El Surne Bilbao Basket recibirá pasado mañana al Barça (18.30 horas) con el claro propósito de acabar la temporada cobrándose una de esas piezas de caza mayor que tanto gusta ver hincar la rodilla en el recinto de Miribilla. Al conjunto vizcaino, muy exigido física y mentalmente en un ejercicio en el que acabará jugando 54 partidos y que tuvo su punto álgido en abril con el histórico título de la FIBA Europe Cup ante el PAOK Salónica, se le está haciendo cuesta arriba este tramo final de curso, con una sola victoria en sus últimas siete citas. Eso sí, en ningún momento ha bajado los brazos. Lo suyo no está siendo un dejarse llevar una vez que los grandes objetivos fueron conquistados con autoridad, sino un querer, intentarlo, rozarlo y no poder.
La escuadra que dirige Jaume Ponsarnau, pese a las lesiones de Tryggvi Hlinason y del ya reaparecido Malcolm Cazalon y con varios jugadores más acusando el exceso de kilometraje con molestias varias, ha dado suficientes muestras de su esfuerzo por acabar la campaña de la mejor manera posible, aunque se está quedando con la miel en los labios. Tras el éxito continental en Salónica y sus posteriores festejos, solo cedió en la prórroga ante el UCAM Murcia (80-83) y en su posterior visita a un Joventut que se jugaba buena parte de sus posibilidades de disputar el play-off fue competitivo prácticamente hasta el final (80-75 a menos de tres minutos de la última bocina), pero tuvo que acabar claudicando. En el partido clave, la visita del colista Leyma Coruña, se mostró autoritario (79-67) para sellar de manera matemática una permanencia que tenía muy bien encaminada desde hacía más de un mes y a partir de ahí, sin absolutamente nada en juego desde el punto de vista de la clasificación, cayó ante el Casademont Zaragoza tras otras dos prórrogas (104-111) y la pasada semana tuvo muy bien encarrilado el derbi del Buesa Arena (77-87 a falta de seis minutos), pero no pudo completar la campanada en un final de choque en el que el dispar criterio arbitral en forma de viajes a la línea de tiros libres y la superior calidad de los de Pablo Laso acabaron desequilibrando la balanza.
En la jornada final de la competición doméstica, goza de una nueva oportunidad ante un Barça que tampoco se juega absolutamente nada en la contienda. Su contundente victoria en la 33ª jornada ante el Bàsquet Girona (97-74) le garantizó la quinta posición final en la temporada regular sin ninguna opción de poder escalar en la tabla, con el Unicaja como primer rival en las eliminatorias por el título de la Liga Endesa con factor cancha en contra en una confrontación que arrancará el martes (21.15 horas) en el Martín Carpena malagueño. Por su parte, los hombres de negro saben que acabaran entre la 14ª y la 16ª posición dependiendo de lo que acontezca en su partido y también en el que enfrentará la víspera al Bàsquet Girona y al Hiopos Lleida, los otros dos equipos con los que marcha igualado con un balance de 11 victorias y 33 derrotas. El basket average lo tiene a su favor con los anfitriones y en contra con el equipo que dirige Gerard Encuentra.
En un ecosistema en el que cada vez resulta más complicado sorprender a los equipos de la zona noble, el Surne Bilbao Basket quiere regalar a su marea negra una nueva victoria de prestigio, que se sumaría a la que ya logró en el tramo inicial de la temporada ante el Real Madrid, una de las cuatro escasas derrotas sufridas por el conjunto blanco hasta el momento. Que los equipos de rango Euroliga y los que tradicionalmente ocupan la cúspide de la Liga Endesa hinquen la rodilla en el Bilbao Arena no es en absoluto algo residual. De hecho, en las seis últimas temporadas –desde el ascenso desde la LEB Oro–, el Valencia Basket y el Gran Canaria han caído en cuatro ocasiones en la capital vizcaina, el conjunto blanco lo ha hecho tres veces, el Baskonia y el Unicaja en dos y el Tenerife y el Barça en una, teniendo en cuenta en el caso de los azulgranas que falta el duelo de pasado mañana y que en el ejercicio 2019-20 no se midieron en Miribilla al quedar el curso interrumpido por el covid –eso sí, se ganó en el Palau en el último partido de la primera vuelta para conseguir brillantemente plaza para la disputa de la Copa–.
En el pasado más reciente, han sido precisamente la campaña del regreso a la Liga Endesa y la 2021-22 las más exitosas en lo que respecta a ver grandes equipos cayendo en Miribilla. En la primera claudicaron Real Madrid, Baskonia, Valencia Basket y Unicaja mientras que en la segunda lo hicieron los blancos, los taronja, los andaluces y los dos equipos canarios. En la 2020-21, sin público en las gradas y salvación en la última jornada, no se cobraron piezas de caza mayor.