El Surne Bilbao Basket alcanza el parón competitivo de noviembre en la Liga Endesa con un balance de tres victorias y cinco derrotas, encuadrado en el pelotón de equipos que ocupan la zona media-baja de la tabla después de que este domingo cayera con todas las de la ley en Miribilla (79-95) ante un Joventut que dominó el partido a su antojo de principio a fin, aprovechando las debilidades que han surgido en el armazón de los ‘hombres de negro’.
A los de Jaume Ponsarnau se les vio demasiado ansiosos sobre la cancha, sin fluir, tensionados. Superados en intensidad y acierto por un conjunto catalán que llegó con un plan de juego, fundamentado en ese faro descomunal que es Ante Tomic (10 puntos, otros tantos rebotes y seis asistencias) como guía y gran pilar, y lo ejecutó sin mayores sobresaltos, dominando en el marcador en todo momento salvo el fugaz 35-34 a 2:50 del descanso y rompiéndolo con un arrollador parcial de 2-20 entre el final del tercer acto y el arranque del último, justo cuando los anfitriones se habían acercado a un solo punto (55-56).
En las filas de los anfitriones fallaron demasiadas cosas. Probablemente Ponsarnau sabía de lo que hablaba cuando dijo recientemente que creía que a los suyos les iba a venir bien el parón. Hubo demasiados jugadores de los que no hubo noticias en todo el partido (cero puntos de Kristian Kullamae, dos de Thijs de Ridder), otros aparecieron cuando el choque estaba ya sentenciado… Harald Frey (18 puntos en menos de 24 minutos) y Tryggvi Hlinason se vieron demasiado solos en unas labores de resistencia en las que faltaron brazos y control de las situaciones cuando hubo oportunidad de equilibrar el marcador en varias fases del duelo, cayendo en situaciones de precipitación y en errores defensivos llamativos por poco habituales en las filas bilbainas. Sin llegar al 30% en triples (7 de 24) y con un adverso 4-15 en puntos de segunda oportunidad era muy difícil mantenerse a flote.
Domina Tomic
El Joventut ingresó en el encuentro con la clara intención de que todo su juego pasara por las manos de Tomic, tanto anotando los seis primeros puntos de su equipo como generando para sus compañeros, y suyas fueron las primeras ventajas ante un conjunto anfitrión al que le faltaba un punto mas de intensidad en defensa y finura en ataque para ponerse a su altura. Los exteriores visitantes llegaban con demasiada facilidad hasta el aro bilbaino y los de Ponsarnau intentaban aguantar en el luminoso merced a sus numerosos viajes a la línea de tiros libres, pero no era suficiente (10-18). La entrada en escena de Frey y Hlinason revitalizó considerablemente a los ‘hombres de negro’ en la parcela ofensiva, pero pese a ello fueron los visitantes los que cerraron en ventaja los diez primeros minutos (19-22).
Un triple de Frey igualó la contienda a 24 puntos a 8:57 del descanso, pero el regreso a pista de Tomic volvió a hacer la vida mucho más sencilla al Joventut. El Surne Bilbao Basket, con De Ridder sumando su tercera falta demasiado pronto, vivía haciendo la goma, cerca de su adversario pero siempre por detrás en el luminoso. Su primera ventaja no llegó hasta que faltaban 2:50 para el ecuador de la cita, tras un triple de Melwin Pantzar que dibujó el 35-34. Sin embargo fue efímera, pues la escuadra catalana contestó con dos misiles lejanos de Sam Dekker y Kassius Robertson y un ‘dos más uno’ de Artem Pustovyi, sus tres principales ejecutores en esta cita, enfilando a vestuarios con un 38-45 tras un parcial de 3-11.
El conjunto vizcaino echaba mucho de menos la falta de puntos en las posiciones de escolta (dos de Muhammad-Ali Abdur-Rahkman, cero de Kullamae) y alero (dos de Zoran Dragic, cero de Rubén Domínguez) y la nula incidencia de De Ridder en el partido. Tampoco facilitaban las cosas los diez puntos facturados ya por el Joventut de segundas oportunidades ni el escasísimo 25% en triples.
Ascenso y caída
Tras la reanudación, el panorama de la contienda no varió demasiado: control del marcador por parte del Joventut, pero sin romperlo, y resistencia por parte del Surne Bilbao Basket, pero sin acabar de imponerse. Frey puso todo de su parte para ser el líder que permitiera a los suyos agarrarse a la contienda, pero Pep Busquets respondió en el otro aro con dos triples laterales seguidos. Daniel Miret paró el partido con el 55-56 tras mate de Hlinason y con los locales amagando con crecerse con el empuje de Miribilla y consiguió enfriar sus ánimos con un parcial de 0-8 que hizo muchísimo daño a unos ‘hombres de negro’ que caminaban ya sobre el alambre.
El conjunto vizcaino se sentía maltratado por el trío arbitral y perdió la compostura en cancha (técnica a Dragic), lo que aprovechó el Joventut para pescar en río revuelto y llegar con un muy favorable 57-70 a los diez minutos finales. El parcial se extendió hasta el 2-20 (57-76) y para entonces el daño ya estaba hecho. Partido decidido. Entre Frey, Domínguez y Dragic amagaron con lanzarse a por el más difícil todavía (70-83 a 3:54 del final), pero la cosa no pasó de ahí. Derrota sin paliativos y la victoria número 300 en la ACB tendrá que esperar aún más.