Ruiz dice que es una manera de “evocar lo rural”, y parece lograrlo. 

Locales y comercios de Bilbao que apuestan por la tradición

Locales y comercios de Bilbao que apuestan por la tradición Pablo Viñas

Sus clientes se sientan cómodos en las mesas de madera y charlan tranquilamente en la terraza. “Es un bar más de día”, en donde las horas “fuertes” vienen en la tarde. Pero, al contrario de las tendencias más actuales, no se percibe el bullicio y la prisa característica de la hostelería, sino una tónica más amena en donde la música actúa como telón de fondo para largas conversaciones, bien sea con un café, un té o, si el día lo amerita, un kalimotxo.