El Surne Bilbao realiza solo la mitad del trabajo ante el Barça

Nada es eterno, ni lo malo ni lo bueno, y la racha de victorias del Surne Bilbao esta temporada en Miribilla acabó en cinco y en el último partido de 2025. El primer rival de nivel claramente superior que pasó por el Bilbao Arena era el Barça y se llevó el triunfo y no porque el equipo de Jaume Ponsarnau no pusiera de su parte para evitarlo. Pero se dejaron el trabajo a medias. Su defensa rayó a gran nivel durante la mayor parte de los minutos, pero su ataque careció de efectividad ante un rival con mucho tamaño y las ideas muy claras sobre cómo frenar a los principales jugadores que tienen enfrente.

El partido arrancó con cuatro triples en cuatro intentos de Satoransky, que probablemente no entraban en el plan del Surne Bilbao porque el checo dista de ser un especialista en la materia y, de hecho, había llegado a Miribilla con un 30% desde la larga distancia. Jaworski respondió con tres aciertos consecutivos para propulsar en el marcador a los suyos en los minutos en los que el duelo se jugó a lo que convenía a los bilbainos. A partir del segundo cuarto, el choque entró en el fango, donde los azulgranas son peces que se mueven con facilidad porque ponen cuerpos en el camino al aro y no conceden espacios en el uno contra uno, lo que sufrió especialmente un ofuscado Hilliard.

Desde esa racha de Jaworski, el Surne Bilbao tardó 28 minutos en meter su cuarto triple, obra de Petrasek ya en el último cuarto. Durante todo ese rato, la defensa fue ese clavo ardiendo al que se agarraron los locales para no desengancharse del partido porque el ataque era una sucesión de tiros fallados y pérdidas de balón que fueron elevando la desconfianza. El Barça lanzó a canasta doce veces más y, por eso y sin estar especialmente brillante, logró los puntos suficientes para ganar. Algunas de sus piezas claves como Punter y Brizuela tampoco brillaron por el excelente trabajo defensivo del equipo de Ponsarnau, pero Willy Hernangómez se movió con demasiada soltura en la zona y en el último cuarto Norris y Cale, casi inéditos en la etapa de Joan Peñarroya, sumaron acciones decisivas en los dos aros para mantener la ventaja.

Y es que el Barça tiene muchos recursos, pese a las ausencias de Clyburn, Shengelia y Vesely, y lo sorprendente no es que se impusiera ayer, sino que su temporada fuera muy mediocre hasta la llegada de Pascual a su banquillo. El Surne Bilbao quiso y no pudo y cuando se anotó un parcial de 7-0 tras la máxima ventaja azulgrana (58-68) ya solo le quedaba la heroica, algo que en pocas ocasiones resulta exitosa. Para entonces, Bagayoko era el único jugador del Surne Bilbao que había logrado anotar más de diez puntos.

El maliense hizo más daño al Barça con su movilidad que Hlinason con sus posiciones más estáticas ya que el islandés apenas pudo hacer dos tiros a canasta y le negaron su papel de distribuidor. Probablemente, el esfuerzo que tuvieron que hacer los bilbainos lo pagaron en ataque. Esfuerzo sin acierto no suele ser una fórmula válida ante equipos de rango superior, pero el esfuerzo siempre es innegociable. El Surne Bilbao y su afición pueden lamentar lo poco que faltó para que el Barça cayera de nuevo en Miribilla. El viernes habrá otra oportunidad para tumbar a un grande y habrá que correr aún más que ayer y meter mucho más.