El Surne Bilbao Basket, con los deberes hechos en su objetivo prioritario de la temporada e instalado en una cómoda tierra de nadie, busca nuevos alicientes para mantener la motivación y despejar dudas sobre su profesionalidad en cinco partidos en los que se va a medir a rivales que se juegan mucho. Empezando por el Obradoiro, que hoy visita Miribilla en estado de absoluta necesidad ya que, con solo siete victorias, una derrota puede dejarle muy descolgado en la carrera por la permanencia. En todo caso, los hombres de negro quieren prolongar su buena racha como locales en la Liga Endesa, que se extiende durante siete partidos y desde el pasado 9 de diciembre. La décima plaza, por lo que pueda suponer en el futuro, aparece como el objetivo del equipo de Ponsarnau y para ello no cabe mucho margen de error,

Jaume Ponsarnau espera que su equipo iguale la intensidad del equipo gallego, que tiene que emplearse a fondo para lograr un triunfo como visitante por primera vez desde el 2 de diciembre en Tenerife. El Obradoiro ha acusado los numerosos cambios que ha tenido que hacer en su plantilla y las lesiones que han trastocado su rotación y le han obligado a armar en muchas ocasiones convocatorias de circunstancias. En todo caso, Moncho Fernández maneja un quinteto muy interesante y jugadores de banquillo que pueden entrar en racha como Jordan Howard y Rigoberto Mendoza. La llegada de los letones Janis Strelnieks y Janis Timma no ha sido el revulsivo que se esperaba, probablemente porque ambos, ya veteranos, arrastran problemas físicos que les impiden aportar con regularidad.

Pero el Bilbao Basket no debe fiarse de la presunta debilidad de su rival y tiene que apelar a su solidez y la confianza que está mostrando en Miribilla para buscar que la presión pase factura a los gallegos, poco resolutivos en muchos finales apretados.