Según el censo municipal, algo más de cuatro mil establecimientos (4.395, en concreto) podrían beneficiarse de un novedoso servicio en el que ya está trabajando el Ayuntamiento de Bilbao junto a Kutxabank. Su nombre oficial es Plataforma avanzada de datos aplicada al comercio, algo así como un boletín interno entre los pequeños comercios para poder conocer un poco mejor cuáles son los perfiles y los hábitos de consumo de sus vecinos del barrio y del distrito e incluso de otros puntos de la villa. Porque las conclusiones que a partir de 2023 empiece a ofrecer este proyecto de análisis de datos (big data) serán de vital importancia para la pervivencia de las tiendas de barrio en un entorno cada vez más digitalizado y eclipsado por las compras on line.

De hecho, uno de los objetivos de esta herramienta es convertirse en una especie de universo con distintos ecosistemas, todos ellos sostenibles y cercanos a la ciudadanía. Así la ha dicho Eduardo Ruiz de Gordejuela, director general de Kutxabank tras la firma de convenio que dotará de inteligencia artificial a un proyecto que nace para “conocer en profundidad el comercio actual y su evolución para mejorar, entre otros retos, su proyección y competitividad en toda la ciudad en sus barrios”, ha resumido Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo en el Ayuntamiento.

"Ayudará a conocer en profundidad el comercio actual y su evolución para mejorar su proyección y competitividad"

Y todo se hará compartiendo datos (anonimizados y protegidos, como marca la ley) como la edad, los estudios, la ocupación, el nivel de renta,... Y combinándolos para exprimir la esencia del cliente: sus gustos y hábitos. Algo que ya se hace en otros niveles de la economía y que ahora Bilbao quiere trasladar a su escala. Tanto Ochandiano como Ortiz de Gordejuela han coincidido en que el desarrollo de esta base de datos dinámica y viva ayudará a tomar decisiones estratégicas a la ciudad, pero también y sobre todo a esas tiendas de barrio ya que tendrán en su mano la posibilidad de ajustar su oferta a determinados periodos del año o cambiar a un negocio demandado en la zona o simplemente centrar su modelo a un tipo de clientela…

Escaparate de una tienda de ropa infantil. EUROPA PRESS

En lo que corresponde al Ayuntamiento, gracias a las funcionalidades de esta herramienta tendrá más fácil asesorar a los comerciantes y a las personas emprendedoras a la hora de decidir sobre dónde abrir, qué vender y a quién. Pero es que además, podrá evaluar el impacto de eventos deportivos, culturales, sociales… que se distribuyen por el calendario “tanto en la propia villa como en los comercios, pudiendo así planificar acciones de forma que se pueda mejorar la rentabilidad del sector”, ha descrito el responsable municipal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo.

Para ello es fundamental el concurso de Kutxabank y de sus clientes: de las personas cuando pagan con tarjeta y de los establecimientos cuando cobran con su terminal. Todos esas transacciones (sin datos personales ni bancarios) serán agregados a esta gigantesca base de datos para generar ‘mapas de calor’ comercial y así tener más conocimientos sobre el tipo de actividades de uno u otro distrito, barrio e incluso calle… Y con todo eso ser capaces de predecir series temporales o conductas de consumo, identificar zonas gemelas para nuevas aperturas…

Un universo por descubrir y que Bilbao no se quiere perder. Serán millones de datos relacionados con la movilidad de las personas y la evolución en el número de transacciones, pero la oportunidad está ahí. Y como ha subrayado Xabier Ochandiano, el propósito fundamental es “contribuir al fortalecimiento del comercio minorista y la dinamización de la actividad comercial en el ámbito local con la unión de datos y tecnologías punteras. Un objetivo perseguido desde hace tiempo y que se ha acelerado con la pandemia”.

El comercio de Bilbao es joven (cuatro de cada diez establecimientos tienen menos de 10 años) lo que supone que el margen para seguir evolucionando y creciendo es evidente. Respecto a las compras en comercio minorista on line, considerado uno de los factores de riesgo para el sector, supusieron el 17,8% del total en el año 2020 -según el portal estadístico Statista- y el 19,6% estimado en 2021. Para el año 2025 está previsto que ese porcentaje alcance el 24,5%.