LA racha del Surne Bilbao Basket en Miribilla acabó ante el primero de los rivales de la clase media-alta que le visitaba. Ya se sabía que el calendario empezaba a empinarse y el Lenovo Tenerife se convirtió en el primer obstáculo insalvable para los hombres de negro en casa. Había ilusión porque el partido podía marcar un nuevo camino al equipo de Jaume Ponsarnau, pero la mejoría de los canarios que venía proclamando Txus Vidorreta se manifestó en un duelo que el conjunto insular dominó durante muchos minutos con ese juego científico y ejecutado de memoria que acaba enredando a muchos rivales.

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El Bilbao Basket - Lenovo Tenerife, en imágenes José Mari Martínez

En todo caso, el Bilbao Basket lo peleó, tanto que tuvo que meter dos tiros libres a una décima del final para llevar el partido a una prórroga que no interpretó bien y no aprovechó la supuesta ventaja anímica que le había dado estirar el choque cinco minutos más cuando ya parecía perdido. En esos minutos definitivos, el oficio del Tenerife superó al coraje de los vizcainos, mal canalizado porque regaló demasiados puntos gratis a un equipo que, habitualmente, no suele despreciarlos. Ese exceso de ansiedad también lo había acusado el Bilbao Basket antes del descanso cuando el deseo de elevar el ritmo y buscar canastas rápidas llevó a malas selecciones y a errores que no hicieron más que reforzar la apuesta de los visitantes, que casi en cada jugada sacaban alguna ventaja clara para anotar.

El mal porcentaje en tiros de dos de los jugadores de Ponsarnau, apenas un 41%, fue determinante con el paso de los minutos porque algunos de los tiros errados llegaron en situaciones de ventaja en las que faltó colmillo. La defensa bilbaina estuvo a gran nivel en la segunda parte y ello le permitió ponerse por delante en el tercer cuarto, pero no pudo romper el metrónomo del Tenerife, encarnado por el eterno Marcelinho, que siempre encontraba a algún compañero libre para recuperar el mando. El Bilbao Basket no dejó de intentarlo, aparecieron los triples de Reyes, siempre tan necesarios en cualquier circunstancia, y el partido ganó en emoción, pese a que los canarios tuvieron un 65-71 y dominaron el rebote en el tramo final.

A la hora de resolver, Vidorreta encontró la figura del serbio Ristic, hasta ahora con poco protagonismo y descartado en los partidos europeos, que demostró su facilidad para sumar mucho en poco tiempo desde distintas posiciones. En la batalla táctica, Ponsarnau activó a Tsalmpouris para tratar de buscar las ventajas cuando el Tenerife jugó con pequeños, pero el griego falló un par de tiros por falta de dureza y su baza fue descartada pronto. Un triple de Renfroe desde la esquina y sobre la bocina fue la última ventaja de los hombres de negro, que volvieron a caer en la precipitación y estrellaron sus ataques posteriores en una defensa inteligente.

El caso es que el Lenovo Tenerife volvió a ganar en Bilbao, como hizo dos veces la pasada temporada, y echó un jarro de agua fría en las expectativas de los locales. Después de varias victorias en finales apretados en lo que va de curso, ayer salió cruz en la única victoria de los equipos visitantes en esta jornada. Las tres derrotas del Bilbao Basket han llegado ante tres de los seis primeros del curso anterior. Esa es la asignatura que debe aprobar para buscar otras aspiraciones en una competición tan igualada.