Pocos jugadores han dejado mejor sabor de boca en la marea negra permaneciendo tan poco tiempo en las filas del Surne Bilbao Basket que Damien Inglis. El ala-pívot francés, que se enfrentará a su exequipo el próximo domingo luciendo los colores del Gran Canaria, aterrizó en la capital vizcaina con el pasado curso ya en marcha y fue uno de los principales responsables del cambio de rumbo del equipo entonces dirigido por Álex Mumbrú. Cuando Inglis, que estaba sin equipo, fue captado por Rafa Pueyo para tapar la salida de Regimantas Miniotas, los hombres de negro lucían un balance de 3-7. Su debut se produjo en Valencia y en sus nueve primeros encuentros en el conjunto vizcaino llegaron siete victorias y dos derrotas.
La entidad de Miribilla hizo lo posible en verano para retenerle, pero resultó imposible. El francés decidió dar un paso al frente en lo deportivo y en lo económico fichando por el Gran Canaria, conjunto en el que su rendimiento está siendo irregular. Arrancó con mucho protagonismo y acierto, llegando a ser el mejor jugador de la cuarta jornada en la Liga Endesa (12 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias y 32 de valoración en la victoria contra el Breogán), pero en las últimas citas sus minutos y su aportación al colectivo han descendido.
Cuando aterrizó en Bilbao en noviembre de 2021, la carrera de Inglis se encontraba en un momento complicado. Tras marcharse a la NBA con solo 19 años y no triunfar al otro lado del charco, corría el riesgo de perderse en la mediocridad en su regreso a Europa, sin acabar de asentarse en ningún equipo. Como hombre de negro, a los 26 años, encontró un ecosistema perfecto para reencontrarse con su juego.
Aportando dos factores en los que el colectivo tenía un marcado déficit, capacidad para jugar de espaldas al aro y un notable atleticismo que permitió dar un gran impulso a la faceta defensiva, Inglis encajó de forma notable en los esquemas de Mumbrú, un entrenador que, además, supo manejar bien su carácter, a veces demasiado volcánico. Sus promedios de 11,5 puntos, 5,7 rebotes y 2 asistencias en 23 minutos de presencia en cancha no solo le valieron para fichar por el Gran Canaria, sino que le colocaron en el radar de la selección francesa, con la que debutó el pasado mes de noviembre.
Notable arranque
A las órdenes de Jaka Lakovic y a punto de cumplir 28 años, Inglis busca consolidarse como un jugador importante en el baloncesto europeo, pero de momento su rendimiento está siendo irregular. Empezó luciendo muy buenos números -dobles dígitos en anotación en los seis primeros partidos- teniendo mucho protagonismo por los problemas físicos de John Shurna, pero desde entonces ha ido mezclando actuaciones notables con otras en las que ha pasado más desapercibido -en el duelo de la primera vuelta disputado en Bilbao se quedó en seis puntos con malos porcentajes-, lo que no evita que sea el segundo jugador con mejor valoración (12,1, tras Nico Brussino), tercero en rebotes (4,6) y cuarto en anotación (9,2) de los de Jaka Lakovic. En Eurocup, sus promedios bajan a 8,8 puntos, 4,4 rebotes y 1,9 asistencias.
El mes de febrero no se le ha dado especialmente bien. En el último encuentro de la competición continental, en la cancha del Hapoel Tel Aviv, protagonizó una actuación horrible en la faceta individual, con un 0 de 6 en tiros de campo para una valoración de -7. En los cuartos de final de la Copa tampoco estuvo especialmente entonado (2 puntos, 1 de 7 en lanzamientos) y estas últimas ventanas FIBA no le han servido para reencontrarse con el acierto en ataque: 1 punto y 0 de 4 en tiros de campo en 13 minutos ante la República Checa y 4 puntos en 18 minutos frente a Lituania.