El Surne Bilbao sigue dictatorial en Miribilla y quiere mirar hacia arriba en la tabla (93-75)
El conjunto vizcaino, excelente en defensa, suma su quinta victoria en casa ante un Hiopos Lleida al que desarboló con una segunda parte de 61 puntos
El Surne Bilbao suma y sigue. Y no quiere parar. Está disfrutando tanto de los partidos en Miribilla, de jugar al calor de su gente, que es capaz de imponer su propuesta baloncestística cuando la situación le invita a jugar con traje y corbata pero también cuando toca remangarse y bajar el barro con pico y pala. Su quinto éxito sin ningún borrón como anfitrión lo consiguió este domingo manteniéndose firme ante la propuesta física con la que le retó el Hiopos Lleida, con una defensa rebosante de contactos y manos al balón, cocinando el choque a fuego lento y llevándolo a ebullición con una segunda mitad de 61 puntos que destrozó a los de Gerard Encuentra para dibujar un excelente 93-75 final.
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Con este panorama, un balance de 5-5 y un colchón de cuatro victorias sobre la zona de descenso, el equipo que dirige Jaume Ponsarnau se ha ganado por méritos propios el derecho a soñar con coquetear con metas más ambiciosas, aunque sin separar los pies del suelo. Su plena efectividad en Miribilla dibuja un suelo inmejorable al que, eso sí, convendría añadir la posibilidad de sumar alguna alegría a domicilio.
PARTIDO BISAGRA
La cita ante la escuadra ilerdense tenía su miga porque ofrecía uno de esos escenarios bisagra que lo mismo abren puertas que las cierran y el conjunto vizcaino la cruzó sin miramientos, dejando claro que no titubea a la hora poner su mira en retos exigentes. Y pese a lo que indica el marcador final, que nadie se equivoque. El duelo hubo que masticarlo a dentelladas porque la propuesta de los catalanes no regala nada. Y ahí residió el gran mérito de los ‘hombres de negro’, en mostrarse resistentes en dos primeros actos en los que costó fluir en ataque para llevar las cosas a su terreno tras el descanso, cuando llegó la inspiración.
Y todo con un denominador común y una gran pilar sobre el que construir: el esfuerzo defensivo. Magnífico, de principio a fin, y un factor diferencial para mantener a raya las acometidas del rival. Las primeras ventajas llegaron en el tercer cuarto de la mano Martin Krampelj y Margiris Normantas, brillantes en ambos aros, y cuando en el último los triples empezaron a entrar todo fue más sencillo. El 5 de 8 desde la larga distancia en esos últimos diez minutos fue el clavo final para los de Gerard Encuentra, con un Darrun Hilliard que dejó lo mejor de su actuación para el final, con diez puntos y dos balones robados en ese último cuarto en el que, pese a todo, el Hiopos Lleida se mantuvo en distancia amenazante (80-73) hasta los tres minutos finales.
DUREZA
Fue el conjunto vizcaino el que consiguió las primeras ventajas en el luminoso en el amanecer de la contienda a partir de una notable efusividad defensiva que le permitió jugar a la carrera. Sin embargo, no fue capaz de consolidarlas porque perdonó demasiado debajo del aro y porque tampoco arrancó nada entonado desde la línea de 6,75. En ese contexto de partido, los visitantes no se descolgaron. Los de Ponsarnau sufrían a la hora de mover sus guarismos ofensivos, incapaces de explotar ventajas en la propuesta defensiva de los de Encuentra, que cerraron el acto inaugural en ventaja (15-17).
El trabajo atrás de los anfitriones siguió siendo intachable y cuando la eficacia ofensiva subió el dominio de la contienda volvió a cambiar de bando. Con Normantas protagonista en ambos aros, un parcial de 8-0 obligó al banquillo ilerdense a detener el choque con un 23-17. El Surne Bilbao parecía en disposición de fabricar una renta más contundente, pero lo evitaron un par de pérdidas y una discutidísima antideportiva señalada a Krampelj. Con Melvin Ejim haciendo mucho daño y Hilliard fallón en el triple, la igualdad regresó al luminoso (28-28). Melwin Pantzar quiso dar aire a los suyos, pero entre nuevas pérdidas y un triple de John Shurna la cita llegó apretadísima a su ecuador (32-31).
A esas alturas, los ‘hombres de negro’ acumulaban un triste 1 de 9 en triples, once balones perdidos y siete rebotes ofensivos concedidos al rival, lo que convertía en imposible un mayor dominio de la situación.
TRABAJO Y PUNTO
Tras la reanudación, aumentando el suministro de bola para Tryggvi Hlinason, el respaldo de dos mates de Krampelj y un triple a la contra de Hilliard, Encuentra tuvo que parar el partido con menos de tres minutos de tercer cuarto disputados con el 43-36. Esta vez su toque de atención no tuvo el efecto deseado porque Normantas se convirtió en una fuerza absolutamente diferencial en ambos aros, sumando robos y puntos para impulsar a los anfitriones hasta un magnífico 47-36. Sin embargo, al Surne Bilbao le faltó algo de instinto depredador. Entre tiros libres fallados y balones perdidos, el Lleida, muy contundente en defensa, recibió la posibilidad de no caerse del alambre (54-48). Y aunque Pantzar, Petrasek y Jaworski lo siguieron intentando a base de penetraciones (62-52), la escuadra catalana encontró recursos para llegar a los diez minutos finales dentro de una distancia amenazante (64-57).
Sumando de tres en tres, con un triple de Walden y un par de ‘dos más uno’ de Oriol Pauli, la segunda sacándole la cuarta personal a Hlinason, los ilerdenses dispararon su nivel de amenaza (69-66). Hilliard, pese a fallar una canasta sencilla debajo del aro, dio un gran paso al frente para calmar el intento de revuelta y cuando Petrasek se le unió con un triple lateral el 77-68 con el que Encuentra tuvo que detener el choque a 4:42 del final invitaba al optimismo. Y más cuando poco después otro triple de Krampelj estiró el chicle hasta el 80-70. Poco más aguantó en pie el conjunto visitante, sentenciado con dos nuevos misiles lejanos de Stefan Lazarevic para desparramar el disfrute por la grada de Miribilla y poner la guinda a la actuación de un grupo humano que quiere seguir mirando hacia arriba.
