EL Bilbao Basket se dio ayer de bruces con la realidad que está marcando la Liga Endesa esta temporada y que hasta ayer había logrado disimular, al menos en Miribilla. La segunda visita del Tenerife tras la que cursó en la Champions League hace algo más de un mes dejó a la vista de todos un enorme diferencia de nivel en las plantillas que se acabó reflejando en el marcador, por más que los hombres de negro ganaran dos de los cuatro cuartos. La victoria ante el Barcelona de hace tres semanas fue un espejismo que es difícilmente repetible, menos en este tramo de la temporada en el que los equipos ya van justos de energía y en el caso de los hombres de negro tenían, además, que afrontar tres partidos en una semana.

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En imágenes: el Bilbao Basket cae ante el Lenovo Tenerife José Mari Martínez

El conjunto de Txus Vidorreta controló el partido a partir de un inicio explosivo y todo lo que ocurrió fue dictado desde la pizarra del técnico bilbaino, que se centró en frenar los escasos puntos fuertes que tiene ahora mismo el Bilbao Basket y estuvo cerca de dejar a su ex equipo en la menor anotación y una de las derrotas más abultadas de su historia en casa. Al final, quedó un resultado algo más aparente, aunque la imagen del equipo fue mala, como no dudó en reconocer Jaume Ponsarnau. De todas maneras, las formas casi son lo de menos cuando otro jugador, en este caso Xavi Rabaseda, pasó a engrosar la lista de dudosos para el partido del sábado ante el Manresa que, en condiciones normales, sí parece más asequible.

El problema es que ahora mismo el Bilbao Basket vuelve a estar cogido con alfileres y cuando le aprietan saltan las costuras. El buen partido en Valencia, que acabó sin recompensa, no tuvo continuidad ayer porque todo salió mal desde el principio, con algunos errores groseros en situaciones incluso sencillas, y algunas de las piezas claves coincidieron en tener una mala tarde. Durante muchos minutos, el choque se asemejó a varios de los que ha disputado este año el Bilbao Basket esta semana en la competición europea, escaso de contundencia, tensión y emoción y con una afluencia de público menor de la habitual. Tampoco el juego del equipo invitó a mantener la fe y el ánimo, salvo en un tramo del segundo cuarto en el que un par de triples de Tsalmpouris, uno de los pocos recursos de los que disponía Ponsarnau, apretaron el marcador antes de que Vidorreta aprovechara el descanso para apretar las clavijas a los suyos, que no tardaron en sentenciar.

Todo lo que quedaba se hizo complicado de digerir, sobre todo para aquellos que sigan pensando que el equipo está para cotas más importantes que tratar de alcanzar una plaza entre los diez primeros. Al menos, el público, el que quedaba, pudo marcharse a casa con una media sonrisa tras presenciar los primeros puntos en la ACB del joven Iker Chacón, que salió el último medio minuto y fue al aro con decisión para sacar un 2+1 postrero. Él y Barandalla ocuparon ayer miércoles los puestos 11 y 12 de una rotación que también incluyó a Ubal, otro chaval de 19 años, ante uno de los conjuntos con más tablas y recorrido de la competición.

Con todo, los jugadores tienen que exigirse más porque nada tienen que perder y la temporada ya la tienen hecha. Más que nada porque le quedan cinco compromisos ante rivales de su nivel que le van a plantear duelos de la máxima exigencia y estaría bien ponerle un colofón adecuado a una temporada en la que el Bilbao Basket ha viajado durante muchas semanas por encima de sus posibilidades. Su motor va muy exigido y tampoco puede contar con piezas de reemplazo de garantías. Pero hay que intentar que siga adelante si todos son capaces de empujar a la vez.

Las reacciones

“Ha sido el peor partido del año”

Jaume Ponsarnau. El entrenador del Bilbao Basket fue muy claro en su análisis de la derrota ante el Tenerife: “Ha sido el peor partido de la temporada, sin ninguna duda, incluso peor que en Fuenlabrada”. Ponsarnau explicó que ”ahora somos un equipo muy justo, mas blando, y si tantas cosas salen mal no tenemos nada que hacer. Se trata de rearmarse y tratar de que las cosas salgan bien” y mostró su deseo de que, pensando en los cinco partidos que quedan por delante, sus jugadores “saquen la lección” y aprendan que “es importante que la frustración no nos haga tanto daño como en este partido”. “No debemos caer en la frustración porque entonces sí que somos ya muy malos. Con este equipo de hoy hemos ganado al Barça y plantamos cara al Valencia. Se trata de buscar la forma de encontrar nuestros máximos a pesar de que las cosas salgan mal”, enfatizó.