L Bilbao Basket observa desde el confinamiento provocado por el covid cómo van pasando las jornadas y nada puede hacer para cambiar su suerte, que quizás ya no tengo remedio cuando regrese a la competición ante el Real Madrid el 12 de mayo, una fecha a la que llegará con unos pocos entrenamientos tras diez días de parón obligatorio y forzado a recuperar los tres partidos que el brote de positivos ha dejado aplazados. La victoria del Obradoiro ayer ante el Andorra aleja a los gallegos a cuatro victorias de distancia de los hombres de negro, a los que cada jornada que pasa les quedan menos opciones de permanencia.

La ACB determinará el martes de qué manera se va a completar el calendario de la liga regular, que ayer puso en marcha su trigésimo quinta jornada cuando aún faltan por disputar nueve partidos: uno de la jornada 30, uno de la jornada 31, dos de la jornada 32, tres de la jornada 34 y otros dos de la jornada 35. Será difícil que nadie se sienta agraviado por este retoque del calendario y en los despachos de la ACB cruzarán los dedos para que no salten nuevos brotes y todo pueda acabar de la manera más justa en una temporada que ha estado marcada por el coronavirus desde la primera jornada. La burbuja de la temporada pasada fue una solución excepcional que ahora no se contempla.

En el caso del Bilbao Basket no es la primera vez que tiene que parar por los efectos del covid. En octubre ya estuvo veinte días sin competir en la Liga Endesa porque coincidieron los aplazamientos de los duelos en Miribilla ante el Andorra y el Real Madrid por sendos casos positivos de los visitantes con la primera jornada de descanso. Ese parón no le sentó bien al conjunto vizcaino ya que después enganchó cuatro derrotas seguidas que cortó en Sevilla en un partido al que llegó tras una semana sin entrenar por el positivo de Hakanson. En febrero, llegó otro parón de veinte días, en este caso por la Copa y los compromisos de selecciones, tras el cual los de Álex Mumbrú lograron su única racha de dos victorias seguidas de la temporada ante el Acunsa GBC y el Betis. Ahora, con todo en contra, están obligados a ganar cuatro de los cinco partidos que les quedan para evitar el descenso a la LEB Oro.

varios confinamientos

Puede lamentar el Bilbao Basket su mala suerte, pero los problemas con el covid y las lesiones no le han sido exclusivas. Precisamente, el Andorra ha sido el equipo más perjudicado por el virus ya que ha tenido que estar confinado dos veces. Los del Principado solo jugaron un partido entre el 25 de octubre y el 3 de diciembre y han vuelto a estar parados veinte días en febrero. El Obradoiro, el Estudiantes y el Murcia no compitieron prácticamente en todo el mes de enero y el San Pablo Burgos ha vivido también un par de episodios de brotes, el más reciente en marzo le obligó a parar veinte días, y en noviembre tuvo que jugar ante el Fuenlabrada con solo seis jugadores de su primer equipo disponibles. Y también el Baskonia, con un brote activo en su plantilla, lleva sin competir desde el 18 de abril y no volverá hasta la semana que viene.

Las alegrías y las tristezas han ido por barrios en este curso tan extraño en el que los equipos han tenido que vivir al día y pendientes de las pruebas de detección del virus y también las lesiones, muchas de ellas provocadas por la imposible planificación de las cargas físicas, han influido en su desarrollo. El Bilbao Basket perdió a Rigo para toda la temporada muy pronto, Balvin, Serron y Hakanson se han perdido casi un tercio de la temporada y ahora está fuera Rousselle, pero el Estudiantes también tiene cinco lesionados ahora mismo, el GBC ha sufrido dos roturas de ligamentos cruzados en Echenique y Oroz y el Obradoiro y el Fuenlabrada también se han quedado sin piezas importantes, por hablar solo de los rivales directos de los hombres de negro.

Cada cual contará la feria según le haya ido en una temporada que no ha tenido, ni parece que lo vaya a tener, público en los pabellones. El Bilbao Basket solo pudo meter tres centenares de espectadores en su duelo de estreno de la Champions League. Desde entonces, el vacío absoluto para dejar al equipo desnudo. Más allá de los resultados, esto ha supuesto el mayor perjuicio para los clubes, que este verano tendrán que hacer virguerías económicas para tapar los agujeros que ha provocado el covid, el enemigo que apareció hace más de un año y al que solo han podido vencer los más fuertes..

Los hombres de negro observan sin poder hacer nada que sus opciones de salvación se alejan a medida que pasan las jornadas

El Andorra, el Obradoiro, el Estudiantes, el Murcia, el Burgos o el Baskonia también han vivido episodios de confinamiento