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Balance “brillante” en la hostelería y el comercio

El calor y el buen tiempo ha beneficiado el consumo de bebidas en los bares durante las fiestas de Bilbao Los comerciantes se muestran también “satisfechos” con las ventas

Balance “brillante” en la hostelería y el comercioBorja Guerrero

Bilbao - Marijaia ya es historia. La reina de la fiesta por antonomasia se fue el domingo pasto de sus cenizas y, ahora, es el momento de recuperar los espacios de la villa ocupados por txosnas, urinarios, chiringuitos y terrazas para volver a la normalidad. Es también momento para hacer balances y de evaluar el impacto económico que ha supuesto para la ciudad los nueve días de fiesta. En general, y según han destacado los profesionales del sector este año ha sido “brillante” en todos los sentidos. Los hosteleros y comerciantes han hecho caja, el ambiente ha sido espectacular y la fiesta se ha desarrollado sin problemas. “Una semana espectacular”, coinciden desde el sector. Incluso, hay alguno que se atrevió a confesar ayer que los datos de esta edición son los mejores de los últimos tres años.

Lo cierto es que el buen tiempo y el calor, protagonista durante toda la semana, ha sido un elemento clave para lograr que los hosteleros hayan trabajado a destajo, con poco descanso, y logrando un “importante aumento” en las ventas.

“Hemos trabajado mucho, pero ha estado genial y ha merecido la pena la recompensa. Estamos muy contentos. Esto te da fuerzas para seguir”, adelantaba Yolanda, propietaria del bar Urdiña de la Plaza Nueva. En la céntrica plaza del Casco Viejo conseguir a las ocho de la tarde un hueco en una de las terrazas para cenar se convirtió en misión imposible. “Todos los días han sido muy buenos, pero el jueves fue de los mejores. No entraba ni un alfiler en ningún sitio. El año pasado hubo gente, pero sin lugar a dudas este año ha habido más, de aquí y también más turistas, de lo cual nos alegramos una barbaridad”, apuntaba ayer a DEIA el gerente de la asociación de comerciantes del Casco Viejo, Jon Aldeiturriaga.

Los datos no dejan lugar a dudas. Exceptuando el domingo último, las oficinas de turismo bilbainas atendieron a 21.122 visitantes. “Cada vez son más los que nos visitan en fiestas. El ambiente es muy bueno y en la calle hay tantos actos para todos los públicos que lo viven con intensidad”, concreta Aldeiturriaga.

En cuanto a la procedencia, los turistas estatales que más han visitado la ciudad en fiestas han sido, según datos proporcionados por el Ayuntamiento de Bilbao, catalanes (22,7%), madrileños (20%), valencianos (18%) y andaluces (12,7%). Y la mayoría de los turistas internacionales han viajado de Reino Unido (36,17), Francia (21%), Alemania (8,8%) e Italia (8%). Quienes nos han visitado han buscado los espectáculos relacionados con el folklore, los herri kirolak y los conciertos gratuitos. La presencia esta año de Bizkaia en el Salón de Turismo en París -iniciativa enmarcada dentro de la estrategia de promoción del destino impulsada por la Diputación- ha comenzado, sin duda, a dar sus frutos. “La presencia de franceses que han viajado en familia ha sido muy significativo en estas fiestas”, explican desde el sector. “Es gente muy maja, a la que hay que dedicarle un poco más de tiempo a la hora de asesorarles sobre nuestra gastronomía, sobre los pintxos”, adelanta el presidente de la Federación de Hostelería de Bizkaia, Boni García y responsable del café El Lago.

DE ONCE A DIEZ La mayor afluencia de público se ha concentrado de día, entre las once de la mañana y las diez de la noche, justo antes de los fuegos. En opinión de Boni García, la noche lleva tiempo “de capa caída para los bares”. “En el Casco Viejo, a partir de la una y media de la mañana éramos pocos los que seguíamos abiertos”, relata. Sin embargo, el día ha compensado a la noche que lleva años siendo conquistada por el ambiente de txosnas y el botellón. “En 2015 también hizo calor, pero la caja no fue tan buena. El botellón hizo daño al sector en general”, recuerdan los hosteleros. Pero esta edición el consumo en los bares ha sido brillante. Lo que más se ha bebido ha sido cerveza, agua y kalimotxo. “Calculo que este año se ha consumido el doble de cerveza que el pasado”, dijo Boni García.

Por su parte, la directora artística de la asociación de comerciantes de Bilbao centro, Olga Zulueta, también mostró ayer su satisfacción por el ambiente y por los datos positivos que ha dejado Aste Nagusia en la hostelería y en el comercio de la villa.

“Los hosteleros están encantados y los comerciantes con los que hemos hablado están felices porque han vendido más”, apunta Zulueta. A diferencia de otros años el comercio ha podido favorecerse de la marea de visitantes que han invadido la ciudad. Ana Gómez, que tiene una tienda de ropa en el Casco Viejo, decidió abrir en fiestas y no se ha arrepentido. “Ahora mismo firmaría para que septiembre fuese igual”, confiesa.

Lo cierto es que la ciudad se ha volcado un año más para dar forma a su Aste Nagusia, incluso se ha visto adornada con nuevos espacios festivos. Tras diecisiete años la plaza del Ensanche se ha convertido en un nuevo escenario de música, gastronomía alemana y de buen ambiente gracias a la carpa Bier Party Müller- Dani. Enrique Thate, impulsor de este espacio, asegura sentirse “satisfecho” con haber recuperado esta zona en la que otros años se ha concentraba botellón. “Lo peor, el intenso calor que no nos ha dejado explotar la terraza lo que nos habría gustado. En nuestro caso la noche ha compensado el día. El ambiente ha sido fantástico”, concluyó el empresario que ya piensa en la próxima Aste Nagusia. “Espero que me nombren txupinero”, lanza entre risas.