En la primera temporada del Bilbao Basket en la Liga Endesa, la 2004-05, uno de los equipos descendidos fue el Plus Pujol Lleida. Veinte años después, los hombres de negro vuelven a visitar esa ciudad, aunque no se medirán al mismo club, que desapareció por causas económicas. Ahora es el Força Lleida, heredero de esos derechos deportivos en tiempos en los despachos decidían más que el parqué, el que ha devuelto el baloncesto de élite al Barris Nord, donde se está generando un ambiente extraordinario en busca de otra gesta que sería mantener la categoría. De todas formas, el conjunto ilerdense no ha llegado a la ACB como un novato dócil y respetuoso, sino que está jugando a pecho descubierto, con un ritmo muy alto de posesiones y lanzamientos y tomando muchos riesgos en defensa para apartar las precauciones de los recién llegados.

El elemento más curioso de la plantilla que dirige el atrevido Gerard Encuentra es Kenny Hasbrouck, que representa un caso muy especial porque a sus 38 años vive solo su segunda temporada en la Liga Endesa. La anterior fue en 2010-11 cuando recaló en su primera experiencia profesional en el Alicante para disputar veinte partidos y ayudar a la salvación de un equipo que cogió Txus Vidorreta en la octava jornada. Su llegada fue también distinta a lo habitual ya que él mismo anunció su fichaje por la entonces incipiente red Twitter. Sin embargo, su rendimiento despejó pronto las dudas, aunque en ninguno de los partidos de aquella campaña se enfrentó Hasbrouck al Bilbao Basket, algo que sí ocurrirá este domingo.

Un trotamundos

La trayectoria del escolta nacido en Washington DC es de lo más llamativa ya que desde aquella experiencia en Alicante no repitió equipo en dos temporadas seguidas hasta llegar a Lleida. Oldenburg, Bolonia y Mersin fueron sus siguientes destinos antes de enlazar ocho temporadas en Italia en ocho conjuntos distintos, aunque en algunos repitió en distintas épocas. Mediada la temporada 22-23 recaló en el Cáceres para ayudar a los extremeños a salvar la categoría en la LEB Oro. Sus buenas actuaciones le llevaron a Lleida donde al inicio del pasado curso el ascenso no era ni un sueño.

Sin embargo, ocurrió y lo normal es que, dada su avanzada edad, el club no contara con él para dar el salto. Sin embargo, Kenny Hasbrouk fue hombre de plena confianza del entrenador y uno de los dos jugadores, junto al joven base Rafa Villar, que se mantuvo en la plantilla. Así que, catorce años después, regresó a la Liga Endesa para, siendo casi un novato, convertirse este curso en el tercer jugador más veterano de la competición por detrás de Marcelinho Huertas y Aaron Doornekamp, ambos del Tenerife. Su rendimiento está siendo a nivel estadístico tan valioso como en la LEB ya que promedia en veinte minutos 10,9 puntos con un 41,5% de acierto en los triples.

Por encima de todo, el veterano escolta, que juega con licencia europea, ejerce de líder de un equipo con muchas piezas jóvenes y pone la pausa y el freno en un estilo que muchas veces provoca el caos en la cancha. Reconocido como un tipo familiar y afable fuera de la cancha que tuvo como ídolos primero a Magic Johnson y luego a Kobe Bryant, ese extraño elemento llamado Kenny Hasbrouck confirma que la profesionalidad y el buen cuidado del cuerpo son la mejor receta para la longevidad. En Lleida no miraron el carné de identidad porque sabían que ese tipo fibroso de 1,91 metros era una apuesta segura.